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Las brujas de México: relatos del misticismo nacional

  • La Silla Rota
"Brujas", fotografías y relatos que hablan del misticismo y surrealismo que aún sobrevive en México

Los relatos sobre brujas se remonta a épocas prehispánicas, para nuestros antepasados el mundo oscilaba entre lo sagrado y lo profano. Gracias a su cosmovisión aquello que consideraban concerniente a los Dioses, seres llenos de virtudes y defectos, era interpretado a través de brujos o brujas, míticos personajes que tejían una relación con las deidades, la cual mediaban a través de ritos, sacrificios y ofrendas que les permitían salvaguardar el futuro de todo un pueblo o incluso condenarlo.

Estas historias son tan enigmáticas y representativas de misticismo mexicano que personajes como Maya Goded Colichio, reconocida fotógrafa y cineasta documentalista que ha sido reconocida por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), ganadora del World Press Photo y multipremiada en países como Nueva York; realizó un proyecto en el norte de México, donde se dio a la tarea de buscar una escuela de nigromantes.

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(Foto Maya Goded)

Al igual que Maya, el científico, escritor y psicólogo mexicano Jacobo Grinberg-Zylberbaum, dedicado al estudio del chamanismo mexicano, las disciplinas orientales, la meditación y la telepatía a través del método científico. Concentró sus conocimientos en retratar a través de un libro, la experiencia que vivió con "Pachita" una de las curanderas mexicanas más famosa de la Ciudad de México.

De igual forma, The New York Times, documentó la historia de María Sabina como una sacerdotisa de un culto alucinatorio de hongos en Huautla que ha sido estudiado por antropólogos y que incluso fue el tema de un libro.

MAYA GODED RETRATA EN SU PROYECTO: "TIERRA DE BRUJAS", EL MISTICISMO Y SURREALISMO QUE AÚN PREVALECE AL NORTE DE MÉXICO

En la actualidad, las brujas mexicanas no vuelan en escobas, pero sí le susurran al viento y aprenden el nombre de las hierbas. A partir de un sincretismo de las creencias prehispánicas y cristianas, las brujas enarbolan sus conjuros, en una región localizada en el norte del país, en el pueblo de San Luis; entre los espectros de los  árboles, sombras cuyas hojas son consumidas por el calor de las tierras áridas, la búsqueda de la magia es indispensable para la sobrevivencia. Tal vez, es por eso el nombre con el que se les denomina a las hechiceras de esta región: "Bolitas de fuego", atributo de la esperanza que encienden en la oscuridad, en la desesperación del ser humano. Sin su atisbo de magia en este paraje,  el hombre y la mujer se marchitan, como una flor en el desierto, cuyo aroma es sepultado en la arena.

(Foto Maya Goded)

El secreto que rodea a estas hechiceras, se mantiene oculto frente al ojo público, por el temor y escarnio que, todavía ahora, muchas de ellas sufren. La fotógrafa Maya Godedlo afirma, cuando cuenta su experiencia al llegar al pueblo de San Luis, donde había los rumores de la existencia de estas nigromantes y una escuela donde ensañaban sus hechizos.

“Llegué a un pueblo muy solitario en San Luis Potosí. Ahí cada vez que preguntaba por la escuela de brujas, los habitantes me miraban con desconfianza, negando la existencia de brujas en el lugar”.

(Foto Maya Goded)

Pero el negar la subsistencia de las brujas es en vano. No importa con cuántas palabras se les quiera sepultar, ellas hacen crecer alas de sus hombros para despegar los pies de la tierra. La presencia de las nigromantes es innegable y Goded lo vivió mientras iba en su búsqueda. No encontraba ningún rastro de ellas, pero su presencia se respiraba en la zozobra del pueblo al que había ido, en el temor que cada aldeano transpiraba. Hasta que, sólo una persona, que le pidió anonimato, la llevó con una de las mujeres:

(Foto Maya Goded)

“Un señor que conocía a una bruja me enseñó el camino para llegar a su casa pero me pidió que no le contara a ella que él me lo había dicho”, relata la fotógrafa.

Cuando la bruja recibió a Maya, esta percibió el olor a flores secas e inciensos. La mujer frente a ella ya era una anciana, de ropa blanca y pequeña estatura, pero su mirada era la de un pozo y la fotógrafa temió por ahogarse en sus profundidades, en esa oscuridad, en la que la bruja le dijo: "Estoy contenta porque llegaste a curarme".

La hechicera no tardó en revelarle a Goded que ya sabía por qué venía y, que de hecho, la esperaba. La fotógrafa no tuvo palabras con las cuales responder, sólo con el silencio miraba a su alrededor, maravillada de encontrarse en un mundo diferente. La bruja tenía el don de escuchar a los muertos y entre sus utensilios de adivinación, estaba un balde de agua, en donde tenía visiones. Aunque, debido a su avanzada edad, su don comenzaba a languidecer.

(Foto Maya Goded)

Aun así, la fuerza de la vida de esta mujer no escapaba. Al igual que muchas de las brujas de la región, la mujer que Maya conoció se caracterizaba por haber vívido su vida como había querido: siendo independiente, sin hijos y el gozo de su plena sexualidad. Lamentablemente, la libertad que ejercen no es muy bien vista en donde habitan, por lo que viven a la periferia del pueblo de San Luis y, la mayoría de los hombres con los que han entablado una relación amorosa, las han dejado. Algo, sin duda alguno paradójico, porque la especialidad de estas brujas son los hechizos de amor. Maya lo afirma:

“Las brujas tienen historias de amor súper tristes. Son mujeres rechazadas porque se salen de las estructuras y reglas sociales. Su especialidad era el amor.

