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“Apapachos del Corazón”, guardería para abuelitos en el sur de Veracruz

  • Fluvio Cesar Martínez
En este lugar, los adultos mayores pasan momentos agradables que los hacen salir de su rutina

COATZACOALCOS, VER.  – Con algunos dolores a sus 87 años, María Guerrero Ayala se levanta de su silla cada vez que escucha una canción y se pone a bailar, lo disfruta y más cuando le regalan aplausos sus amigas.

De cuerpo encorvado, piel arrugada por el paso de los años, ojos cafés y una cabellera blanca por las canas, María contagia su alegría a cualquiera que la conoce, afirma que es así desde que ingresó a la guardería Apapachos del Corazón, una estancia para hombres y mujeres de su edad.

La guardería para adultos mayores se abrió en Coatzacoalcos, en el sur de Veracruz al iniciar el mes de septiembre de este año.

“Aquí tengo una semana, y me siento muy alegre porque yo le pedía a Dios estar en un lugar así, porque en mi casa yo me sentía aburrida, y sola cuando mis hijos salían a trabajar, por eso estoy muy feliz aquí”, exclama María.

Voltea la mirada para recordar cómo es que se enteró de este lugar, pero no lo logra, sonríe y dice que se siente llena de amor, pero sobre todo muy feliz por compartir con personas de su edad.

Apapachos del Corazón es un proyecto de Marisol Márquez Acopa, que nació como parte de su cariño a las personas adultas mayores e inspirado por la pérdida de su madre, a quien siempre cuido en vida.

“Yo cuide a mi mamá desde que cayó en cama, pero cuando ella me dijo que no podía más dejé mi trabajo y me dí cuenta de que no podía dejarla sola, por eso comprendí que los abuelitos necesitan de nosotros, y hay que cuidarlos; luego les platiqué a mis compañeros de trabajo sobre este proyecto y varios se sumaron de forma voluntaria”, cuenta.

Marisol es enfermera en un hospital, con ayuda de amigos buscó una vivienda particular que decidieron rentar a un costado del parque La Noria, en Coatzacoalcos. La casa de color naranja es segura y está rodeada por arboles de pino, que además de dar sombra y refrescar, dan abrigo a los adultos que ya asisten.

“Comenzamos con ocho abuelitos y hoy tenemos dieciocho abuelitos de la ciudad”, dice Marisol, mientras aclara que no es un asilo sino una estancia de día

Un espacio que busca mantener unidas a las familias y ayudar a sus hijos

A lado de María, se encuentra Irma Yolanda de 79 años, otra de las abuelitas que asiste a la guardería y quien comparte la idea de sentirse plena en este lugar.

“Antes de esta guardería mi vida era muy triste, porque hace cinco meses perdí a mi esposo y me sentía muy sola; por eso me hacía falta hacer amistades”, expresó.

Apapachos del Corazón abre sus puertas a las siete de la mañana y funciona durante doce horas de lunes a viernes; en este lugar se les brinda desayuno, comida y cena por una aportación de cien pesos.

“Nosotros no cobramos, lo que pedimos es para comprarles comida, pues esta guardería está enfocada a ayudar a las familias que no pueden cuidar a sus abuelitos, al tiempo que ellos se sienten bien de convivir con personas de su edad y cuidamos su alimentación”, señala Marisol. 

Brindan atención de forma temporal y es manejada por un grupo de especialistas en diversas áreas de la salud, como medicina, nutrición, trabajo social y fisioterapia, mismos que participan en el proyecto de forma voluntaria.

El proyecto tiene como objetivo principal inspirar en las generaciones futuras el respeto para el adulto mayor y la necesidad de contar con un espacio que brindará atención necesaria.

JUEGAN, BAILAN Y CUIDAN DE SU SALUD

“La chalupa, el diablito, el borracho”, se escucha en el patio principal de la estancia, acompañado de carcajadas, son las abuelitas y abuelitos que están jugando a la lotería, como parte de las actividades que realizan.

Pero no solo juegan y bailan, también aprenden a bordar y tejer; además de otras actividades físicas que puedan realizar algunos.

“Desde que llegan son sometidos a una evaluación médica para saber cómo llegan y les llevamos un control de presión, y si toman algún medicamento nos encargamos de que lo hagan y cuidamos su salud a cada momento”.

Este día tocó tomar la presión a todos y salir a dar un paseo por el jardín, -hasta donde aguanten-, para después comer una frutas y pan tostado.

“Aquí hemos encontrado amor, bailamos y hacemos ejercicio, a mí me gusta caminar y hacer ejercicio, con todas mis amigas y a todos los amo”, expresa María.

Marisol espera que el proyecto crezca, la capacidad de esta guardería es para treinta personas, por lo que continúan adecuando algunos espacios como el consultorio y las camas para descansar.

Debido a que la cuota de recuperación es mínima, se ha visto en la necesidad de buscar donadores y voluntarios, en su mayoría de alimentos, productos médicos, y material para las actividades que realizan.

La guardería no dependen de ninguna autoridad, religión o asociación civil, Marisol y sus compañeros buscan que el proyecto crezca y en un futuro no lejano existan más guarderías en Veracruz donde los adultos mayores sean cuidados con amor.

Incluso dice que buscará que sean visitados por estudiantes que deseen conocer el proyecto y ayudar a pasar un momento agradable entre los adultos.

“Ellos merecen nuestro respeto y admiración, porque aquí tenemos amor y sabiduría”, finaliza Marisol.

 

ys