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Don Teo: guardián que necesita ayuda y vive en soledad de parque en Xalapa

  • Carlos Caiceros
Por una promesa, Don Teo se niega a dejar el parque de las Alamedas en Xalapa, el cual también es su hogar

Don Teo, de 81 años y conocido como “El Huarache”,  lleva casi la mitad de su vida cuidando el parque Las Alamedas de Xalapa, donde se encuentra su hogar. Con tanto tiempo transcurrido, el nombre del lugar se ha popularizado como “el parque del huarache”, sitio que dice no puede abandonar por una promesa que hizo.

Él depende de los programas de gobierno y de la caridad, al encontrarse solo en este espacio público en donde varias administraciones atrás el municipio le construyó una pequeña vivienda sin baño.

Por su avanzada edad cada vez le es más difícil poder valerse por sí mismo, pero se resiste a irse a otro sitio. Asegura que tiene una deuda de honor con un reconocido empresario de la capital veracruzana que le pagaba por encender las luminarias de la vía pública.

“Aquí barro y limpio hojas, me siento bajo los árboles y me da la luz del sol. Vivo en la naturaleza, todos deben disfrutarla, cuidarla. La gente no sabe que tiene un tesoro".

“Yo toda la vida ando debajo de la naturaleza y si salgo a la plazuela voy a los árboles”, dice Teodoro Reyes Flores.
De forma inesperada para “el huarache”, en los últimos meses Patricia Vera se decidió a ayudarlo a como dé lugar.

La joven considera que tanto autoridades como la ciudadanía deberían de solidarizarse ante las difíciles condiciones en que se encuentran algunos adultos mayores en la ciudad.

Patricia es una ferviente animalista y confiesa que, como otros lugareños en Indeco Ánimas, en alguna ocasión tuvo desencuentros con Don Teo. De hecho, así se conocieron, cuando éste le reclamó que quienes llevan sus mascotas al parque generalmente no recogen las heces.

“Pero yo sí las levanto”, le replicó Patricia, marchándose molesta junto con sus perros. Después, explica la joven, comenzó a reflexionar sobre la situación del adulto mayor “con el que tenía pleito” y que descalabró a varios conocidos que lo molestaban como una forma de diversión.

“Corre huarache veloz”; “aguas con el huarache”, le gritaban para hacerlo enojar y él respondía arrojando piedras. Patricia relata que sabía de esta situación y por eso hizo “un cambio de chip” sobre el trato que recibía de terceros.

En una visita posterior al parque Patricia comenzó a platicar con don Teo, quien halagó a sus mascotas y con eso se la ganó. Después le contó historias sobre su vida y ella comprendió su soledad. Con el paso de los años, por eso no se quedó con los brazos cruzados al constatar que cada día le es más difícil sostenerse a sí mismo, aunque también ha comprobado lo difícil que es socorrer a una persona en una situación vulnerable.

Patricia hizo una invitación en redes para cualquier interesado en solidarizarse con "el viejito cuidador del parque del huarache”. También buscó la ayuda del gobierno municipal presidido por Ricardo Ahued sin una respuesta positiva pues, cuestiones burocráticas complican otorgarle cualquier apoyo debido a que de forma excepcional le permiten vivir en un parque.

“Él ya está adecuado a su forma de ser (…), pero el gobierno no le ha dado ayuda cuando podrían hacer muchísimo. Esperamos un halo de luz para que pueda tener una mejor vida”, menciona.

Hasta la fecha a la iniciativa de la joven se han unido 5 personas altruistas, quienes financian la construcción de un baño acondicionado para una persona de edad avanzada a un costado de la pequeña casa de don Teo, pues actualmente hace sus necesidades en una vivienda donde le permiten pasar pero que está ubicada a cuatro cuadras. 

Además, la joven ha conseguido donativos y pintura para aminorar los problemas de humedad que tiene el inmueble de cuatro metros de largo por tres metros de ancho donde “el huarache” tiene colgados dos reconocimientos del Ayuntamiento por sus servicios en el cuidado de “Las Alamedas”.

PAGA UNA DEUDA

Teodoro Reyes Flores afirma que está pagando una deuda al empresario y exalcalde de Xalapa, Manuel Fernández Ávila, quien fue su patrón y hace décadas le encargó los cuidados del parque para después volverse jardinero.

Desde hace tiempo no lo ve y tampoco recibe un sueldo por su trabajo, pero insiste en que no puede marcharse.

