• Veracruz

Ana, ser jefa de familia y vivir como paracaidista en el puerto

  • Inés Tabal G.
En esta colonia del puerto de Veracruz, familias corren el riesgo de ser desalojados por vivir en predios irregulares

Un amplio camino de arena y monte conduce a la colonia Margarito Montes Parra, ubicada en la zona norte de la ciudad de Veracruz. Las casas de lámina de zinc y madera que se encuentran rodeadas de árboles, son la única imagen que se ve en varios metros de distancia.

En una de esas casas de lámina vive Ana Celia, una mujer de 53 años que llegó a la zona hace 20 años junto con su hijo, quien padece una discapacidad mental. 

Antes vivía en la casa de un familiar de su primer esposo, en la colonia Granjas del Río Medio, que se encuentra a menos de un kilómetro de ese asentamiento irregular.

La mujer originaria de Loma Bonita, Oaxaca, llegó al puerto de Veracruz hace más 30 años. Su intención era buscar una mejor calidad de vida y un trabajo estable; no obstante, se topó con la dificultad de encontrar un empleo que le permitiera obtener una vivienda digna.

Después de que su primer esposo la abandonó, se vio en la necesidad de buscar otro lugar para vivir, fue ahí que decidió asentarse en aquel predio.

La familia de Ana sobrevive de la albañilería, su segundo esposo es albañil, mientras que ella se encarga de cuidar a su hijo. Su ingreso mensual es por debajo de los 4 mil pesos, y no cuentan con un crédito para adquirir una vivienda.

Según la asociación civil, Hábitat para la Humanidad México, 14 millones de familias en México no pueden construir o comprar su casa, esto empeoró en las últimas décadas por la pérdida del poder adquisitivo. 

A esto se suma el alto costo de las viviendas. Lizbeth Cristina Mora García, presidenta de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) Veracruz, señaló que en los últimos años el incremento catastral en algunos lugares de Veracruz fue de 10 a 15 por ciento, lo que influye en el aumento del precio de las casas.

De acuerdo con la especialista, en algunas zonas de la periferia de la ciudad de Veracruz, que son consideradas como las más económicas, una casa o departamento que hace seis años costaba 190 mil pesos actualmente ronda los 450 mil pesos, una cantidad difícil de reunir para la familia.

¿Cómo es vivir en una zona irregular?

Pese a que la colonia Margarito Montes Parra tiene alrededor de tres años que se ocupó por paracaidistas, Ana dice que fue una de las primeras en llegar, su casa la levantó con esfuerzo y deudas.

“A mí me dieron un traspaso y ya de ese traspaso fue que me quedé ahí y pues hice mi casita, con esfuerzo y a base de préstamos que fui pidiendo”, dice.

De acuerdo con lo que relata, adquirió el terreno donde vive mediante un traspaso que le costó 20 mil pesos y el cual abonaba 2 mil pesos mensuales a una persona de la que prefiere omitir el nombre. 

Su casa la construyó a base de madera y láminas, pues eran los materiales más económicos que encontró, tiempo después su segundo esposo la ayudó a construir una barda de block con la que ahora se protege de los nortes y polvo que imperan en este lugar.

Pese a que afirma que pagó por ese predio, reconoce que está viviendo en una zona irregular y que en cualquier momento corren el riesgo de ser desalojados, como ya intentaron en otras ocasiones.

Se estima que en el país existen aproximadamente 7.5 millones de lotes irregulares de uso habitacional, según la Encuesta Nacional de Vivienda 2020 realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

De acuerdo con la encuesta los asentamientos irregulares no cuentan con una correcta planeación y acceso a la infraestructura básica, forzando a las familias a incurrir en altos gastos.

A esto se le suma la falta de servicios básicos como la recolección de basura. En el caso de la colonia donde vive Ana los camiones del ayuntamiento no entran hasta el lugar, por lo que deben de llevar sus desechos a la colonia Granjas o, por el contrario, quemarlos a fuera de sus patios.

Tampoco cuentan con drenaje ni luz, los cerca de 70 viviendas que hay en el lugar roban electricidad de los postes de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Al igual que el agua que les proporciona de vez en cuando el fraccionamiento Rivieras de Río Medio, que está a un costado de la colonia.

Otro de los problemas que enfrentan es la inseguridad. Hace dos meses le robaron el cable de luz de su casa, por lo que pagó 2 mil pesos por la instalación, también el robo de las mangueras que ocupan para el agua.

“Ahorita ya no se puede poner nada de cobre o así de valor, nada, porque todo te roban”, cuenta.

Pobreza orilla a personas a asentarse irregularmente

Marcos Márquez Ramos, presidente de la Unión General en Renovación, una asociación civil que se encarga de apoyar a las familias que viven en predios y vivienda invadidas, indica que la necesidad y pobreza obliga a las personas a recurrir a la invasión de terrenos o casas deshabitadas.

La asociación hace recorridos en colonias marginadas de la zona conurbada Veracruz, Boca del Río y Medellín estima que hay más de 15 mil viviendas que están ocupadas en la informalidad y se estima que hay alrededor de 40 colonias irregulares.

“La falta de empleo los obliga a vivir en esas zonas, muchos que quizás estaban cotizando para adquirir una casa en Infonavit los corren de sus trabajos y ya no tienen o estaban pagando renta y es la necesidad que los obliga a tomar esa decisión”, agrega el líder.

Las personas que llegan a vivir a estos predios también se enfrentan a la posibilidad de ser desalojados, por lo que muchos prefieren no gastar mucho en construir sus casas y a las estafas de personas que se hacen pasar por supuestos dueños, quienes cobran mensualmente una cantidad para dejarlos construir sus hogares, afirma Márquez Ramos.

Ana sabe que en cualquier momento pueden desalojarlos, pero confía que su antigüedad en el lugar los ayude y espera que algún día el Ayuntamiento de Veracruz pueda regularizar su colonia.

 

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