El cine en Veracruz

  • Ricardo Benet

En el estado de Veracruz no se realiza cine…

Vamos, se atraen producciones extranjeras o foráneas y servimos en todo caso como locación barata y agradable… Pero la producción local, el imaginario colectivo de una región es magro y casi inexistente.

Empiezo por la autocrítica. Como titular del departamento de cine de la UV sé que la universidad pública tiene el gran rezago y pendiente de ofrecer una opción académica (la mejor oferta, como corresponde al estado).

Desde la iniciativa privada, la escuela Luis Buñuel en Xalapa hace loables esfuerzos, pero ni todos los aspirantes tienen los medios ni los profesionales del cine (en activo) tienen disponibilidad para ser docentes de planta, además de otras variables, que hacen que no se haya logrado aún una producción continua y sólida

Los demás son ejemplos aistados y admirables: los amigos de Oftálmica y Cine del Sur, un par de cortos seleccionados a Short-film corner de Cannes, Johny Olán con sus documentales desde Nanchital y un puñado de valientes más… Y por suerte decenas de cine-clubes que al menos nutren al fiel cinéfilo.

Frecuentemente aparecen improbables asociaciones de cineastas, de videastas, de documentalistas… Desde otras instancias con poca credibilidad cinematográfica se convoca a festivales, rallies y otros flamantes eventos donde las intenciones son confusas y los resultados pobres, con un consumo inexplicable de recursos. Porque, si no hay academia y producción adecuadas, ¿qué se va a exhibir, qué se va a premiar?

Pero no extiendo queja sin solución. Hace 5 años me invitaron a integrarme a los talleres audiovisuales del Centro de las Artes Indígenas en Parque Temático Tajín. Desde ese entonces se ha convocado ya a 3 generaciones (citadinos y rurales, mestizos e indígenas) de donde han resultado 21 cortos, muchos en español, otros más en lengua totonaca.

Primeras miradas la mayoría, historias sencillas que llevan el requisito (y necesidad) de luz natural, duración menor a 15 minutos, personajes locales y dos días de rodaje, debido a limitaciones técnicas y presupuestales.

Varios de ellos han sido seleccionados y premiados en diversos festivales en todas las latitudes. Y me atrevo a decir que estos talleres constituyen el esfuerzo más serio, riguroso y continuo de creación cinematográfica en el estado de Veracruz. Pero más allá del eventual éxito hay una realidad más entrañable, esta experiencia les ha cambiado la vida a varios de sus participantes.

Les cuento el caso de Abraham Sotero, tenía 19 años cuando se enteró de este taller. Originario de Arenal, comunidad de un centenar de habitantes, se había ido a estudiar la universidad a Poza Rica. Compartía con otros dos amigos un cuarto de azotea mínimo e insalubre y trabajaba por las noches en un bar de mala muerte donde, cuando llegaban los malosos, se tenía que esconder en los ductos del aire.

Un sábado llegó al taller con su página de historia a filmar, único requisito de admisión (canjeable por una narración oral si el interesado no sabe leer y escribir). Seis meses después había terminado ya su primer corto, simple y emotivo, que le ganó la selección al Short-shorts Festival y su primera visita a la Ciudad de México.

Lo apoyamos para que viajara más holgado y en el primer telefonazo le pregunté sobre su mayor impresión de ese viaje: dudó unos segundos y me contestó “el elevador de mi hotel… es de cristal y subo y bajo varias veces al día…”

Abraham continuó en el mundo de las imágenes, dejó el bar, terminó la carrera y ahora se dedica a la animación digital y da clases en el colegio de bachilleres.

He hecho cuentas y con los millones que cuesta un solo evento del aparador oficial, podemos extender la experiencia de estos talleres del Totonacapan a las diversas regiones del estado, generando decenas de cortos y muchos beneficios culturales.

Necesitamos idear los mecanismos para acceder a esos dineros secuestrados, para posibilitar la creación y continuidad cultural, para que otros –menos favorecidos en esta lotería- tengan la oportunidad de asomarse a universos más luminosos.

Ricardo Benet

 

PD.

A mediados del 2014 y por motivos de prioridades político-económicas los talleres fueron, desgraciada e indefinidamente cancelados. Seguimos explorando con asociaciones y otras instancias para recuperarlos y darles continuidad o trasladar la experiencia a otra región del estado… O emigrar.

  

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Ricardo Benet

Estudió Arquitectura  (U.N.A.M.), posgrado en Historia del Arte (Florencia) y la carrera de Cinematografía  (CCC / Mèxico)

Ha dirigido 5 cortos de ficción, 2 documentales y 2 largometrajes: “Noticias Lejanas”, seleccionada en más de 60 festivales con 17 premios y “Nómadas” (protagonizada por Lucy Liu) estrenada en 2013

Como cine-fotógrafo ha realizado más de 20 cortometrajes y 4 largometrajes

Ponente en Portland University, Universidad de Buenos Aires y en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Ha sido jurado en los festivales de Puerto Vallarta, Montreal, Puebla, La Habana, Biarritz, Gibara Cuba, Barcelona y Mar del Plata.

Ha obtenido los premios “Ariel” de la Academia Mexicana de Artes Cinematográficas, el “Astor de oro a Mejor Película” en el Festival de Mar del Plata 2006, y “Mejor Director” en los festivales de Guadalajara y Vancouver, así como Mejor Director Iberoamericano en Málaga, España.

Está al frente del Departamento de Cinematografía de la UV y desde el 2007 coordina también los Talleres Audiovisuales del Centro de Artes Indígenas en Parque Tajín. Actualmente prepara su tercer largometraje.