• Xalapa

Si vamos al baño le echo pinol: xalapeños sufren falta de agua

  • Isabel Ortega
Vecinos de la colonia Jardines del Castillo relatan que con el paso de los años se extienden los periodos de tandeo

Xalapa, Ver. - La calle Jorge Cuesta de la colonia Jardines del Castillo en Xalapa luce sucia; las viviendas de las dos aceras están plagadas de polvo y manchones de lodo; sin pavimento en la mayor parte de la vía, se asemeja al paso de una polvareda.

Las personas que caminan por la vía y que platican en las puertas de las viviendas tienen un tema en común, preguntar si al tanque de su casa logró subir un poco de agua.

Dulce, Elvia y María, vecinas de la colonia que se fundó hace poco más de dos décadas, coincidieron que, desde el inicio del año la falta del agua se ha agudizado y se prolonga hasta por cinco o seis días. Confían que este lunes seis de junio caerá más, pues con la lluvia se están llenando las fuentes de abastecimiento.

Una pipa de agua, cuentan, cuesta hasta 700 pesos y los recibos por el cobro del servicio son puntuales con las mismas tarifas, a pesar de que la mayor parte del tiempo no les llega el servicio.

Dulce y Elvia, vecinas de las casas marcadas con los números 16 y 18, platican que desde que llegó Hipólito Rodríguez Herrero, alcalde de Xalapa en el periodo 2017 y 2021, se ampliaron los periodos de tandeo. Primero solo era en la sequía, luego se implementó los 12 meses del año.

 

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La situación se agudizó con la llegada de Ricardo Ahued, también alcalde de Morena, que denunció corrupción en la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS), según se enteraron en las noticias.

 

Las pipas revuelven el agua del tanque y se tapa la tubería

Dulce Cuesta, adulta mayor, cuenta que vive sola. Su tanque de agua tiene años sin ser lavado y no tiene quien le apoye para limpiarlo, por lo que cada vez que llega el líquido se presentan problemas en la tubería, pues los residuos de tierra y agua se mezclan.

La mujer reconoce que poco puede hacer para lavar el tanque de almacenamiento; no tiene dinero para hacer un aljibe y para bañarse compra agua de garrafón, de la de 10 pesos.

 

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“Cuando estaba Hipólito caía cada dos días, y aunque la cortaban hasta cinco días, tenía la presión suficiente para subir y llenar el tinaco. Ahora, como no había llovido, Ricardo Ahued dijo que no había agua suficiente para darnos. En toda la semana no nos dieron agua, y cuando cayó era un chorrito, que no alcanza para nada”.

 

Ocasionalmente, comenta, se cooperan para pedir una pipa, pero no saben de dónde la traen, y cuando llegan a abastecerlos revuelven todo lo que hay en el tinaco y se tapan las tuberías.

 

“Cuando cae, junto una poquita (en cubetas) con esa voy lavando trastes. Si voy al baño le echo pinol y no le bajo. El domingo fue la última vez que cayó agua”.

 

Algunas personas les han recomendado construir una cisterna, pero en época de lluvias la calle se inunda, se tapa la red de drenaje y el agua sucia entra por las coladeras, por lo que cree será complicado construir un tanque bajo tierra, “seguramente se va a mezclar con el agua sucia”,

 

Elvia pago cinco mil pesos para construir una pileta

Elvia Lagunes vive con su hijo, su nuera y dos nietos. Comenta que, a diferencia de su vecina, los menores de edad cada que van al baño le bajan a la cadena, por lo que se gasta mucha agua. No obstante, reconoce que con la pandemia los enseñaron al lavado constante de manos, por lo que no quieren cambiar esos hábitos, a pesar de que tiene impacto en el consumo de agua. “Nunca habíamos sufrido así”.

Para poder guardar agua, dijo, construyó una pileta, tuvo que invertir cinco mil 500 pesos. Tres mil de material y dos mil 500 más de mano de obra que debió ahorrar para poder garantizar el abasto del vital líquido en su casa.

 

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“Ahorita se acaba de ir el muchacho (albañil) que nos hizo la pileta. No lo podemos usar, yo creo que la semana próxima que ya va a caer el agua lo vamos a estrenar”.

 

Este mes no les han mandado el calendario del tandeo, aunque ya van cuatro días no sabe cuándo les va a volver a caer agua, por lo que debe comprar garrafones y acumula un poco de lluvia para el baño.

“Aquí acaban de comprar agua ayer, pero nosotros no tenemos para estar comprando porque son 700 pesos por llenar el tanque, y no nos dura ni una semana. El Ayuntamiento no manda apoyo a la unidad”.

La también adulta mayor explica que desde hace 27 años que llegó a vivir a esa casa nunca había padecido una crisis tan severa por la falta del vital líquido. Sin embargo, reconoce que la ciudad ha crecido mucho y eso puede impactar en el abasto para las colonias populares.

El pago del servicio, cuenta, lo hace anual. Este 2022 pagó dos mil pesos, porque le hicieron el descuento por contar con credencial del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores. Para lavar trastes y cocinar compra agua del garrafón, a la semana gasta 80 pesos.

 

María debe acarrear agua con cubetitas para todo

María Bernal también lleva un par de décadas viviendo en la colonia. Su casa es de tres pisos, por lo que a lo largo de los años han optado por algunas medidas para garantizar agua en su vivienda.

En un inicio compraron dos tanques de almacenamiento grandes. Este año, descubrieron que, en la toma del agua, que está en la entrada de su vivienda, siempre hay un “hilito de agua” que les permite llenar una cubeta, eso les lleva al menos 20 minutos.

 

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Además, dijo, habilitaron un aljibe y aunque quisieron instalar una bomba, su costo -35 mil pesos- los lleva mejor a sacar el agua con cubetas.

Ella también es una mujer mayor de 65 años, por lo que dice que casi siempre debe esperar a que regresen sus hijos para apoyarla a “acarrearla”.

En su casa, donde tiene una tienda de abarrotes, platica que en un inicio el programa de tandeo era cada dos días, ahora, solo llega el agua por periodos de dos horas, y tarda desde cinco hasta siete días en llegar.

El principal problema que enfrenta en casa, que cuenta con tres pisos, es que el agua nunca trae la suficiente fuerza para subir, por lo que de nada sirve que tengan dos tanques para almacenarlas.

La necesidad ha obligado a los vecinos a comprar agua, sin embargo, las pipas no cuentan con mangueras que permitan llenar los tinacos en segundas o terceras plantas, por lo que en algunos casos no los han logrado abastecer.

 

“Ayer el vecino trajo una pipa, pero no le llenaron porque es sólo para cisterna, no tiene una manguera lo suficientemente larga para subir al techo. Lo bueno es que anoche cayó como dos horas”.

 

Para lavar la ropa, comenta, llena varias cubetas al día, que deben acarrear con su esposo y sus hijos; es el mismo método que usan para bañarse, lavar trastes y cocinar. Paga tarifa comercial por su tienda, por lo que cada mes el recibo llega desde 300 hasta 400 pesos.

“Si me enojo, porque el recibo llega cada vez más alto y creo que es la queja de todo mundo. Como es comercial no nos hacen descuento a pesar de ser adultos mayores”, platica.

 

 

 

FP