Caballada en tropel

  • Manolo Victorio

Los reclamos de la población veracruzana a nadie importan.

Las campañas, el proselitismo descarado y descarnado ha tomado la agenda pública.

Personajes impresentables e incombustibles (Notiver dixit) en la impronta social, torvos, perversos, maquiavélicos, se exhiben ahora como salvadores de la patria chica en espectaculares sembrados a orillas de carretera, bardas en colonias populares, erigiéndose como veracruzanos de raigambre, cultura y origen.

Pintan bardas, atiborran el espacio público en barrios y colonias, en búsqueda de ser más populares que los bailes de Nelson Kanzela o ser más simpáticos que Peso Pluma.

La seguridad, la irrupción de la violencia cotidiana, el desempleo, los apagones constantes y la carestía de la vida, pueden esperar. Ahora es tiempo de vender la imagen de redentores, aunque sean lo contrario; disfrazar la intolerancia con el barniz efímero de las encuestas a modo.

Ahora, son el hacha parada sobre un tronco, exhibiendo el cabo de madera pulida, en intento propagandístico de convencer a los árboles del bosque que es una de ellos. Una fábula criminal.

Quienes buscan suceder a Cuitláhuac García Jiménez pagan encuestas que los coloquen como punteros o favoritas en un electorado que no anda en el mismo riel de las pasiones desbordadas de perpetuarse en el poder sólo porque caminaron alguna vez en los éxodos de Andrés Manuel López Obrador, ocupan un cargo en la estructura de la cuatrote o gozan de los serenos privilegios del nepotismo estatal.

No hay en Veracruz quien ponga orden a los adelantados. No existe un líder que manoteé sobre la mesa. Todos llevan agua a su molino. Una anarquía donde las libertades políticas se viven sin control, sin importar que el calendario electoral inicie hasta noviembre.

La entrega de la estafeta al nuevo o nueva coordinadora nacional para la defensa de la Cuarta Transformación se hará el miércoles 6 de septiembre, anunció la semana pasada el también presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, quien ese día dejará el bastón de mando de la cuatrote a quien resulte ganador en la encuesta del Movimiento de Regeneración Nacional.

En la lógica política descendente, primero deberá saberse quien será el abanderado o candidata de Morena que intente ser el presidente o presidenta número 66 en sucesión de Andrés Manuel López Obrador, de ahí se irán decantando candidatos y candidatas en Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán.

En Veracruz el proceso de las corcholatas nacionales corre en otro tren. Aquí todos se erigen como los más populares, son invitados a fiestas patronales, hacen recorridos, prometen revisión de tarifas eléctricas, ofrecen a la refinería Olmeca como la panacea a nuestro apetito por combustibles más baratos.

Los ánimos se desbordan. Unos se dicen que son amigos del presidente, otros que tienen el control político del estado, uno más que tiene la plataforma magisterial a su disposición, un alcalde que dice que no quiere pero que hace obra pública que lo sitúa en la preferencia popular, bien medida en las encuestas.

Nada les importa. Ni el enojo de los transportistas, ni el llanto de las madres buscadoras, ni la falta de agua potable en regiones como Xalapa, Perote, Veracruz, Boca del Río y Medellín de Bravo.

No empatizan con la demanda social por un mejor servicio de la Comisión Federal de Electricidad que mantiene a la población veracruzana con el Jesús en la boca por los apagones que se registran todos los días en ciudades y comunidades.

Nada. Lo importante es construir al vapor una imagen de buena gente, de cercanía con el macucón, de cultos y escritores, de arquetipos de lo mejor que el pueblo merece para los años venideros.

El chiste es aparecer en la boleta electoral del domingo 2 de junio de 2024.

Y si para lograrlo tienen que ponerse a dieta, colgarse máscaras o ensayar pasos de baile, lo harán.

Lo importante es la imagen, no el conocimiento.

Pobre Veracruz. Una caricatura de la política que ha dado grandes hombres al escenario nacional.

En Morena, la caballada está gorda, diríase en la picaresca priista.

… de otro costal.

El Grupo Metropolitano de Agua y Saneamiento es un cáncer inoculado por el duartismo a los usuarios de Veracruz y Medellín de Bravo.

La crisis del agua potable pegó en la línea de flotación del Hospital de Alta Especialidad de Veracruz que enfrentó una crisis por falta del líquido y aire acondicionado.

El periodista Víctor Ochoa posteó en su perfil de Facebook, la raíz de la crisis en el suministro de agua potable. El Grupo MAS se embolsó “más de 5 mil millones de pesos en 6 años y sólo invirtió 360 mdp en infraestructura hidrosanitaria”.

Una ganancia líquida de 4,640 millones de pesos.

Negociazo.

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Los miércoles el diputado Juan Javier Gómez Cazarín, presidente de la JUCOPO llena de gente los pasillos y corredores alrededor de su oficina.

Quienes buscan una gestión, un favor, trámite, resolución de conflictos o la bendición para una candidatura, hacen fila horas cada miércoles.

Ya van dos semanas que no acude a sus miércoles de puertas abiertas.

Extraña la ausencia de Cazarín, sobre todo porque en las oficinas de los demás legisladores, los asesores, secretarias, ujieres, achichincles y demás burocracia, se la pasan dormitando o echándose unos chicharrones de harina con harta salsa Valentina para acelerar el reloj laboral.