Xalapa, Ver. Diana Isabel Ventura Trujillo tomó el micrófono y comenzó a hablar en náhuatl. Nadie de los presentes entendió la primera parte de su discurso. Luego, ella tradujo:

“Estoy aquí por mi ideales, la mujer en Zongolica ha sido pisoteada, ha sido discriminada. Nos envían a los peores fiscales,  a los peores jueces”.

Era sábado 24 de abril, en Xalapa, y Diana Isabel participaba en el marcha nacional Primavera Violeta, una manifestación replicada en varias ciudades del país, a través de la cual las mujeres protestaron contra el machismo, y pugnaron por mayores condiciones de equidad social.

Diana Isabel se distinguió del resto de las participantes por iniciar su discurso en un idioma indígena, y por ser una de las oradoras más jóvenes, con 27 años.

Luego de dar un diagnóstico sobre las condiciones en que viven las mujeres de las zonas indígenas de Veracruz, habló de su caso en particular: discriminación en el ámbito universitario por ser mujer y por ser indígena.

“Nuestros maestros son machistas. Hay uno al que tenemos que aguantar en clase, que nos dice que somos prófugas del petate y del metate”, dijo a través de un alta voz.

En 2015, Diana Isabel presentó una denuncia ante la sala Regional de lo Contencioso Administrativo en Xalapa, en contra del director de la facultad de Economía de la Universidad Veracruzana, Arturo Bocardo Valle, del maestro Artemio Carlín Mapel y todo el consejo técnico por faltas administrativas.

La joven estudiante señaló que impugnó el haber sido reprobada en la materia Econometría 1, que cursaba en ese momento, y no tener la oportunidad de que se hiciera una revisión de examen.

Además, de que no se tomó en consideración que Bocardo Valle –quien impartía la materia- no cumplió con sus horarios de clase por andar viajando y anteponiendo sus actividades como directivo antes que las de docente.

Hace unos días, cuando se hizo pública la denuncia interpuesta ante los tribunales, el director de la facultad de Economía la buscó para tratar de negociar una calificación aprobatoria a cambio de retirar la demanda administrativa interpuesta en su contra.

Diana Isabel rechazó la oferta. Recordó que cuando el conflicto apenas iniciaba, la joven buscó el diálogo, pero el profesor se negó. Ahora, que ha presentado la querella ante los tribunales, la joven tiene claro que para preservar sus derechos humanos no hay vuelta atrás.

Una vida de discriminación

Entrevistada en la biblioteca de la Facultad de Economía, donde en los últimos meses ha sido víctima de acoso por parte de docentes y compañeros, muestra el legajo que compone la demanda asentada en la sala regional del Tribunal de lo Contencioso Administrativo, pero también nos habla de su vida.

Diana Isabel, es originaria de Zongolica, una de las zonas más pobres de la entidad. De su padre Juan Ventura Zepeda, abogado, heredó el gusto por el Derecho. Y antes de ingresar a estudiar Economía, ya se había titulado como abogada en la UV, en el año 2011.

“Yo no gateaba, yo di mis primeros pasos en esos juzgados”, dice Isabel, quien recuerda que cuando era pequeña acompaña a su padre a litigar en los juzgados de aquella región.

Mientras platica cómo y por qué decidió interponer una demanda en contra de las autoridades de la Facultad de Economía, recuerda que no es la primera vez que sufre discriminación de parte de quienes le rodean.

Relata que ella comenzó a sufrir discriminación desde que vivía en Zongolica. Especialmente en la preparatoria, los problemas de discriminación se acrecentaron cuando en un evento cultural declamó en náhuatl y se vistió con el traje típico de la zona.

Una vez concluido el evento escolar, acudió a una tienda de la localidad, en donde la trataron “con la punta del pie”.

Diana Isabel se describe como una mujer fuerte, y la discriminación que ha sufrido, asegura, no la ha afectado, “¿qué me podían quitar?”, cuestiona.

Sin embargo, la joven señala que nunca imaginó que en la Universidad Veracruzana, una institución que hoy pugna por la intervención de la ONU ante el problema de los adeudos que tiene el gobernador Javier Duarte de Ochoa, volvieran los episodios amargos.

Durante su estancia en la institución las amenazas, el bullying y la discriminación han sido frecuentes tanto como de parte de docentes, y de sus propios compañeros.

Los adjetivos pasaron de “chaira", "izquierdosa" y “revoltosa", hasta la referencia de que es “prófuga del petate y metate”, usada por el profesor Enrique Cruz.

Cuando se le pregunta qué significa este momento de su vida la demanda interpuesta contra sus maestros, Diana Isabel lo califica como una crisis en su vida profesional, que afirma lo superará porque en su familia, los retos han sido una forma de vida, porque “cuando el miedo se va, todo es posible”.

Pero eso no quita la decepción que le ha causado la UV:

“Aquí le digo a Sara –Ladrón de Guevara- ¿dónde está el apoyo al universitario, a la mujer estudiante universitaria? Se paró a decir damos más, pues que me dé más”.