Comenta que en una ocasión recibió la visita de su madre, quien viajó desde la sierra del municipio de Tatatila y le comentó que su tío había fallecido, aunque no tenían dinero para su entierro.

“El señor (Manuel Fernández) era la única esperanza que yo traía; nos fuimos caminando con mi mamá. Llegamos, pasamos y le toqué el timbre; salió, pero era medio delicado y le dije vengo para un favor. Ya me contestó pausadamente ‘qué pasó qué quieres’”.

Gracias a un préstamo su familia pudo enterrar a su tío en el pueblo de San Juan Tezontémoc, de donde son originarios. La trabajadora que le entregó el dinero le dijo a don Teo que a cambio no dejara su empleo ni siquiera para el velorio, pues no había ningún otro encargado.

“Me dijo no se vaya a ir (…), no se vaya; se lo vamos a dar el apoyo, pero no deje usted el servicio. Yo así se lo dije a mi mamá, aquí está el dinero, pero no voy a ir a la velación porque debo mi servicio (…).

“Por eso estoy aquí, porque estoy representando las posibilidades que me dieron. Ellos me pagaron hasta el 2002, pero hubo problemas y yo no paso de ahí, no me puedo ir porque me tropiezo”, cuenta entre lágrimas.

Hasta marzo de 2015 el hombre vivía en un jacal que le construyeron vecinos del fraccionamiento, pero alguien lo incendió durante la madrugada. 

Se presume que fue un intento por reubicarlo a otro sitio pues no se encontraba ahí al momento de los hechos. Meses después, durante la administración de Américo Zúñiga Martínez, le construyeron el cuarto donde actualmente don Teo pasa sus días tras limpiar y cuidar el parque.

ABUELOS MALTRATADOS

La Universidad Veracruzana (UV) encontró en 2013 que el maltrato en adultos mayores se presenta en el 60 por ciento de la población, siendo el sexo femenino el de mayor predominio. 

En el estudio, uno de los pocos sobre este tema, se atribuye al cuidador principal el maltrato en el área psicológica y física, en tanto que el maltrato económico y el abandono se atribuyen principalmente a los hijos.

Desde el 2014, el gobierno de Veracruz ya advertía acerca de la problemática que representaría, incluso ya hacia el año 2025, el abandono de adultos mayores.

El Proyecto-Encuesta Salud, Bienestar y Envejecimiento en el Estado de Veracruz (SABE) permitió identificar una problemática pública trascendente, no solo en el rubro de la salud sino también en el bienestar de los mayores de 60 años.

Las conclusiones del proyecto, que evaluó las condiciones de vida y salud de los ancianos en los últimos años, consideraba que con el modelo actual de atención a este grupo poblacional, “no se está preparado en este momento para enfrentar la transición demográfica y epidemiológica observada, por tanto, se deberán establecer estrategias a corto plazo para prepararse y enfrentar una realidad que se acerca y evitar que las personas adultas mayores vivan en el abandono y con precaria calidad de vida”.

En ese sentido, se pugnaba desde aquel año por la necesidad de que los servicios de salud de Veracruz contaran con personal sanitario capacitado para otorgar atención adecuada a estos grupos de población “que en la actualidad son muy vulnerables al abandono, discriminación y mal trato”. 

De manera más reciente, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2020, relativa a las condiciones de los adultos mayores durante la epidemia por covid-19, encontró que en 495 hogares encuestados a nivel nacional se encontraron adultos mayores de 65 años viviendo solos.

“El distanciamiento físico, como una de las respuestas a la pandemia, puede producir daños colaterales como mayor soledad sobre todo en la población adulta mayor. Existe la posibilidad de que las relaciones sociales se mantengan a través de soluciones basadas en tecnología, sin embargo, existe el riesgo de excluir a los adultos mayores que, aunque son los más vulnerables a la soledad, tienen recursos limitados y menos probabilidades de usar la tecnología”, destaca el estudio.

Don Teo comenta que sí tiene familia, pero sus hijos están en distintos municipios trabajando. Hace unos meses sufrió una caída y se fracturó. Si bien fue socorrido, una vez que sanó decidió volver al parque.

"Salí de mi pueblo a los 15 años, trabajé en Puebla y aquí llegué hace tiempo, pero no me puedo ir. Tengo unos hijos, pero andan trabajando (...), muchos me dicen que me vaya con mi familia, pero dónde la agarro”, cuestiona.

 

ys