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PGR ofrece recompensa... 4 días después de que los sepultaron

"El programa de recompensas es un simulacro de las autoridades para tratar de justificarse ante las familias con desaparecidos", dicen.

Cuatro días después de que José Antero López González y Raymundo Isaac Rico Arias, fueron sepultados por sus familiares en el estado de Querétaro, el Diario Oficial de la Federación publicó el acuerdo 036/16, en el que ofrece una recompensa de un millón y medio de pesos para quien ofrezca información útil para su localización.

En febrero del 2012, López González, de 24 años, e  Isaac Rico de 27 años de edad, hicieron un viaje de su estado natal Querétaro al puerto de Veracruz, con la intención de disfrutar de las fiestas del Carnaval. El domingo 12 del mes, la familia perdió contacto con ellos.

Socorro Arias, madre de Raymundo Isaac, relató a un medio de comunicación de Querétaro: “Mi hijo se había ido de viaje con un amigo. Me estuve comunicando con él, y un domingo no me contestó. Luego, me respondieron en su teléfono otras personas a las que no conocía y entonces decidí denunciar”.

En par de días después de haber registrado su denuncia ante las autoridades queretanas, decidió trasladarse a Veracruz a presentar otra denuncia.

El 27 de marzo de 2015, la entonces Unidad Especializada de Búsqueda de Personas Desaparecidas - hoy FEBPD-, atrajo su caso, e inició una investigación por la desaparición de  Raymundo Isaac y José Antero.

En los primeros días de enero 2016, la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas en Querétaro le informó a Socorro Arias que su hijo había sido localizado en Veracruz.

Luego de una larga travesía de trámites burocráticos y diligencias periciales, dos meses después, los restos de Raymundo Isaac fueron trasladados a su estado natal. La tarde del domingo 20 de marzo, en un panteón particular fue sepultado.

Por eso, cuando el Diario Oficial de la Federación (DOF) publicó el acuerdo de recompensas ofreciendo un millón y medio de pesos para quien diera información útil sobre el paradero de los jóvenes, Socorro Arias tuvo un sobresalto: ¿Porqué la autoridad pide informes sobre el paradero de una persona que ya me entregó?.

Anuncios a destiempo revictimizan a familias

“Ponte en los zapatos de Socorro, ella pasó cuatro años buscando a su hijo. Luego, sufre el dolor de haberlo encontrado muerto. Ya lo veló,  ya lo enterró, y en medio de proceso de duelo, sale un anuncio de que hay una recompensa para quien de datos para su localización. Eso es interrumpir ese duelo, y revictimizarla más”, dice Víctor Manuel García Herrera, asesor jurídico de la organización Desaparecidos Justicia A.C.

García Herrera, que acompaña a familias con personas desaparecidas de Querétaro, dice que el caso de López González y Isaac Rico pone en evidencia las deficiencias del programa de recompensas de la Procuraduría General de la República (PGR).

“Vemos que entre la fecha en que se pone una denuncia por la desaparición de una persona, y  el momento es que la familia es beneficiada con el programa de recompensas, hay un desfase tremendo”, dice el activista, quien recuerda que la familia solicitó ingresar al programa de recompensas desde hace dos años.

Otro detalle que revela la publicación del anuncio de la recompensa en el Diario Oficial de la Federación “es la falta de información y de actualización en los datos con que cuentan las autoridades”.

Antes de que los cuerpos fueran entregados a las familias, la Agencia del Ministerio Público Federal acudió a Veracruz a hacer los cotejos de ADN, entre el perfil genético con que contaba la PGR y las Fiscalías de Veracruz y de Querétaro. Y fue, solo hasta después de que la autoridad federal confirmó los resultados, cuando la familia de Socorro recibió el cuerpo

“Sí cuatro días después de sepultados, publican la recompensa,  eso revela la falta de información de la PGR”, dice el activista, quien además pone en la mesa, otra pregunta: “Si ya están en el programa de recompensas, y ellos ya aparecieron ¿Quién se va a quedar con ese dinero? ¿Quién va a cobrar esa recompensa?”.

