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¿De Delta a Ómicron?; así ha evolucionado el covid-19 en Veracruz

  • Carlos Caiceros
Durante las tres olas de la pandemia, en Veracruz ha habido varias variantes dominantes del virus

La variante Delta del coronavirus covid-19, que prácticamente ha originado la mayoría de contagios del virus en Veracruz en las últimas semanas, sería fácilmente desplazada por Ómicron, hallada en Sudáfrica la semana pasada; para los expertos dicho linaje podría dar pie a una cuarta ola del virus en México.

Especialistas en la materia advierten del nivel de propagación de la nueva cepa, aunque según los estudios preliminares ocasiona un riesgo menor de muerte para la población.

Así, durante las tres olas de la pandemia, Veracruz ha tenido experiencias con una gran diversidad de variantes; de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud Federal, la segunda fue la más mortal para la entidad, pues en solo mes y medio, más de 5 mil personas murieron, aunque para ese momento no se tenía claro cuáles eran las variantes predominantes.

 

 

Sin embargo, con los estudios realizados a los pacientes, se ha identificado a la “variante mexicana” y al covid Delta como los linajes causantes de las últimas 2 olas del virus en la entidad.

 

PRIMERA OLA

Desde el 17 de marzo que las autoridades de la Secretaría de Salud de Veracruz confirmaron dos primeros casos de coronavirus covid-19 los contagios no han cesado.

La entidad ha transitado entre diversas variantes que se han ido encontrando a lo largo de estos casi dos años de pandemia.

En los primeros meses, si bien no se daba un seguimiento concreto de las variantes que había alrededor del mundo y particularmente en Veracruz, la cantidad de contagios alcanzó casi los 40 mil.

La entidad veracruzana resintió el impacto inicial de la pandemia a la par de que, a finales de la primera ola, alrededor del mundo se conocía de la variante Alpha (octubre de 2020), la primera mutación del SARS-CoV-2 con posibles consecuencias graves, lo que quedaría demostrado al paso de los meses.

En Veracruz, durante los primeros días de noviembre de 2020 la baja en los contagios por coronavirus se detuvo.

Para ese momento, la entidad presentaba un acumulado de 39 mil 105 contagios; después del 8 de noviembre, los contagios volvieron a subir.

El pico de esa primera ola fue en el mes de julio, específicamente el 15, cuando 305 hombres y 238 mujeres resultaron contagiados.

Las muertes iniciaron ese mes en 2 mil 318, y concluyeron con 4 mil 83, aunque en agosto no remitieron del todo. El día con más muertes fue el 16 de julio, cuando se reportó la muerte de 49 hombres y 27 mujeres.

 

SEGUNDA OLA

Desde finales de 2020, en plena segunda ola de contagios, la Organización Mundial de la Salud (OMS) empezó a utilizar dos categorías para dar seguimiento a las variantes que consideraba como un riesgo.

Así, fueron establecidas las Variantes de Interés (VOI) y las Variantes de Preocupación (VOC). En México, el seguimiento específico no inició sino hasta febrero de este año, y ha ido mejorando al paso de los meses.

Para la segunda ola, que inició en enero de 2021 y se extendió hacia mediados de febrero no hay datos concretos para la entidad.

Sin embargo, de acuerdo con el reporte del Consorcio Mexicano de Vigilancia Genómica (CoViGen-Mex), una alianza entre diversas instituciones encabezadas por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la Universidad Nacional Autónoma de México, refiere que, del 3 al 15 de febrero, había diversos linajes presentes entre los enfermos, con algunas variantes de preocupación e interés.

Si bien para ese momento, la OMS estudiaba como de interés los linajes B.1.427, B.1.429, B.1.525, B.1.526 y P.2; mientras que B.1.1.7, B.1.351 y P.1 como preocupantes, en México, se habían documentado múltiples variantes de SARS-CoV-2 a lo largo de la pandemia, “pero la mayoría de los linajes identificados no se incluyen en ninguna de estas categorías”, refieren los primeros análisis.

 

 

En ese primer reporte, las autoridades sanitarias estudiaron 396 muestras enviadas por las dependencias de salud de los estados, incluido Veracruz.

Las variantes circulantes más comunes detectadas en ese periodo de análisis fueron B. B.1, B.1.1.222, B.1.1,432, B.1.1.519, B.1.2 y B.1.243, siendo B.1.1.519 la más prevalente. Para el caso de Veracruz, la prevalencia era de B.1; de B.1.1,432 y de B.1.243.

Durante la segunda ola, las autoridades mexicanas detectaron un súbito aumento de una variante con mutaciones que solamente estaba prevaleciente en México, aunque había sido detectada desde octubre de 2020.

Aunque inicialmente se le llamó la “variante mexicana”, luego se desestimó el nombre pues se hallaron casos en Estados Unidos y Canadá. Se confirmó que se trataba del linaje B.1.1.222 y del mismo linaje B.1.1.222 pero con una mutación T478K.

