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Entre retenes y operativos, comunitarios 'cazan' a los últimos Templarios

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Coahuayana, Aquila y Chinicuila son los municipios en que la Policía Comunitaria trabaja para mantener libres de grupos criminales

RODRIGO CABALLERO

Aquila (La Silla Rota).- Los rondines terminan en la madrugada y los relevos reinician el patrullaje inmediatamente, se trata de policías comunitarios que están a la caza de los últimos líderes de los Caballeros Templarios de la costa michoacana.

La tarea de la Policía Comunitaria de Santa María Ostula se complica conforme pasan los días, la presencia de elementos de la Policía Michoacán de Lázaro Cárdenas disminuyó luego de la liberación de los cinco policías secuestrados por narcotraficantes, y ahora, los comunitarios sólo cuentan  con el apoyo de las policías municipales de Coahuayana, Aquila y Chinicuila, las únicas corporaciones policiacas integradas en su totalidad por ex autodefensas en Michoacán.

Germán Ramírez Sánchez, director de Seguridad Pública de Aquila, encabeza los operativos en la frontera del municipio con el puerto de Lázaro Cárdenas, pues dice que ahí se concentran decenas de templarios que buscan retomar el control de la costa.

Ahí buscan a Jesús Cruz Virrueta, alias “Chuy Playas”; Fernando Cruz Mendoza “El Tena”, José María Cruz, alias “El Tunco” y a Federico González Medina “El Lico”, buscados como miembros de los Caballeros Templarios que conforman una célula delincuencial en la zona colindante al territorio indígena.

“No vamos a pararle hasta que logremos detener a todas esas personas que tanto daño le han hecho a la comunidad”, dice Ramírez Sánchez.

Se escucha cansado, al momento de la entrevista acaba de terminar su turno, ahora tiene que lidiar con un bloqueo de habitantes de la región, muchos de ellos, familiares de presuntos halcones detenidos en la región.

Son 30 personas distribuidas en dos bloqueos de la carretera costera de Michoacán, a la altura de Maruata y el Atrancón, algunos son familiares de José Antioco Calvillo, quien fue encarcelado tras confesar participar en el atentado contra el líder autodefensa, Cemeí Verdía Zepeda.

Antioco está libre y los policías comunitarios lo acusan de estar tras los bloqueos que impiden el desarrollo de los operativos en la zona, los manifestantes dicen que la policía ha cometido abusos durante los mismos.

“Ellos son gente de Antioco, nos están impidiendo el paso cuando vamos a detener gente y luego que llegamos ya no encontramos a los que andamos buscando porque ellos les pasan la información que íbamos por ellos”, dice Germán Ramírez.

Pero estos habitantes no son los únicos que han impedido el desarrollo de los operativos, en un primer momento, los policías comunitarios aseguran que fueron obstaculizados por la Marina Armada de México.

Los choques con la Marina

El pasado 18 de febrero, la Policía Comunitaria de Santa María Ostula denunció públicamente que la Secretaría de Marina había instalado un retén sobre la carretera costera de Michoacán, justo cuando los comunitarios implementaban un operativo para detener a miembros de los Caballeros Templarios que aún trabajan en la región.

“A nuestros policías no los dejaron pasar en la Tupitina, los Marinos no dejan que vayamos a detener a ‘Chuy Playas’, nosotros creemos que hay un arreglo entre la Marina y los Templarios para que no los vayamos a detener”, aseguró un comunitario que pidió el anonimato por cuestiones de seguridad.

El operativo tenía el objetivo de detener a los líderes templarios que aun operan en la región Sierra-Costa de Michoacán pero fue frustrado por el filtro que instaló la Marina, según testimonios de policías comunitarios.

Ese fue el último choque entre la Marina y la comunidad de Ostula, pero apenas una semana antes, el 5 de febrero, los comuneros revelaron que fueron marinos los que detuvieron a cinco policías comunitarios y los entregaron a los templarios.

