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De la feria a las calles: Así sobreviven comerciantes en Coatza

  • Fluvio Cesar Martínez
Desde hace varias décadas la familia Jiménez López recorre el país colocando sus puestos en ferias

Coatzacoalcos, Ver. -  Desde hace varios atardeceres, sobre la avenida Jirafas de la colonia Las gaviotas, se observan tres puestos ambulantes que llaman la atención de los transeúntes y automovilistas de Coatzacoalcos. En las vitrinas hay papas fritas, churros, salchichas, marquesitas yucatecas y hasta enormes algodones de azúcar.

Son las tiendas de la familia Jiménez López, quienes durante décadas han recorrido el país llevando sus botanas en las ferias populares que hoy están suspendidas a causa de la pandemia del covid-19.

 

 

“Llevamos de 25 a 30 años en el negocio de las ferias, aquí somos pura familia con mi hermana y mi padre que nos enseñó. En los últimos años no nos ha ido bien por la pandemia, porque desde que comenzó esto no nos han dejado ir a las ferias porque están canceladas”, expresó Santiago Jiménez mientras prepara los algodones de color azul y rosa.

 

 

Su última feria fue a principios de 2020 cuando apenas comenzaba a hablarse del coronavirus en México. Sus entidades preferidas son las del sureste mexicano debido a que aprende cómo preparar nuevas botanas como las marquesitas yucatecas.

La familia Jiménez López es originaria de Minatitlán y Coatzacoalcos donde actualmente viven, y quizá donde han pasado el mayor tiempo de sus vidas en los últimos años gracias a la pandemia.

Durante seis meses se mantuvieron en confinamiento, pero los ahorros se acabaron y tuvieron que buscar una alternativa para salir adelante y cubrir sus necesidades.

 

Entre contagios y bajas ventas siguen trabajando

Desde Cancún hasta Cuernavaca han visitado cada pueblo mexicano. Además de vender frituras y golosinas colocan juegos de boliches y otras áreas de entretenimiento que hoy están almacenados en sus bodegas.

Aseguran que los últimos meses han sido los más difíciles donde además de enfrentar una severa crisis económica, varios integrantes de la familia se contagiaron del coronavirus.

 

 

“A todos nos dio el virus, al único que no le dio gracias a Dios fue a mi suegro, sacamos todo lo ahorrado y algunos familiares nos ayudaron a subsistir”, cuenta Juan Carlos Gutiérrez mientras prepara una marquesita.

 

 

Al menos cinco integrantes de la familia se contagiaron del SARS-COV2, donde agradecen a Dios que no haya bajas por el virus.

Tras reponerse comenzaron a buscar alternativas para salir adelante por medio del comercio ambulante, sin darse por vencido, aunque tuvieron días muy complicados.

 

Temen que por tercera ola las ventas no repunten

En un principio anduvieron errantes buscando una calle y colonia adecuada de Coatzacoalcos para comenzar a vender sus productos, tratando de cuidar todas las medidas sanitarias.

Incluso solicitaron permiso al ayuntamiento para instalarse en el centro de la ciudad, aunque les fue negado por ser un sitio de alto contagio; pero les dieron la oportunidad de buscar un lugar en el poniente, hasta llegar a la colonia Las Gaviotas.

 

“Para no tener problemas fuimos con ellos del ayuntamiento y nos dieron permiso para vender aquí, empezamos bien y creo que las personas han respondido”, señala Juan.

 

 

Admiten que con la tercera ola de contagios y el cambio a color rojo del semáforo epidemiológico temen que las ventas no repunten, por lo que tratan de dar gel antibacterial a todos los que les compran y nunca se quitan el cubrebocas.

Incluso a aquel que no porta el cubrebocas no le venden algún producto, como medida preventiva.

La familia Jiménez López añora el fin de la pandemia y que regresen las ferias, pues a más allá de la reactivación económica que ello les permitirá, aseguran que recorrer las ferias es su estilo de vida.