CIUDAD DE MÉXICO.- La Guardia Nacional del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para combatir la violencia, podría repetir errores de sus antecesores, dijo el representante en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Derechos Humanos (ONU-DH), Jan Jarab.

"La Guardia Nacional, tal como se propone, constituiría una extensión del uso del paradigma militar en la seguridad pública y, de ser así, cómo se podría justificar, dados los resultados decepcionantes de la utilización de las Fuerzas Armadas hasta la fecha", cuestionó Jarab.

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López Obrador presentó a mediados de noviembre su Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024 que propone como eje una Guardia Nacional formada por las policías militar, naval y federal con el objetivo de preservar la seguridad y combatir la delincuencia.

La militarización "sería preocupante" porque repetiría el error cometido por el presidente Felipe Calderón (2006-2012) y por Enrique Peña Nieto (2012-2018), dijo Jarab en un encuentro de la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados.

Jarab se preguntó qué garantías hay de que con López Obrador el resultado "será distinto" al que se obtuvo con Calderón y Peña Nieto y el cómo se garantizará que la Guardia Nacional no incurra en violaciones de derechos humanos.

López Obrador expresó el 2 de diciembre, un día después de su toma de posesión como presidente, su confianza en que las Fuerzas Armadas mexicanas ayudarán a combatir el grave problema de inseguridad y violencia que aqueja a este país.

"México necesita de sus Fuerzas Armadas para atender este grave problema de inseguridad y violencia y hemos optado por este plan porque le tenemos confianza", dijo entonces López Obrador.

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De acuerdo con la propuesta de López Obrador la Guardia Nacional podría estar integrada por 60,000 agentes, de ellos 30,000 de la policía militar, 10,000 de la naval y 20,000 de la Federal, aunque para su creación todavía se tiene que reformar la Constitución.

El Ejército patrulla las calles desde el mandato de Calderón en una estrategia contra el narcotráfico y el crimen organizado que fue continuada por Peña Nieto y que ha dejado más de 200,000 muertos y unos 38,000 desaparecidos.

Con información de La Silla Rota

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