A año de la desaparición de ocho policías del municipio de Úrsulo Galván, sus familias continúan sin conocer sus paradero, las razones de su desaparición, o alguna pista sobre donde pudieran estar.

Si bien en su momento el titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Arturo Bermúdez Zurita dijo a los familiares y amigos de los desaparecidos que elementos de la corporación habían iniciado un operativo de búsqueda por “por aire y tierra”, a la fecha, no hay respuestas satisfactorias para los familiares de los desaparecidos.

En este contexto el Colectivo por la Paz Xalapa,  hizo una denuncia pública a través de redes sociales, para evitar que el 11 de enero (del 2013), fecha en que desparecieron policías de Ursulo Galván, pasara desapercibido.

En un breve mensaje, dijo que “A pesar de haber tocado puertas y haber solicitado el apoyo de autoridades municipales, estatales e incluso autoridades a nivel federal, las familias de los ocho policías no han encontrado una respuesta por parte de las autoridades que les indique dónde están:

Alejandro Báez Hernández, Guillermo Torres Perdomo, Javier Araus Molina, Juan Carlos Montero Parra, Luis Alberto Valenzuela González y Samuel Montiel Perdomo siguen en calidad de desaparecidos, a quienes la organización llamo: “víctimas de desaparición forzada”.

“Un año que transcurre sin que aún se hayan proporcionado por parte de las autoridades la protección de las víctimas, ni ayuda, asistencia o reparación integral como lo marca la Ley.

“A un año de la Desaparición Forzada de los ocho policías sus hijas, sus hijos y sus esposas los siguen esperando...porque los necesitan. A un año las familias no pierden la fe de encontrarles con vida”.

En el comunicado de este 11 de enero del 2014, el Colectivo por la Paz, dice que los policías  desparecieron luego de ser “levantados por policías tácticos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Veracruz”.

Antecedentes:

Ocho de los 14 policías de Úrsulo Galván, Veracruz, que  cuidaban la localidad en hace un año, desaparecieron el 11 de enero, cuando salieron a un rondín de vigilancia.

En unas de las tantas manifestaciones públicas que hicieron durante el 2013, para llamar la atención de las autoridades, una familiar de un desparecido, narró que “ninguno tenía amenaza de muerte”.

“Ellos estaban en un municipio pequeñito, tranquilo, de zona turística. Nos hubiéramos dado cuenta si estaban nerviosos u ocultaban algo. Hasta se llevaron su lonche y su uniforme”, dijo.

Y presente tenía las promesas de las autoridades: “El secretario de seguridad pública (Arturo Bermúdez Zurita) dijo que los estaba buscando ‘por cielo, mar y tierra’, pero no hay nada”.