(Foto Maya Goded)

El temor hacia las brujas y sus corazones rotos es ancestral. Los pobladores de las regiones donde ellas habitan lo saben y al encontrarse con una, el miedo crece en sus venas como el mito de su magia rejuvenece. Las anécdotas en torno a estos encuentros no se hacen de esperar, fábulas que Maya Goded interpreta en sus imágenes, pero cuya seducción, sólo revive en los que se atreven a mirarlas.

Foto Maya Goded)

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OTRA BRUJA O SACERDOTISA MEXICANA QUE ES CONOCIDA EN VARIAS PARTES DEL MUNDO ES MARÍA SABINA, QUIEN DESCUBRIÓ EN LOS HONGOS LA LLAVE DE LA SANACIÓN

Los hongos hablan por la voz de María Sabina y sus palabras levantan a los enfermos. Sin embargo, no todos pueden "ver" comiendo hongos. Para Sabina quienes no nacían para ser sabios, no pueden alcanzar a entender el lenguaje de los hongos, aunque hagan muchas veladas.

Esto dijo María Sabina sobre cómo fue su primera sanación a un enfermo con los "niños santos" como ella llamaba a los hongos psicoactivos que crecían en su pueblo de Huautla de Jiménez, Oaxaca.

“Tenía 8 años de edad cuando un hermano de mi madre se enfermó. Estaba muy enfermo y los chamanes de la sierra, que trataron de curarlo con hierbas, ya no podían hacer nada por él. Entonces recordé lo que me había dicho Teonanácatl (el hongo sagrado): que fuera a buscarlo cuando necesitara ayuda.

"Salí a recoger los hongos sagrados y los llevé a casa de mi tío. Los comí delante de él, que estaba moribundo. Los Teonanácatl me condujeron a su mundo de inmediato y les pregunté qué tenía mi tío y qué podía hacer yo para salvarlo. Me dijeron que un espíritu malo había penetrado en su sangre; para curarlo debíamos de darle unas hierbas, no de los curanderos, sino otras.

Pregunté dónde se encontraban esas hierbas y me llevaron al monte, a un lugar donde crecían árboles altos y donde fluían las aguas de arroyo; era el mismo lugar que había visto en mi viaje, las mismas hierbas. Las arranqué y llevé a casa, donde las herví con agua y se las di a mi tío. A los pocos días el hermano de mi madre estaba".

Estas fueron las palabras de la chamana María Sabina del pueblo Nashinandá(mazateca) que descubrió a temprana edad el lenguaje de la sanación de las personas, perteneciente a un mundo donde vive dios, la muerte, los espíritus y los santos.

"PACHITA" ES LA CURANDERA MEXICANA MÁS FAMOSA DE LA CIUDAD DE MÉXICO, CUYO VERDADERO NOMBRE FUE BÁRBARA GUERRERO

Gracias al psicólogo y científico mexicano Jacobo Grinberg Zylberbaum, quien desapareció misteriosamente en 1994, se sabe poco más de la vida de esta curandera y sobre los métodos poco usuales que realizaba para operar a las personas que sufrían algún mal.

En su libro, Las manifestaciones del ser "Pachita", Zylberbaum nos describe minuciosamente las sesiones espirituales que vivió junto a Pachita prestando su "materia", y cómo le fue posible realizar viajes astrales a través de la oración y la búsqueda de un yo interior (refiriéndolo como un Ser magnificente que concentra toda la sabiduría). Y aunque su narrativa fantástica -la cual aprueba desde su introducción como totalmente verídica- le costó desprestigio por parte de la comunidad científica, fue gracias a Pachita y estas sesiones que Zylberbaum logró confabular su teoría sintérgica, a la cuál le dedicó 15 años de su vida. El término sintérgia es un neologismo derivado de las palabras Síntesis y Energía.

En esta postulación nos describe detalladamente que el ser humano es capaz de modificar la láttice (aquella que contiene la información de todo el universo) mediante el alcance de estados superiores de conciencia que ocurren entre la realidad y la percepción, y a través de nuestra maquinaria neuronal, probando que la realidad que concretamos es una mera proyección de la mente. Para esclarecer un poco más este punto conviene citar las palabras del escritor Ken Wilber: la realidad es una pero la dividimos con fronteras de separación que dependen del nivel de conciencia en el cual funcionamos y no de la realidad en sí.

En la obra de Pachita, Zylberbaum relata historias extraordinarias sobre operaciones de riñones, médulas, dedos y cerebelos en personas. La descripción detallada es tal que es posible confundirse con una historia meramente de ficción, pero lo cierto es que se trata de la experiencia de un viaje astral mediante el cual, el lúcido psicólogo "prestaba" su cuerpo a los hermanos, seres espirituales que tenían la capacidad de curar a los enfermos con sólo pasarles las manos.

Pachita fue una de las más grandes chamanes de México. A palabras de Zylberbaum: "poseía un control extraordinario sobre la materia y la energía. Era capaz de realizar operaciones quirúrgicas tales como trasplantes de órganos en las cuales objetos y órganos biológicos se materializaban a partir de la láttice del espacio-tiempo".

El hecho de que el mexicano tenga la facultad de acudir con espíritus para sanarse, protegerse y recordar su origen para entablar su destino, es una de las pocas cualidades prehispánicas que ha sobrevivido a la temporalidad.

Con información de La Silla Rota

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