• Xalapa

Lorena, una mujer taxista para que las xalapeñas se sientan seguras

  • Carlos Caiceros
Lorena se ha convertido en la taxista favorita de xalapeñas al sentirse seguras con ella durante los viajes

Lorena afirma que entre mujeres generalmente se cuidan y cree que por esta razón ella es la taxista favorita de varias usuarias que no se sienten seguras con ruleteros hombres para trasladarse en la región Xalapa.

En el cofre de su unidad, la marcada con el número XL-6707, ella lleva una imagen dedicada a la Santa Muerte y un mensaje que la ha sensibilizado: “ni una menos”.

Afirma que en este trabajo siempre se debe dar un buen trato a cualquier persona, aunque son varias usuarias quienes le han relatado que sufrieron malas experiencias o comentarios inapropiados de conductores varones.

Sostiene que a la mayoría de los taxistas no se les puede encasillar como acosadores o malos trabajadores, pero ante intimidaciones o acoso pagan “justos por pecadores”.

Por eso, insiste, muchas optan por contratarla a ella y a otras dos compañeras que laboran para la agencia “Radio Cars” para hacer sus traslados, ya sea salir a divertirse o ir al trabajo y a su hogar.

“Dicen que hay compañeros que se pasan, que les miran las piernas o les hablan de una forma inapropiada, cuando eso no debería ser”, lamenta.

ELLAS PIDEN RULETERAS 

La mujer trabaja en un servicio de radio taxis en esta capital. Aunque la mayoría de sus compañeros son hombres, durante el tiempo que lleva ofreciendo sus servicios ha notado que cada vez son más las personas que específicamente solicitan que sea una mujer la que vaya al volante “por la seguridad de la persona que va”.

Los servicios con una mujer a cargo se piden lo mismo durante todo el día, como por las noches o incluso de madrugada.

Junto a Lorena, hay dos mujeres más en “Radio Cars, Confianza y Seguridad”, mismas que se tienen que dividir entre los servicios donde se solicita a ruleteras, particularmente por otras mujeres que salen de divertirse o de reuniones con amigos y quieren llegar a salvo a casa.

La taxista lleva apenas un año 9 meses como conductora. A diferencia de su anterior trabajo, en un molino, tras el volante dice sentirse libre, sobre todo porque desde los 13 años sabe conducir y es algo que le gusta. Además, el taxi es de su padre, quien le dio la confianza para que trabaje.

“Mi papá me lo prestó y a mí me encantó el ir por todos lados, el ver un paisaje que antes no podía porque estaba en el molino y aquí se disfruta todo, un viaje, una salida, un paisaje, el sol, la lluvia.

“El poder convivir con las personas y escucharlas porque aquí a veces somos padres, abogados, psicólogos y lo que salga”, dijo.

La mujer reitera que está feliz, aunque sus jornadas sean largas. Un día normal de lunes a jueves para Lorena inicia a las 7 de la mañana y concluye a la medianoche.

Para fines de semana, se alargan. Viernes, sábado y domingo, en ocasiones amanece manejando “porque son días buenos”.

Los descansos son esporádicos durante el día o las semanas, pues en el momento que ya no puede con el cansancio, para y va a su casa donde come y duerme un poco.

Además, el trabajo en el taxi le ha dejado “bonitas huellas”, dado que los ingresos son permanentes y la comida no falta en su mesa.

“Es un trabajo muy noble porque en cuanto te subes al taxi vas a tener una entrada y en otros trabajos no porque te pagan a la quincena o a la semana y aquí no, es diario. Siempre vas a tener, aunque sea un peso”, dice.

Pese a que Lorena emprendió su propia lucha a favor de las mujeres y su integridad, en su casa no está exenta de las preocupaciones que para su familia representa que sea ella quien está al frente del volante.

Mientras su padre está contento de verla realizándose, su madre se preocupa de que sus labores terminen tan tarde.
“Si no nos metemos en zonas de riesgo es menor la incidencia para nosotros, pero sabemos que hay lugares donde uno no se puede meter porque es peligroso, incluso para los hombres”, reconoce.

Entre los lugares que de acuerdo con su experiencia presentarían un cierto nivel de riesgo se encuentran La Haciendita, las Torres de Homex y últimamente en Jardines de Xalapa.

Pero la ruletera sale cada día de su casa pidiendo a San Judas Tadeo y la Santa Muerte que la cuiden, lo que ha ocurrido sin falta cada día. Además, sus compañeros taxistas la cuidan a ella y a sus dos compañeras que también prestan el servicio, por eso está agradecida con ellos.

Y aunque particularmente no ha tenido ninguna mala experiencia o incidente mayor como conductora, sí ha experimentado y conocido de casos en los que el usuario no quiere pagar la tarifa indicada, paga menos e incluso se va sin pagar, como a ella que le quedaron debiendo 3 horas de traslados.

UN BUEN TRATO

La mujer tiene una gran cartera de clientas. Su servicio se ha distinguido por el buen trato que otorga e incluso los cuidados que da a aquellas personas que tienen alguna discapacidad y la abordan.

Entre las experiencias que ha ido recogiendo, se cuentan desde aquellas donde las mujeres se dan cuenta que los taxistas hombres usan las unidades para “ver a qué mujer me encuentro y les digo ‘qué bonita’” o les hacen comentarios obscenos o distintos al servicio que deben prestar.

Pero sin que parezca ofensa a las mujeres, admite que también quienes rechazan de manera tajante que sea otra mujer la que las traslade. “Quien sabe por qué, las razones quién sabe cuáles sean”, señala.

Desde hace algunos años, las redes sociales han señalado de manera reiterada a los choferes de taxis por diversos ilícitos.

Por ejemplo, el colectivo disidencias Xalapa emprendió una campaña a través de Instagram donde se acusaba a diversos conductores de hechos alejados de su deber como servidores.

Entre otros, se exhibió al XL-4975 por presuntamente robar las pertenencias de los pasajeros; el XL-1112 que es uno de los casos más graves contra una menor de 13 años a la que manoseó, preguntó de manera insistente si tenía novio e incluso se desvió de la ruta sugerida.

El conductor de la unidad 10248 fue acusado de misoginia y acoso a las mujeres en las calles. El XL-5004 también está señalado de gravedad pues fue acusado de admitir que pretendía seguir a una chica a la que dejó en una zona solitaria.

El XL-3951 fue acusado de acoso sexual. El 6474 fue señalado dos veces, una de ellas de trasladar presuntos delincuentes que se dedicaban a robar en algunas zonas, entre otros.

Aun con ello, Lorena pide no juzgar sin saber, tanto a los taxistas como a los pasajeros, pues personalmente sus prejuicios han saltado al ver a personas que, sin embargo, a la postre se volvieron sus clientes.

“Cuando veo una persona mal vestida pienso ‘me va a hacer algo’ y no es verdad, es el que va bien vestido. He juzgado sin saber e inclusive esa persona que yo juzgué ahora es mi cliente. Hay que saber por dónde”, enfatiza.

 

ys