Sucesión, ¿y la atención a las y los veracruzanos?

  • Rafael Arias Hernández

Faltan 387 días. Más deudas, pérdidas, imposiciones y ocurrencias.

La trampa en funciones. Elecciones, más elecciones y elecciones.

Experiencia no aprendida. Después de caros y cuestionados  procesos, históricamente los electos tienen  tiempo, recursos y oportunidades de atender bien y oportunamente  a sus representados.

Sin embargo. En trienios y sexenios, muchos han demostrado que en general no lo hacen, caracterizándose por sus pobres o nulos resultados positivos.

En doce años, se han hecho evidentes incontables casos de  mediocridad e ineficiencia, ineptitud y corrupción, así como disposición y  capacidad de endeudar y endeudar,  usar y abusar de   dependencias gubernamentales y recursos públicos, con el propósito de ganar elecciones y mantenerse en la impunidad.

Elecciones, selecciones ¿y evaluaciones?

¿Qué va a suceder con el alargamiento por años, del entretenimiento político-electoral que exige atención y ocupación, gasto y cuidado en su manejo?

Pobre Veracruz. Tres años más de lucha electoral y mediática, espectáculo y excesivo despilfarro, pérdida de recursos y oportunidades, retrocesos y sacrificios. Salvo excepciones, ¿qué se puede esperar de gobernantes y políticos de probada irresponsabilidad e incapacidad?

Y ni modo, obligación y derecho ciudadano. Hay que entrarle y participar activamente. Entrarle y no abandonar el proceso, ni dejarle el camino despejado y fácil a ineficiencia y delincuencia fuera y dentro del gobierno. Porque entregarles  las elecciones sería peor, ya se sabe y padece en lo que terminan.

Primero los seres humanos

Por otro lado. En la atención y preocupación diaria, de las y los veracruzanos, se encuentran  prioridades y  necesidades sociales  desatendidas, convertidas en rezagos crecientes que, sumadas a la falta o insuficiencia  de servicios públicos básicos, día a día se  asegura, el simple crecimiento de limitaciones y sacrificios populares que se heredan, generación tras generación. Sobran estadísticas e indicadores, hechos e información oficial.

Preocupa y hay que repetirlo: si el desastre económico  y financiero es grave, el de involución institucional es peor. Imposible negar y ocultar lo evidente.

En la cotidianidad de la sobrevivencia, demasiadas pruebas de discrecionalidad, encubrimiento y falta de aplicación de la ley, que en buena medida,  ni se cumple ni se hace cumplir. A esto sigue, la destrucción o debilitamiento de dependencias, estructuras y funciones de  instituciones gubernamentales; y, desde luego, el uso y abuso de recursos públicos.

Legalidad socavada. Institucionalidad debilitada. Enriquecimiento explicable, impunidad inaceptable.

Así, no extraña que políticas públicas encaminadas a la atención y afectación de causas y orígenes de los problemas, no obtengan buenos y suficientes resultados.

El colmo, a responsables y culpables escandalosamente conocidos, nadie oficialmente les exige cuentas. Los protege opacidad gubernamental  y perversidad política, desde  el manejo de la información oficial.

Solución sustituida por simulación. Previsión por repetición.  

Reiteradas  políticas y programas, actividades y formas de gobierno, probadamente insuficientes e inconvenientes, incrementan  costosas consecuencias, injustas limitaciones e inhumanos sacrificios sociales. A su cargo, conocidos beneficiarios en el gobierno.

Imprescindible repetir e insistir. Hechos por todos lados, muestran y demuestran  alcances de ineficiencia y delincuencia gubernamental. ¿Su prioridad dedicar cuantiosos recursos públicos, para garantizar continuidad de  impunidad?

Estos son componentes principales del mayor desastre que, sin quererlo ni buscarlo padece Veracruz, y se extenderá los próximos años. Aprovechándose la enorme y casi total atención y dedicación a la lucha por el poder, frente al creciente abandono o desatención de la población.

Solución efectiva o gran distracción

Compruébese como la mayor dedicación y atención   se dirigen  al “bueno”, al “tapado”. A nombres, candidatos y partidos. Rituales, propaganda y espectáculos, de sobra conocidos y padecidos.

Adicción a obsoletos y costosos actos y acciones: destape y cargada,  acarreo y  clientelismo, demagogia y  promesas, muestreo y múltiples formas de distracción que ayudan a mantener y vender esperanza.

Excepciones aparte, gobernantes, partidos y políticos, así como medios, organizaciones sociales, organismos empresariales y representaciones de la sociedad civil se encaminan o ya están involucrados, en lo que es y será su mayor preocupación y ocupación en años: competir para asegurarse el gobierno, y disponer de sus instituciones y recursos. Unos para alcanzarlo; y otros para mantener impunidad y que no los alcance la justicia. 

Y desde luego que hay razón y justificación en hacerlo, pero no a costa de abuso y sacrificio de la población. ¿Veracruz de desastres, no merece atención?

*Academico.IIESESUV

@RafaelAriasH

Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez.

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Rafael Arias Hernández

Actualmente es Investigador del IIESES y maestro de la Facultad de Economía de la UV.

Cuenta con  Licenciatura en Economía, por la Universidad Veracruzana. Obtuvo mención honorífica Cum Laude.  Maestría en Economía con especialización en Desarrollo Regional y sub especialización en Historia del Pensamiento Económico. Salt Lake City, Utah. USA. Diplomado por la U.V. en “Habilidades del Pensamiento”.  Alta Dirección AD2 Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas. (IPADE). Becario en los programas Lincon-Juárez y LASPAU.  Asesor académico y maestro de Enseñanza Media, Esc. De Bachilleres Noc. “Art. 3º Constitucional”, Xalapa, Ver. Maestro en la Facultad de Economía, y de la Maestría en Desarrollo Regional. Historia Económica, Desarrollo Económico, Desarrollo Regional, Taller de Investigación, Metodología, Habilidades del Pensamiento y otras cátedras. Maestro en “Técnicas de Debate” de la maestría en Acción Política y Administración Pública, de la Universidad Anáhuac. Xalapa, Ver.

Director General Técnico y Secretario General de la Universidad Veracruzana.

En el Gobierno Federal, fue Delegado Estatal de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial en Veracruz, y Director de Desarrollo Regional en SPP. En el Gobierno del Estado de Veracruz ha sido Asesor Económico, Jefe de Prensa y Comunicación Social, Director General del Instituto Veracruzano de Cultura, Director General de Industria, Comercio y Estadística, Coordinador de Participación Ciudadana, Coordinador Ejecutivo del Comité de Planeación para el Desarrollo (COPLADEVER). SEFIPLAN, (2010)

Miembro de diversas Asociaciones Civiles y ciudadanas, como el Colegio de Urbanistas y Planificadores, el Colegio de Economistas; la Fundación Cambio XXI A. C.; y de la Fundación Colosio A.C. Colaborador de diversas revistas y publicaciones académicas. Articulista de diversos periódicos, y de otros medios de comunicaciones nacionales, estatales y municipales.