¿La purga por siempre?

  • Darío Suárez

En esta tierra no hay tiempo, no hay momento y no hay espacio estipulado para poder arrebatarle la vida a una persona, tampoco hay autoridad que impida que eso suceda y tal pareciera que la delincuencia lo hace con el albedrío de esa misma autoridad, la cual debería estar al pendiente de la integridad del ciudadano y no en la omisión del mismo. 

 

No, no se trata del último estreno de la película “La purga por siempre”, aunque tal parece que para grupos delictivos que disputan la zona, es la manera de ganar terreno. Se trata de Martínez de la Torre, el municipio 103 de la entidad veracruzana, que cuenta con aproximadamente 108,842 habitantes (INEGI), importante por su posición geográfica y su actividad económica, la cual lo coloca como el principal productor del limón persa en Veracruz, según fuentes de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca de Veracruz (SEDARPA). 

 

En contraste, también ha sido reconocido a nivel nacional como uno de los municipios con mayor inseguridad en el país, debido al número de secuestros cometidos, llevándolo a ocupar en el 2020 uno de los cinco primeros lugares, según la organización “Alto al secuestro”, comparado con las delegaciones Iztapalapa y Cuauhtémoc, en la ciudad de México, y el municipio de Benito Juárez, en Quintana Roo; así como Coatzacoalcos y Xalapa, en Veracruz.

 

De igual manera, la propia periodista Denise Maerker, en la transmisión de su noticiario, “En punto”, del 30 de septiembre de 2020, exhibió la ruta del narcotráfico por parte de ciertas organizaciones delictivas mexicanas, según la cual comienza en el continente asiático, llega al puerto de Manzanillo, cruza por el canal de Panamá y atraca en el puerto de Veracruz, destino por el cual logra ingresar al país.

 

Pero la introducción de estas sustancias (“Cristal” específicamente) a México, no termina allí, en este mismo trabajo periodístico se señala que después de lograr su ingreso por Veracruz, es transportado vía Cardel a la ciudad de Xalapa, la capital del estado, y de allí se distribuye a municipios aledaños, como son: Coatepec, Naolinco, Misantla y, finalmente, Martínez de la Torre, en donde se asume que se encuentran laboratorios químicos productores de esta sustancia y que desde este municipio se distribuye a nivel local, nacional y hacia Estados Unidos.

 

Los datos presentados con anterioridad, nos dan la pauta para tratar de comprender la realidad que se vive actualmente en Martínez de la Torre, ya que en lo que va de la primera mitad del mes de agosto han asesinado a más de 12 personas. Para tratar de entender la magnitud del problema, en los primeros 9 días del mes asesinaron a 6 martinenses, y tan solo el día viernes 13, en menos de 24 horas, ultimaron a 3 personas más, todos ellos ejecutados por individuos desconocidos desde un vehículo o motocicleta, es decir, el mismo modo de operación.

 

¿Y la autoridad? ¿Dónde se encuentran aquellos que se encargan de prevenir todo este tipo de actos delincuenciales? ¿Dónde se encuentran los superiores? ¿Qué hay de los altos mandos? Nada se sabe de ellos, todos se limitan a realizar “retenes” para tratar de encontrar “indicios” que lleven a estos trágicos desenlaces, pero nada han podido hacer para frenar la estadística que cada día aumenta en esta ciudad. Lo único a lo que sí se limita la policía municipal es a acordonar las zonas del asesinato y capturar imágenes de los cadáveres, las cuales sospechosamente aparecen más tarde en algunos medios de información.

 

El presidente municipal, José de la Torre Sánchez, espera en la oficina del ayuntamiento el término de su administración, para heredar, a la siguiente, este cáncer en el que él nada ha podido hacer, ni con el apoyo de las corporaciones estatales, Fuerza Civil y Policía estatal, ni mucho menos de la Guardia Nacional. ¿Será que quien llegue a asumir el cargo para el próximo periodo pueda contener este mal que a diario aqueja a los martinenses? 

 

Eso está por verse, lo único certero es que hasta el momento quienes habitan este municipio, viven en la zozobra de lo que sucede diariamente, ya no se sabe si la gente tiene miedo o ya se está acostumbrando a la sangrienta cotidianidad en la que se vive, muertos por cualquier lado en diferentes puntos del municipio y las transmisiones en vivo de los medios informativos para dar cuenta de lo sucedido, sin conocer la razón y mucho menos a los culpables. ¿Habrá un fin o será para siempre?

Es cuánto.