Esto fue lo que dijo el gobernador Javier Duarte de Ochoa durante la celebración del día del Ejército, según reportó la agencia de noticias AVC el pasado 19 de enero.

A decir de los datos que maneja la Procuraduría General de la República (PGR) y el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), lo dicho por Duarte Ochoa, es correcto, sin embargo solamente al referirse a la incidencia delictiva.

En relación al agradecimiento que hiciera el mandatario al Ejército, esto es absolutamente cuestionable, toda vez que las estrategias de seguridad implementadas, no solo abarcan al Ejército y Marina, sino a otros cuerpos de seguridad, además de que no existen evidencias suficientes para relacionar la presencia militar con la disminución de la incidencia delictiva. 

Por otro lado, al analizar entre algunos delitos entre los años 2010 y 2012, el panorama de lo afirmado por Duarte de Ocha, cambia. 

Cabe destacar, que de acuerdo a la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), en sus resultados para 2015, la incidencia delictiva del país registraba 33.7 millones de delitos asociados a 22.8 millones de víctimas.

La ENVIPE registró además, 102 mil 823 secuestros para algún integrante de familias mexicanas arrojando 99 mil 747 víctimas.  En este contexto nacional, Veracruz fue una de las entidades más afectadas por la delincuencia.

De acuerdo al análisis que hace César Morales en su texto “La guerra contra el narcotráfico en México, la debilidad del Estado, orden local y fracaso de una estrategia”, la presencia de militares en las calles autorizada durante el mandato de Felipe Calderón en la declaratoria que hiciera el ex presidente mexicano contra el narcotráfico, es absolutamente cuestionable.

En 2009, un informe del Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC), afirmaba que en el país debido a esfuerzos inconsistentes de políticas de seguridad, no se habrían logrado fortalecer a las instituciones y por el contrario, el crimen avanzaba.

“Las fuerzas armadas, inmersos en una lógica del enemigo y con una estricta orientación jerárquica, no cuenta con la preparación para brindar un servicio público como el de seguridad; lo que debería ser el último recurso de la sociedad, se ha convertido, en muchos frentes, en el primer rostro del Estado para sus víctimas y usuarios de los sistemas de justicia”, detallaba el informe. 

Por otro lado, como un esfuerzo sin precedentes por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) desde el 2010, se puso a disposición de la ciudadanía, el número de quejas por violación a derechos humanos por parte de elementos castrenses. (ver datos) http://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/54932/recomendaciones.pdf

Los datos presentados en su portal de internet presentan estadísticas de denuncias desde  2008 a 2015.

En total, se registran 122 quejas presentadas por parte de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) a través de su Dirección General.

Es notorio que no todas las acusaciones son por violaciones contra civiles, además, se consignan, por ejemplo, violaciones a derechos humanos de elementos del Ejército como el caso de uno de sus miembros que fue discriminado por ser portador del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).

El cien por ciento de quejas presentadas contra el Ejército por violación a derechos humanos, fueron aceptadas.

Desde que iniciara la guerra contra el narcotráfico, diversas organizaciones nacionales e internacionales se han pronunciado en contra de la estrategia de la permanencia del Ejército en las calles por las constantes violaciones a derechos humanos de que son partícipes.

De acuerdo a Amnistía Internacional no existe un registro puntual y exacto de esas violaciones, por lo que ponen en duda la credibilidad de las cifras manejadas en las instituciones mexicanas.

Es importante contextualizar además la desaparición forzada y asesinato de los 43 normalistas de la Normal Rural “Isidro Burgos” de Ayotzinapa, caso en el que diversos colectivos han denunciado la participación y omisión de elementos del Ejército.

“Dado que varios testimonios ubican su participación o conocimiento de los ataques a los estudiantes la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre. Por ejemplo, uno de los sobrevivientes ha narrado la omisión de soldados para ayudar a algunos de los estudiantes heridos tras la agresión”, según informó Amnistía Internacional.

Con este panorama, la declaración del gobernador veracruzano es correcta en la cifra, sin embargo cuestionable en su agradecimiento al Ejército mexicano como único actor en la conformación de lo que podría ser una esfera de seguridad en la entidad.

http://secretariadoejecutivo.gob.mx/incidencia-delictiva/incidencia-delictiva-fuero-comun.php

http://www.cidac.org/esp/uploads/1/__ndice_de_Incidencia_Delictiva_y_Violencia_2009_PDF.pdf

http://www.nexos.com.mx/?p=24035

http://mexico.cnn.com/nacional/2010/08/17/el-ejercito-publica-su-informe-sobre-violaciones-a-derechos-humanos

http://mexico.cnn.com/nacional/2010/08/14/la-comision-pide-indemnizacion-y-reparacion-del-dano

http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/oyarvide.pdf

http://suracapulco.mx/archivoelsur/archivos/247201

http://www.inegi.org.mx/saladeprensa/boletines/2015/especiales/especiales2015_09_7.pdf