Los comunitarios dijeron que Abigail Farías Fernan, Crispín Francisco de Aquino, Saúl Fabián Meraz, Eleno Valencia Zambrano y Francisco Carreón Valencia fueron detenidos en un operativo encabezado por la Semar en el filtro de seguridad de Tizupa en Aquila, Michoacán.

“Hablé con ‘El Tunco’”, narró uno de los comunitarios secuestrados, “fueron ellos con la Marina, no te dicen verdad pero eran ellos, eran varios vatos encapuchados y Marina”.

De inmediato la Secretaría de Marina negó categóricamente haber participado en el hecho y la versión oficial fue que eran miembros del crimen organizado “camuflajeados” como marinos, quienes levantaron a los cinco policías.

Pero los comunitarios mantienen la sospecha de la participación de la Marina y en un comunicado la comunidad de Ostula pidió esclarecer la participación de la Semar en el operativo.

“Pese a que el mal gobierno niega su participación en la desaparición de los compañeros policías comunitarios, rechazamos tajantemente la versión de que hayan sido utilizados vehículos y uniformes clonados para secuestrar a nuestros compañeros”, decía el comunicado.

El puesto de avanzada

Este lunes 6 de marzo, la Secretaría de Marina-Armada de México, en conjunto con el Gobierno del estado de Michoacán, instaló el primero de tres puestos navales de avanzada justo a un lado de territorios indígenas nahuas recuperados en 2009.

El puesto naval de avanzada de “La Placita” está ubicado a tres kilómetros de Xayakalan, un territorio que fue recuperado por indígenas nahuas hace ocho años y repartido entre los comuneros originarios de la zona.

Para los pueblos originarios de la Sierra-Costa de Michoacán, el nuevo puesto de la Semar no fue creado para brindar seguridad a los habitantes de la región, sino para mantener a raya a la población nahua, sobre todo a la comunidad de Santa María Ostula.

El puesto naval es una construcción permanente que se hizo sobre un puesto de campaña móvil instalado en el mismo lugar hace tres años; ahora cuenta con comedores, dormitorios, gimnasio, estacionamiento y un antiguo campo de fútbol que ahora funge como helipuerto.

En mayo de 2016, el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, instaló la primera piedra del ahora puesto naval de “La Placita”, se cuenta con un avance “significativo” del puesto de Coahuayana y esta semana iniciarán las obras del que se va a colocar en Caleta de Campos, tenencia del municipio de Lázaro Cárdenas.

Los tres puestos, sumados a las bases navales de La Tupitina y Maruata, no sólo le permiten a la Marina Armada “cerrar filas contra la delincuencia” y proveer de labores de seguridad a los habitantes de la Sierra-Costa michoacana. También están distribuidos de manera que rodean al territorio indígena desde Xayakalan hasta Huahua, por lo que la Marina tiene el control de quién entra y quién sale de esta comunidad de la costa michoacana.

Rondines interminables

A pesar de los bloqueos sobre la carretera federal 200, ya sean por pobladores o por miembros de la Marina, la Policía Comunitaria todavía tiene que mantener el patrullaje en la Sierra-Costa.

“Gastamos un chingo en gasolina pero no podemos dejar de patrullar un solo día”, dijo Héctor Zepeda Navarrete, director de Seguridad Pública del municipio de Coahuayana.

En ese otro municipio de la costa michoacana el problema de seguridad le llega desde el estado de Colima, a donde los Caballeros Templarios también huyeron con la llegada de las autodefensas a finales de 2014.

“El problema en Coahuayana es que nomás nos divide un río con Colima y  no está hondo, lo cruzas y ya estás del otro lado, así nos llegan los delincuentes, por eso, si dejamos de patrullar, nos van a caer”, aseguró el ex autodefensa.

Coahuayana, Aquila y Chinicuila son los municipios que buscan mantener a raya a los templarios con base en rondines interminables, los ex autodefensas tienen que estar patrullando para recordarles a todos que siguen ahí, patrullando entre operativos y bloqueos.

Con información de La Silla Rota