Xalapa, Ver. Las muertes del fotoperiodista Rubén Espinosa y la activista Nadia Vera, así como los desaparecidos en el estado, son heridas abiertas permanentes en Veracruz.

"No deberían estar en el altar muchos de los jóvenes que están en los altares", destacó Norma Esther García Mesa, secretaria del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación.

Agregó que el ejercicio más importante del ser humano es la solidaridad, para con todas aquellas personas que pasan por un trance de pérdidas de familiares.

La estudiosa lamentó que no solo en Veracruz, sino en el país entero, la clase gobernante le apueste al olvido.

El caso más claro, sostuvo, es el tema de los normalistas de Ayotzinapa, cuyos padres han "desplegado todos los días una enseñanza para el país; cotidianamente están presentes y ese ejercicio cotidiano de memoria es lo que va a evitar y lo ha evitado ya, el olvido".

Agregó que es una de las pruebas "mas entrañable" del ejercicio de la memoria".

Señaló que ese es un dolor compartido entre millones de mexicanos y una asignatura pendiente de las autoridades.