Poza Rica, Ver.- (AVC) Pese a los intentos de intimidación de trabajadores de la Secretaría de Gobierno estatal y el Estado Mayor Presidencial en Poza Rica, un grupo de ciudadanos, simpatizantes de partidos de izquierda, protestaron y marcharon para exigir justicia en la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero, además de un freno a la delincuencia en la entidad veracruzana.

“Que no se vaya limpio de Poza Rica, que Enrique Peña Nieto sepa la realidad en Veracruz, que sepa que aunque tenemos miedo y somos pocos aquí estamos”, fueron parte de las consignas realizadas por ciudadanos que participaron en la marcha que recorrió desde la plaza cívica 18 de marzo hasta los campos del 4 y medio, punto en el que una valla de elementos de la Policía Federal les impidió el paso.

Con pancartas en mano exigieron al Gobierno de la República presentar con vida a los 43 estudiantes normalistas desaparecidos en Guerrero y hacer justicia contra quienes son los responsables.

En la marcha fueron principalmente jóvenes los que participaron, simpatizantes de partidos como el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

“En México actualmente es más seguro ser del crimen organizado que ser estudiante” reprocharon en el trayecto que en dos ocasiones intentaron detener.

Elementos de la Secretaría de Gobernación, en especifico de la Dirección General de Política Regional intentaron en dos ocasión detener al grupo de manifestantes para evitar que llegarán a la sede del evento en donde Enrique Peña Nieto se reunió con vocales y beneficiarias del programa “Prospera”.

Pese a las intimidaciones que sufrieron y el acoso por parte de los servidores públicos los manifestantes siguieron su trayecto hasta que fueron frenados por la valla de elementos de seguridad que impidieron el paso.

La marcha fue pacífica y en las inmediaciones de la sede del evento lanzaron consignas en contra del gobierno federal, señalaron situaciones de inseguridad que se viven en la entidad veracruzana y recriminaron a los asistentes “vender” el futuro de sus hijos a cambio de un jugo y una torta.