• Ecología

Simón alimenta a diario a más de 100 iguanas en Úrsulo Galván

  • Isabel Ortega
Un pequeño silbido hace que los animales, algunos con más de un metro de largo, bajen de los árboles y reciban el alimento

De lunes a domingo don Simón filetea de cuatro a cinco lechugas, pica en pequeños trozos tres kilos de plátano roatán y a veces también un poco de quelites, con la idea de darles de desayunar a sus “Chiquillas”, poco más de 100 iguanas y garrobos que viven en las inmediaciones del río Actopan.

 

 

Un pequeño silbido hace que los animales, algunos con más de un metro de largo, bajen de los árboles y reciban el alimento que don Simón les prepara durante la mañana.

A diario invierte cerca de 100 pesos para darles de comer, algunos días gasta un poco más, porque también les gusta el mango y los quelites, “son herbívoros, les gusta la hierva y se comen los retoñitos”.

 

 

 

Jubilado desde hace algunos años, tiene una tienda a unos 70 metros del puente que divide las comunidades de Jareros, perteneciente al municipio de Úrsulo Galván, y Arroyo de Piedra, Actopan.

El pueblo de Jareros está situado a 12.4 kilómetros de Zempoala, que es la localidad más poblada del municipio de Úrsulo Galván, cuenta con poco más de  500 ciudadanos.

Parte de su rutina diaria, además de atender su changarrito, es preparar el alimento para sus chiquillas y chiquillos que viven en las inmediaciones del río. “Les doy (de comer) cuando está más fuerte el sol, como son de sangre fría nada más salen cuándo esta más sabroso el calor”.

 

 

La gente que transita de Úrsulo Galván a Actopan suele detenerse a ver a los animales, les llama la atención la gran cantidad que conviven en la zona.

Don Simón cuenta que ya las acostumbró a que solo comen una vez al día, sin embargo, el resto del tiempo se alimentan de los cogollos de la vegetación que les rodea.

 

 

“Les encanta la lechuga, el plátano roatán y los quelites. Ahorita todo está carillo, les doy cinco lechugas y tres kilos de plátano diario. Les llevamos todos los días, para ellas no hay descanso”.

 

Comentó que antes de atender su tienda, era productor de caña y ahora que es pensionado encontró en alimentar a las iguanas una actividad diaria, “estamos buscando conservarlas, hacerles su espacio”.

 

 

 

FP