La segunda ola concluyó con 54 mil 872 contagios acumulados confirmados y 9 mil 375 muertes con corte al 25 de febrero.

 

TERCERA OLA

Con un monitoreo más completo de las variantes circulantes, la tercera ola que inició a principios de junio y se extendió hasta agosto de este año, había más claridad sobre qué cepas estaban ocasionando los contagios en Veracruz.

Para ese momento, la entidad transitó desde principios de abril con casos ocasionados de la cepa Alfa B.1.1.7 conocida como Alfa e identificada originalmente en el condado de Kent, en el Reino Unido.

Igualmente, para el 21 de abril las autoridades sanitarias habían detectado ya la presencia de la variante Delta en territorio mexicano, la que desde entonces ha ocasionado los contagios de los últimos meses.

Veracruz detectó también la presencia de variantes de interés como Épsilon, identificada por primera vez en California, Estados Unidos.

 

 

Así, en 37 muestras tomadas entre abril y mayo, se identificó que de la variante de preocupación B.1.1.7 dio positivo el 18.92 por ciento de los contagiados; de las variantes de interés B.1.427 y B.429 sólo se identificó el 2.70 por ciento y de otras variantes el 75.68 por ciento.

Para mayo y junio, seguían los casos con B.1.1.7 (Alfa), con 14.29 por ciento y habían llegado los primeros de Gamma P.1, detectada en Brasil, que acumulaban el 10.71 por ciento.

Asimismo, se identificó por primera vez una variante de interés, C.37 conocida como Lambda, en un 3.37 por ciento, originada en Perú. El resto fueron “otras variantes”.

La “variante mexicana” seguía presente con sus respectivas mutaciones, representando ya una variante de interés nacional (VIN) conocida como B.1.1.519 que en Veracruz alcanzó hasta el 39.29 por ciento.

Delta se convirtió, al paso de los meses, en la variante de prevalencia; es así que, hacia finales de octubre, las 14 muestras analizadas por el Consorcio confirmaban que era la única ocasionando contagios.

El reporte señala que Delta AY.20 tuvo una prevalencia de contagio en la entidad de 35.71 por ciento; Delta AY.25 acumula una prevalencia de 14.29 por ciento, en tanto que la AY.26 es de 21.43 por ciento; la AY.3 estuvo presente en el 7.14 de los contagios y la Delta AY.47 en el 7.14 por ciento.

Uno de los primeros sublinajes de Delta, la B.1.617.2 tuvo una presencia de 14.29 por ciento en los contagios analizados.

La tercera ola, que empezó a remitir en septiembre, dejó en Veracruz un acumulado de 119 mil 332 contagios confirmados.

Las muertes, que empezaron a bajar hasta octubre, alcanzaron un acumulado de 14 mil 535.

 

DELTA PUEDE CEDER SU DOMINIO

Alejandro Quintín Barrat Hernández, investigador de Faicic Clinical Research en Veracruz, advierte de la llegada inminente de la variante Ómicron a la entidad, por su alto nivel de contagio.

Y advierte también que, si bien la cuarta ola no sería tan alta como en la tercera, no hay motivo para no tomar previsiones adecuadas tanto a nivel federal como los estados.

 

 

El médico criticó que los gobiernos actúen “a priori” y sin esperar las evaluaciones científicas necesarias para implementar medidas, enfatizando que los contagios no serían tan altos o graves, si llamó a actuar en función de la información que se vaya generando.

Barrat Hernández indicó que, para el caso de los contagios en Veracruz, donde Delta es la única variante que prácticamente los está ocasionando, con el paso de las semanas podría ser desplazada por Ómicron.

Sin embargo, insistió que debe haber paciencia para observar la evolución de esta, pues recordó que también se esperaba que la variante Gamma, detectada en Brasil por primera vez, fuera la que prevaleciera en América Latina, pero no fue así.

 

“Se esperaba que empezara a predominar porque tenía una tasa de transmisión que Delta, pero la verdad es que en México sí se detectaron algunos casos, pero no fueron muy importantes, como sucede en Bolivia o Colombia.

“Cada país tienen unas características específicas que favorecen la transmisión de las variantes y tendrán que ver con la tasa de vacunación, con las infecciones previas, por eso le digo que no sé qué tanto nos vaya a pegar esta cuarta ola”, admitió.

 

El especialista sostuvo que la vacunación es una medida de protección de salud pública buena, y aunque la posibilidad de reinfección es latente, esta podría disminuir si se siguen observando medidas como el uso de cubrebocas en lugares públicos, el lavado de manos y evitar los eventos multitudinarios.

Llamó a que, con motivo de las fiestas decembrinas, las familias procuren la convivencia solo de personas vacunas y de no ser posible, que sea en un lugar abierto o con suficiente ventilación, para disminuir los riesgos de los que no están inoculados.