A ocho manos: postura ante el retroceso legislativo contra los Derechos de las Mujeres en Veracruz

  • Mujeres Que Saben Latín

Cuando subió a la tribuna, la diputada Mónica Robles comenzó hablando enfáticamente de cómo se había violentado la autonomía legislativa con el propósito de dejar abierta la puerta para criminalizar a las mujeres que decidan interrumpir un embarazo en Veracruz. También advirtió que la “versión oficial”, sería que en ningún momento se estaba penalizando el aborto, y que las causales vigentes serían respetadas. Muchas legisladoras y legisladores, o creyeron la versión oficial, o decidieron que el tema no era de tal importancia como para poner a trabajar la conciencia y que cualquier cosa que les hayan enseñado en el catecismo, era suficiente argumento para votar a favor de una reforma que, sabemos, muchos de ellos (y ellas) no sólo no leyeron, sino que ninguno se tomó la molestia de defender.

Desde siempre sabemos que la mayoría de las y los legisladores responden a los intereses de sus partidos, y en este caso a los del poder ejecutivo. ¿Cuándo se darán cuenta que ya no pueden engañar a la ciudadanía que les brindó su voto? Las mujeres constituyen el 51 por ciento de la población y el poder legislativo debería estar aprobando leyes que les beneficien y no una en la que se busca criminalizarlas. Las y los diputados deben dejar de lado sus intereses, prejuicios e ideas religiosas que lo único que demuestran es ignorancia de lo que viven miles de mujeres que no tienen acceso a servicios de salud de calidad, que viven en condiciones difíciles y que se enfrentan a embarazos no deseados sin saber qué hacer o con quién acudir.

En el Distrito Federal, única entidad en el país donde se permite una interrupción legal del embarazo de manera libre y segura para las mujeres, hay un cartel que dice: “Están en contra del aborto hasta que necesitan uno”. Así de claro el tema de la doble moral en este país. Si preguntáramos a cada persona si seguiría apoyando este tipo de leyes en contra de la vida de las mujeres aun sabiendo que mujeres de su familia, amigas o personas queridas irían a la cárcel por tomar una decisión libre respecto a su vida, otra sería la respuesta. Sin embargo, esta no es la razón por la cual debe respetarse el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y su vida. Debe respetarse porque es nuestro derecho vivir una vida sin cuestionamientos públicos y en la que sea cada mujer la dueña de sus acciones.

Hay muchos motivos por los que las mujeres deciden abortar. Si se "garantiza el derecho a la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural", se criminaliza la interrupción del proceso de crecimiento del embrión. En este sentido son lamentables las declaraciones de las diputadas y diputados del congreso local, al expresar que, así como se reconoce el derecho a la salud, educación y vivienda, ahora están garantizando el derecho a la vida del ser humano desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.

Con este tipo de declaraciones no solo evidencian la falta de lectura a la iniciativa enviada (y ordenada) por el ejecutivo estatal, sino la falta de conocimiento de las discusiones e informados debates que desde hace años se han dado en la Suprema Corte de Justicia a propósito de este tema. La votación que tuvo lugar el pasado 21 de enero, hace evidente el autismo legal y político de quienes ocupan las curules.

En un estado como Veracruz, la "muerte natural" se está convirtiendo en un privilegio. ¿No sería mejor atender los altos índices de violencia y corrupción en el estado que provocan un elevado número de homicidios, feminicidios y desapariciones?

No se trata sólo de un retroceso en la política de Estado con afectación directa a las mujeres, dicha iniciativa de ley es el resultado del ejercicio del poder que se sirve de su posición privilegiada y busca complicidad que diluya la responsabilidad. La interrupción del embarazo es un tema que corresponde a las mujeres, la participación masculina en este tema debe ser de apoyo, de acompañamiento, contribuyendo a garantizar el acceso pleno a sus derechos; no decidiendo sobre el cuerpo de ellas. Por ello, el involucramiento masculino debe ser frontal y de total apoyo a la lucha que busca defender el derecho de las mujeres a decidir porque solo de esta manera podemos seguir contribuyendo de manera comprometida con la erradicación de las desigualdades.

En este siglo XXI, en Veracruz, nos falta andar mucho camino para entender como ciudadanía que opinar sobre iniciativas como esta, requiere ir más allá de una reflexión básica y que se ha asumido sin cuestionamientos. Requiere valor e inteligencia. Ojalá algún día la tengamos como sociedad.