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En Camarón de Tejeda dan el último adiós a fallecidos en Atoyac

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Se reunieron en el campo deportivo de Camarón de Tejeda para dar el último adiós a sus seres queridos.

Camarón de Tejeda, Ver.- El sonido de las campanas anunció la misa que se haría en honor de los fallecidos por el accidente del camión de la línea Jamapa que cayó casi 30 metros sobre el río Atoyac y arrebato la vida de 22 personas.

 

En Camarón de Tejeda dan el último adiós a fallecidos en Atoyac http://ow.ly/WVc3E * Se reunieron en el campo deportivo de Camarón de Tejeda para dar el último adiós a sus seres queridos.

Posted by E-consulta Veracruz on lunes, 11 de enero de 2016

Todo el pueblo asistió a la ceremonia que se realizó en el campo deportivo de este municipio. Uno por uno fueron llegando los féretros con los cuerpos de los fallecidos. Sus familiares cargaron el ataúd varias cuadras, en algunos casos, hasta llegar al lugar de reunión.

La improvisada misa reunió a los familiares que desde ahora comparten el dolor por la pérdida de sus seres queridos; en la explanada, un altar con apenas unos cuantos pendones blancos y dos sillas para los sacerdotes daban cuenta del prematuro encuentro.

Las dos largas filas de ataúdes daban cuenta de la tragedia. Este 11 de enero de 2016 quedará grabado en la memoria de los habitantes de Camarón de Tejeda como el día en que el luto se volvió una pena compartida y el llanto fue el lenguaje que comunicó la pena.

Fotografías de los fallecidos se colocaron cariñosamente arriba de los ataúdes. Las camisas del equipo acompañaban a quienes en cada partido la sudaron. Flores blancas dispuestas en forma de cruz descansaban en los féretros.

El dolor era evidente en los ojos de quienes se quedaron; las lágrimas no alcanzaron para expresar el sufrimiento que causó despedir a sus seres queridos.

Con un rosario iniciaron los ruegos por los fallecidos y por los familiares que dejaron en esta Tierra. El campo deportivo se llenó poco a poco y pronto el espacio frente al altar no fue suficiente para albergar a los féretros y a los dolientes.

Durante el mensaje el clérigo tuvo que hacer varias pausas para nombrar a todos los fallecidos, pues el llanto de los familiares, pero especialmente de las madres conmovió al sacerdote casi al punto de las lágrimas.

El sacerdote Nicolás Flores Hernández pidió por las 22 víctimas del fatal accidente, tanto jugadores como familiares, y hasta por el chofer, cuyo cuerpo fue rescatado la mañana de este lunes. Al escuchar los nombres de los difuntos, el llanto no pudo frenarse en los ojos de los dolientes, que hicieron un esfuerzo para evitar dejarse llevar por el dolor.

Dijo que el fallecimiento de los 22 es la tragedia más grande de la que hayan sido testigos los habitantes de Camarón de Tejeda

"Iban con sus grandes sueños, con su alegría, entusiasmo y en medio de eso se acabó todo, pero se debe quedar en el corazón de los papás, que fueron por un trofeo que no consiguieron, porque consiguieron el más importante, el de Dios. Para nosotros ellos son campeones", pidió el sacerdote a los deudos.

Les pidió llorar el tiempo que sea necesario a sus familiares fallecidos y rogarle a Dios que les dé el consuelo a quienes perdieron a sus seres queridos en el accidente.

Tras es el mensaje, el sacerdote se presentó ante cada féretro y los bendijo. Anunció también que las ofrendas recogidas durante la misa serán donadas a las familias para los gastos generados por los sepelios.

Anunció además que la Asociación Comunidad Migrante envió 22 mil 302 pesos como apoyo simbólico para las familias que sufrieron del accidente, ya que varios de los fallecidos tienen familiares en Estados Unidos.

Casi a las 5 de la tarde, volvieron a repicar las campanas; esta vez, la Iglesia despedía a los difuntos que serían guiados hacia el panteón. La música de banda llenó el silencio.

En el panteón ya esperaban a los difuntos cientos de personas que acompañaron a las familias. Los voluntarios, que desde las 7 de la mañana comenzaron a cavar las criptas, permanecieron en espera de los cuerpos.

 

Doce espacios fueron rápidamente dispuestos para ser la morada eterna de los fallecidos. La línea recta cruza el ancho del camposanto y en éste hay 12 tumbas, ya que no todos fueron sepultados en este panteón.

Una vez llegaron los ataúdes, la calma que se vivió durante la misa dio paso al llanto desconsolado de los dolientes a los que la realidad los sorprendió de golpe. Esta sería la última tarde que verían a sus seres queridos.

La despedida dolió y la música de "Amor eterno" que entonó la banda que acompañó al numeroso cortejo fúnebre sirvió de marco para que las lágrimas contenidas rodaran por las mejillas de los presentes. 

Avc