Ixtaczoquitlán, Ver. -  El 17 de junio de 2019, Gabriel Salazar Parraguirre salió de compras al municipio de Cuitláhuac, en la zona centro de Veracruz, y fue secuestrado. Tras casi tres años de búsqueda, sus restos fueron localizados e identificados en las fosas clandestinas de Campo Grande, en el municipio de Ixtaczoquitlán. 

Los restos de Gabriel Salazar, privado de la libertad a los 25 años de edad, junto con los de otras 52 personas, han sido hallados en un año de trabajo por integrantes del colectivo de familias desaparecidos Orizaba–Córdoba, uno de los más representativo en la zona montañosa de la entidad. 

Elizabeth Parraguirre, madre de Gabriel, dice estar agradecida con el colectivo y con todo el equipo de búsqueda que brindaron la oportunidad de reencontrarse con su hijo, “ya tengo a mi hijo, ya voy a tener un lugar donde ir a verlo, mandarle flores. Yo voy a estar más tranquila porque sé dónde está”. 

De acuerdo a los datos del colectivo, Gabriel Salazar es uno de 11 cadáveres, de 53 exhumados de dichas fosas clandestinas, que han sido identificados y entregados a sus familiares, por parte de las autoridades competentes, para los procesos funerarios correspondientes.

Pero Gabriel Salazar Parraguirre no fue el único de la familia que fue privado de su libertad y encontrado sin vida. Sus dos tíos, Ernesto Rafael y Remigio Díaz Parraguirre, de 33 y 34 años de edad, fueron plagiados el tres de septiembre de 2015. Posteriormente aparecieron sin vida en unos cañaverales sobre la carretera federal 145, tramo La Tinaja Ciudad Alemán. 

Integrantes del colectivo Orizaba-Córdoba informaron que el próximo 18 de febrero, a las 12 horas, llevarán a cabo una jornada de oración por el primer año de búsqueda en las fosas de Campo Grande, un lugar que denominaron como “sitio de dolor y exterminio”. Allí, madres y padres orarán por el eterno descanso de las ya 52 víctimas exhumadas.