• Xalapa

Somos invisibles: primaria en Xalapa, sin aulas con niños en banqueta

  • Fernanda Malpica
Debido a las malas condiciones en las que se encuentra la escuela, los menores han tenido que tomar clases en la calle

“Las maestras vienen a trabajar, los niños quieren clases, los papás quieren traer a los niños, pero no hay escuela”, dice la directora de la primaria Leonardo Pasquel mientras 30 alumnos y alumnas resuelven la evaluación diagnóstica Mejoredu sobre una de las calles en la colonia Porvenir 2 en Xalapa.

Autos van y vienen; las maestras cuidan que los menores se mantengan en sus asientos para evitar una tragedia.

En la calle, al menos, el personal docente, y hasta de intendencia, pueden cuidar a los niños. Dentro de la escuela están a la deriva de que se derrumbe un cerro en la cancha central o se desplome uno de los salones.

A dos semanas de que inició el ciclo escolar 2022-2023 totalmente presencial, la escuela no ha podido renunciar a las clases virtuales, aunque el nuevo plan de estudios ya no contempla la modalidad a distancia. 

Las instalaciones ya tenían daños desde el 2019, año en que se comenzaron las gestiones para que autoridades apoyaran con la rehabilitación. A pesar de haber sido notificados, nadie atendió el llamado de ayuda.

El paso del huracán Grace el 21 de agosto del 2021 y el abandono de las instalaciones desde hace dos años por la pandemia del covid-19, volvieron inaccesible las aulas, pasillos, cancha y baños de la escuela.

La docente de primaria y directora, Isabel Perdomo, se vio orillada a citar a los menores este martes 13 de septiembre para que resolvieran la evaluación contemplada por la Secretaría de Educación de Pública (SEP). 

Entre la espada y la pared, con una escuela inaccesible y la necesidad del cumplimiento de los protocolos, solo quedó la solución aceptada por personal docente y padres de familia: Los menores tomaron como salón la misma calle donde está la primaria Leonardo Pasquel.

Una madre de familia, Felipa Rendón, ofreció parte de las instalaciones de su casa para que los menores pudieran presentar ahí su evaluación, además de hacer uso del baño.

“Somos humildes”, se excusa la madre por las condiciones en que está la vivienda. La mujer que se dedica a la venta de frituras recibió a los menores de primero, segundo y tercero de primaria, a quienes por su edad se les dio prioridad.

Felipa no descarta el continuar acoplando más cuartos para que se utilicen por el resto de los menores que no cupieron, e incluso, para que puedan tomar ahí las clases, pues el panorama del futuro próximo no parece favorable para la escuela.

Con una plantilla docente de cinco maestras, un maestro frente a grupo, otro de Educación Física y dos apoyos de intendencia, la primaria Leonardo Pasquel funciona entre malabares para atender a los 41 menores que ahora están inscritos.

AUTORIDADES OMISAS

El 24 de agosto, previo al inicio del ciclo escolar 2022-2013, el secretario de Educación Zenyazen Escobar presumió ante medios de comunicación que estaba “todo listo” para retomar las clases cien por ciento presenciales después de dos años de pandemia.

Ante el cuestionamiento sobre el número de planteles en Veracruz que no podrían abrir sus puertas por falta de condiciones, Escobar dijo: “Son casos mínimos, de alguna situación, de alguna escuela que tenga daños”.

Esos “casos mínimos”, para la maestra Isabel Perdomo ha significado oficios, peticiones, idas y vueltas en oficinas. Desde hace un año busca que la escuela que tiene a su cargo sea remodelada para que los niños puedan aprender.

La modalidad en línea no permitió que la comunidad infantil adquiriera por completo los aprendizajes, dice la docente, sobretodo en el contexto de bajos recursos en que viven la mayoría de las familias en la colonia Porvenir 2, a unos minutos de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) en la capital de Veracruz.

“Había el caso de una familia con un celular y tres niños. Tenían que turnarse para tomar las clases”, narra Perdomo.

Autoridades de Protección Civil han acudido a ver las instalaciones, e incluso el mismo Zenyazen Escobar, pero no ha habido respuesta.

“Esto es por los niños”, dice la directora, quien carga en su bolsa a todos lados los archivos de documentos con los que ha comprobado ante autoridades los daños en las instalaciones. Dichos papeles cuentan con el sello de recepción de la Dirección General de Educación Primaria Estatal (DGEPE).

Para madres, padres y maestras es evidente que no existe la intención de las autoridades municipales, estatales ni federales por levantar la escuela a la par de que los planes de estudios continúan y avanzan.

“Somos invisibles” dice una de las docentes.