Programa de recompensas es una simulación

Lucía de los Ángeles Díaz Genao, integrante del Colectivo Solecito de Veracruz, no tiene dudas: el programa de recompensas es un simulacro de las autoridades para tratar de justificarse ante las familias con desaparecidos.

“Se hace para decir que se está haciendo algo, porque es una de las mejores  prácticas internacionales, y así México puede decir que ellos la practican. Pero las madres de desaparecidos no tenemos ninguna esperanza de que la publicación de recompensas incida para esclarecer los casos”, dice.

Lucía de los Ángeles Díaz, quien busca a su hijo Luis Guillermo Lagunes, desaparecido desde julio del 2013, sabe de lo que habla porque en una ocasión, decidió poner a prueba el sistema de recepción de llamadas, del programa de recompensas. 

Después de varias llamadas, se decepcionó del programa al percatarse que no hay procedimientos adecuados para la recepción de denuncias, en los número que exhiben en los anuncios de recompensas.

La mujer señala que las personas que atienden las llamadas son “bien roñosas”, y con sus interpelaciones “te hacen pensar en colgar, en la posibilidad de que te metan en un problema, en que no es gente confiable”.

“La primera vez que llamé, y era un lío pasar una denuncia, para hablarle a los que responden los teléfonos ahí. Y entonces, te preguntas: ¿Qué gano yo con poner un teléfono en el anuncio de las recompensas sino lo contestan apropiadamente o no conteste?”, acusa.

En otra de las varias llamadas que hizo, le respondieron que no podían tomarle la denuncia porque los fines de semana no hay guardias. Entonces, ella pensó: “¡qué bonito!, si la persona que va dar los datos el único día que puede es el fin de semana, entonces, estamos fritos”.

La integrante del Colectivo Solecito de Veracruz,  señala que contar con un buen sistema de atención de llamadas de denuncias es fundamental, “una persona que te va hablar en un caso de esos, va hablar con mucho  sigilo, y con muy poco tiempo. Y si la estas maltratando, haciéndole preguntas y acosando, lo que va  hacer es que te va a colgar”.

Otra de las deficiencias del programa de recompensas que ofrece el gobierno es que se limita a un número ínfimo del total de personas desaparecidas en el país. Cuando se hace la asignación de recompensas no se transparente las razones de porque un caso sí y otro no.

Además, muchas familia continúan sin poder aprovechar el programa porque las autoridades no difunden esa posibilidad.

“Sí se presentan 200 solicitudes, las autoridades van a escoger 18, pero si preguntas ¿porqué o cómo?, no te saben decir porque. Además, no se solicitan mucho porque además ese programa no se conoce”.

Otro punto flaco del programa de recompensas es la difusión de los anuncios.

“Las difusiones tienen que hacerse tres veces al año, pero ¿qué pasa?, si las familias no van y piden su difusión, y sino están friegue y friegue, no se la hacen.

Yo conozco mucha gente que no ha tenido difusión, y tienen el programa”.

Un detalle en el ámbito de la difusión de los anuncios es que si las familias no están atentas sobre los lugares en que van a colocar sus anuncios, muchas veces son relegados a espacios con poca visibilidad, debido a que son más baratos de colocar ahí.

Ni el Colectivo Solecito de Veracruz ni Desaparecidos Justicia A.C. de Querétaro conocen un caso de éxito de las ofertas de recompensas a quien de informes para localizar a personas desaparecidas.

“No hay un caso resuelto por anuncios de recompensas, que yo sepa, y eso es por que en la cadena que va desde la difusión hasta la llamada, no tiene una armonía. Hay un desfase. Puedes poner tu difusión muy bien, puede aparecer una persona que quiera hablar, pero a la hora de llamar, se va a encontrar con un problema”.