Este 30 de abril se celebraría el cumpleaños número 38 de Manuel Amante Torres, un vendedor de relojes originario del municipio de Coatepec quien desde diciembre de 2016 permanece desaparecido.

El cuarto de Manuel se mantiene como lo dejó. Destacan posters de Al Pacino, fotografías familiares y su colección de gorras. Su madre, Beatriz Torre, mantiene intacta la recámara con la esperanza, como muchas otras mujeres en México, de que sus hijos regresen con vida.

Manuel se dedicaba a la compra y venta de relojes, así como a su reparación, el oficio lo aprendió su padre, un reconocido relojero de Plaza Barra China, en Xalapa, Veracruz.

En el quinto aniversario de Manuel, desde que desapareció, su madre pide un deseo: Que su caso no quede en el olvido.  “Quiero que la gente conozca su historia, que sepa que era una persona alegre, con mucha humanidad”, menciona Beatriz, quien destaca su carisma y su empatía con las personas que le pedían ayuda. 

Cuando tenía 33 años, Manuel se trasladó a casa de su novia, Silvana N, el 27 de diciembre de 2016, al estado de Jalisco. Ambos viajarían Autlán de Navarro para pasar las fiestas de fin de año, sin embargo, una situación amarga mermó la celebración en Veracruz, en la casa de su madre.

De acuerdo a una llamada que la novia sostuvo con su suegra el 29 de diciembre, ella y Manuel fueron interceptados por una camioneta; hombres armados lo habrían encañonado y posteriormente privado de la libertad, contó. Al término de esa llamada, la novia dijo que esperaría a que Manuel regresara.

Sin embargo, para el día 31 de diciembre, Silvana y su familia se trasladaron a Xalapa, como si la situación de Manuel nunca hubiera sucedido, generando un mar de dudas lleno de inconsistencias a la familia del hoy desaparecido.

Desde aquél entonces, Beatriz Torres, emprendió su lucha en busca de justicia para su hijo, así como para las víctimas de desapariciones y desapariciones forzadas, a través de su ingreso en el colectivo Familias Enlaces Xalapa, desde 2017.

Participando en brigadas, conferencias, búsquedas, performances, marchas y protestas por parte del colectivo, Beatriz se ha mantenido firme en la búsqueda de su hijo, tras cinco años de incertidumbre.

Ella comparte con tristeza que el tema de la desaparición ha evolucionado con los años, pues en esta época las desapariciones se han ‘normalizado’.

“Hace tiempo no se hablaba mucho de estos temas, era muy poco sonado, ahora sucede casi todo el tiempo, me preocupa que sea tan común”.

Además de mantener su cuarto tal como lo dejó, la familia de Manuel implementó un altar en su memoria, donde hay de una biblia y figuras religiosas, pero también imágenes de otras víctimas de desaparición que pertenecen al colectivo.

Desde su trinchera, la familia de Manuel ha emprendido una búsqueda interminable por la justicia y descubrir su paradero. En su cumpleaños número 38 desean que su historia no se olvide y que algún día vuelva a casa.

FP