• Veracruz

Alexander, niño que murió trágicamente en camión guadalupano del Puerto

  • Ángel Cortés Romero
Con tan sólo 5 años, "Caño" perdió la vida cuando iba a bordo de un autobús que participaba en una peregrinación guadalupana

Javier AlexanderCaño” les insistió a sus tías Yesenia y Fernanda para que lo llevaran a la caravana que Óscar Tadeo realizó en un camión de la ruta Infonavit Buenavista en la víspera de la celebración de la Virgen de Guadalupe. El menor estaba tan emocionado que ayudó al chofer a adornar la unidad en la que murió horas más tarde tras golpearse la cabeza con un poste de concreto.

El accidente en el que “Caño”, de cinco años, murió de forma instantánea en los últimos minutos del domingo 11 de diciembre terminó con su sueño de ir a la escuela. En su casa de la colonia La Pochota – un cuarto de ladrillos, láminas y piso de tierra – quedó una mochila y una lonchera que su madre Ana Cristina le preguntó para que iniciara clases el próximo ciclo escolar.

Horas antes de la tragedia, “Caño” ayudó al conductor del camión en el que murió a adornar la unidad y le insistió a su tía Yesenia para que lo llevara a la peregrinación guadalupana. La joven, de 28 años, estaba a cargo de su sobrino mientras su hermana Ana Cristina trabajaba en otro punto de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.

El fervor guadalupano que sentía el menor es visible en las casas que se ubican en los alrededores de La Pochota, donde también se notan las condiciones de pobreza de sus habitantes. En las fachadas se observan cuadros y figuras de la Virgen de Guadalupe, celebrada en México cada 12 de diciembre. 

“Dejamos de ir un año al recorrido de la Virgen de Guadalupe, pero él quería. Un vecino nos llevó en una camioneta y yo no iba a ir, pero me dice ‘tía, vamos”, comenta.

Los peregrinos de La Pochota subieron al camión marcado con el número económico 2617 de la ruta Infonavit Buenavista en la terminal de autobuses de la colonia Dos Caminos. Con música, cantos, gritos y pitidos avanzaron desde el municipio de Boca del Río hasta la zona norte del puerto de Veracruz. Al filo de la medianoche emprendieron el viaje de regreso. 

“Yo me subí con mis hijos y mi sobrino se subió hasta atrás, todo iba bien de ida, pero de regreso mi hermana le dijo como dos veces que no sacara la cabeza”, narra Fernanda Flores, tía de “Caño”.

Un joven que iba al lado del menor también le dijo en un par de ocasiones que no sacara la cabeza por la ventana. Lo vigiló por un buen tiempo hasta que el sueño lo venció. El bullicio y el fervor guadalupano distrajo a su tía Fernanda, quien sólo escuchó una explosión cuando su sobrino se impactó contra un poste de concreto en la avenida Raz y Gumán, a un costado del Tecnológico de Veracruz, en la zona norte de la ciudad.

Momentos antes del impacto, Fernanda vio cómo Óscar Tadeo intentó rebasar a un carro por la derecha. El chofer se habría pegado tanto a la banqueta que primero rompió el espejo lateral derecho de la unidad. El joven que venía al lado de “Caño” lo tomó en sus manos para sentarlo, sin embargo, su ropa se llenó de la sangre del niño.

“Empezó a gritar, del miedo lo soltó y ahí es donde cayó boca abajo en los últimos asientos del carro”, relata. 

Las tías de Javier Alexander se dieron cuenta del accidente debido a que una persona que se encontraba en la parte trasera del camión corrió hacia el frente cuando vio al menor ensangrentado. En ese momento las bajaron de la unidad. Fernanda se quedó viendo a su sobrino tratando de reconocerlo, pues no podía creer lo que veía. Supo que era él por la ropa.

Óscar Tadeo, el chofer del camión de la ruta Infonavit Buenavista, que quedó aproximadamente a 50 metros del poste donde el menor impactó su cabeza, huyó del lugar debido a la presión de sus familiares. 

“Caño” no tenía acta de su nacimiento; familia espera para velarlo

Fernanda y sus tres hijos son los únicos familiares de “Caño” que esperan en casa para poder velar al niño. Su madre Ana Cristina y su tía Yesenia tramitan su acta de nacimiento en el Registro Civil del puerto de Veracruz para reclamar su cuerpo en las instalaciones del Servicio Médico Forense (SEMEFO) del municipio de Boca del Río.

A las afueras de su casa, ubicada en la esquina de las calles Árbol de las Tulipas y Expropiación Petrolera, también esperan un grupo de vecinos que conocían mejor a Javier Alexander como “Caño”, un apodo que se le quedó debido al nombre de su papá, Epifanio, quien murió hace cinco años, poco después del nacimiento de su hijo.

“Caño era muy cariñoso, jugaba mucho, él le decía a mi hermana que ya quería entrar a la escuela, que ya tenía su mochila”, dice Fernanda, quien recuerda que su sobrino también era muy apegado a su hijo Iker.

A Fernanda la embarga la preocupación por los gastos del funeral de “Caño”, pues hace apenas dos meses falleció su mamá, Elena. Cristal, su vecina y amiga de toda la vida, asegura que la situación de la familia es complicada.

“Ya no queda el gusto de festejar este día, para mí este va a ser el peor de los días”, concluye Fernanda.

 

ys