“Tenemos al peor presidente de la historia”

  • Darío Suárez

“Tenemos al peor presidente de la historia”

Hablar de la figura presidencial es aludir a quien cada sexenio ostenta el poder en nuestro país, debido a que es en manos de algún personaje político o líder social en el que ésta recae. Durante cada proceso electoral la aspiración de todos los mexicanos es que llegue a la presidencia de nuestro país un ciudadano ideal y ejemplar que respete la investidura del presidente y, de igual manera, defienda los intereses del pueblo.

Sin embargo, todos los mandatarios que han llegado a la silla, en cierta medida, han decepcionado al electorado con una u otra acción o de plano con el sexenio completo, si no es en el aspecto económico, es en el social, el de seguridad pública o en el contexto global, pero siempre hay algo que a la ciudadanía de nuestro país deja mal sabor de boca.

El periodo actual, no es la excepción, continuamos quejándonos, ya que en el 2018 llego a la  Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, el líder moral de la denominada “cuarta transformación”. AMLO, como lo conoce el pueblo, se ha distinguido a nivel internacional por la serie de acciones que se han llevado a cabo en nuestro país, además por la alta aprobación de su gobierno. De esta manera, y tal y como se dio a conocer durante su tercer informe, el pasado 01 de diciembre y ante 250 mil personas aproximadamente en la plancha del zócalo, tenemos al “peor presidente de la historia”, debido a que:

  1. El 70 por ciento de los hogares de México están inscritos en al menos un programa de bienestar o se beneficia del presupuesto nacional, además de que se elevaron a rango constitucional y están establecidos como derechos de observancia obligatoria.
  2. Un millón 800 mil mujeres y hombres de 18 a 29 años han trabajado como aprendices con una percepción de un salario mínimo en el programa Jóvenes Construyendo el Futuro.
  3. Las becas de posgrado e investigadores aumentaron a 9 mil 370 para llegar a un total de 125 mil 816 beneficiarios.
  4. Con presupuesto federal se construyen hospitales y se terminan los heredados por administraciones anteriores. Se amplió al doble el número de médicos que recibirán una beca para cursar una especialidad en el país o en el extranjero.
  5. Están en construcción los parques culturales y ecológicos del Bosque de Chapultepec y del Lago de Texcoco. Las Islas Marías dejaron de ser penal y se convirtieron en el Centro de Educación Ambiental y Cultural 'Muros de Agua-José Revueltas'.
  6. La construcción del Aeropuerto Internacional ‘General Felipe Ángeles’, a cargo de ingenieros militares, costará menos de 80 mil millones de pesos y ya dio inició el proyecto de construcción del nuevo Aeropuerto de Tulum, Quintana Roo.
  7. El Tren Maya llevará bienestar al sur-sureste, región del país con mayor riqueza arqueológica, cultural y turística.
  8. En julio del año próximo se terminará la nueva refinería de Dos Bocas, Paraíso, Tabasco, con capacidad para procesar 340 mil barriles diarios. Así mismo, la compra total de la refinería Deer Park de Houston, Texas, aumentará la producción de gasolinas y diésel y otros combustibles que se destinarán al abasto del mercado interno del país.
  9. Se creó la Guardia Nacional y se han construido 189 cuarteles, además de que ya se cuenta con 100 mil elementos de la Guardia Nacional para proteger al pueblo de México.
  10. Se dio el establecimiento de una nueva política económica, fincada en la moralidad, permite no aumentar impuestos ni subir los precios de los combustibles. No se ha contratado deuda pública adicional, el peso no se ha devaluado durante la primera mitad del sexenio y  el salario mínimo ha aumentado en términos reales, 44 por ciento.

Por estas y otras acciones en beneficio del pueblo, es que tenemos al “peor presidente mexicano de la historia”, del cual muchos continúan quejándose con argumentos de quienes se dicen sus adversarios y se encargan de difundir a través de las redes sociales. Sin embargo, es necesario hacer una retrospección sobre lo que acontecía en nuestro país y lo que ningún mandatario se atrevía a exhibir.

En primera instancia, luchar contra la corrupción que imperaba en el ámbito empresarial y contra la larga lista de personas y negocios privilegiados, que a través de la exención de impuestos, muchas veces disfrazada de altruismo, continuaban enriqueciéndose a costa del dinero de los mexicanos. Así mismo, luchar contra el poder político corrupto, el cual mediante nexos con el crimen organizado y/o grandes empresarios continuaban lacerando las arcas de la nación.

Este 28 de diciembre: “Inocente palomita que te dejaste engañar”, bueno, únicamente en el título de esta columna, ya que a pesar de ser el día de los inocentes, es importante reconocer que tenemos que esperar a que concluya el sexenio para disfrutar de los grandes beneficios que traerán como resultado las decisiones del actual gobierno y, aunque a veces el pesimismo del mexicano es mayor, sí es importante establecer la diferencia con los anteriores periodos presidenciales, en donde la opacidad, el nepotismo, la corrupción, el autoritarismo, el tráfico de influencias y el desvío de los recursos del pueblo eran una constante y que no es sino hasta la actual administración, encabezada por AMLO, en la que la lucha por erradicarlas verdaderamente comienza.

Es cuanto.