Miguel Yunes ofreció Drones y nos dio más La-Drones

  • Héctor Yunes Landa
Hoy en día, la seguridad pública se ha posicionado como la principal exigencia ciudadana.

La seguridad pública es una de las responsabilidades inherentes a los gobiernos para que la sociedad se sienta tranquila, para que conviva sin alteraciones que trastoquen su entorno. Ésta es necesaria, además, para atraer inversiones generadoras de empleo y desarrollo.

Hoy en día, la seguridad pública se ha posicionado como la principal exigencia ciudadana y con justa razón. Sin seguridad, no puede haber bienestar.

Nuestro marco legal, concibe la seguridad pública como la salvaguarda de la integridad y derechos de las personas, preservación de las libertades, el orden y la paz públicos. Asimismo, comprende aspectos esenciales como la prevención de los delitos, investigación y persecución de estos, sus sanciones y la reinserción social del sentenciado.

La Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública considera necesario “…desarrollar políticas en materia de prevención social del delito con carácter integral, sobre las causas que generan la comisión de delitos y conductas antisociales, así como programas y acciones para fomentar en la sociedad valores culturales y cívicos, que induzcan el respeto a la legalidad y a la protección de las víctimas.”

Al respecto, diversos estudios sobre la seguridad, como es el caso del Índice de Paz de México, elaborado por el Instituto de Economía y Paz, refieren que entre los estados más seguros del país se encuentran: Yucatán, Nayarit, Tlaxcala, Hidalgo, Coahuila, Chiapas, Campeche, Querétaro y Quintana Roo; en contraparte hay cinco estados con mayor deterioro de la seguridad, siendo estos: Colima, Zacatecas, Michoacán, Veracruz y Baja California Sur, atribuyéndose esto al aumento en los homicidios relacionados con arma de fuego.

El caso de Veracruz llama fuertemente la atención por la gran expectativa que en materia de seguridad generó en campaña el actual gobernador Miguel Ángel Yunes, autodenominado “experto en seguridad”; sin embargo, en menos de cuatro meses ha sólo propiciado desencanto ante el incremento de ejecuciones en el estado, que en promedio acontecen cada seis horas, para ubicarse lamentablemente como uno de los estados más sangrientos del país.

Para Veracruz, el mes de marzo se ha convertido en el peor de su historia con 183 ejecutados, alcanzando 526 ejecuciones en sus primeros cuatro meses de “gobierno”, el cual se percibe es peor al de Duarte.

El desencanto de los veracruzanos por el gobernador Miguel Yunes llegó muy rápido, al incumplir éste su atribución constitucional de “…Velar por la conservación del orden, tranquilidad y seguridad del Estado, disponiendo al efecto de las corporaciones policiales estatales, y de las municipales en aquellos casos que juzgue como de fuerza mayor o alteración grave del orden público; así como impedir los abusos de la fuerza pública a su cargo en contra de los ciudadanos, haciendo efectiva la responsabilidad en que aquélla incurriera;”.

Lamentamos su indiferencia ante el exhorto que oportunamente se le hizo de hacer un alto en el camino, de serenarse y reflexionar, para que compusiera lo que hubiera que componer. La seguridad pública es un tema complejo, multifactorial.

Miguel Ángel Yunes está “aduartado”. A escasos días de iniciado su gobierno declaraba que en Veracruz sólo se robaban coca-colas y 100 pesos, después, que la inseguridad era un problema de percepción ciudadana; luego, recurrió a otra excusa también usada en el anterior gobierno: que las ejecuciones son producto del enfrentamiento entre bandas del crimen organizado.

Lo cierto es que la realidad está superándolo cada día. Las ejecuciones y levantones no es sólo un problema entre delincuentes. Antier en Tantoyuca, al norte del estado de Veracruz, fueron secuestrados y asesinados dos maestros rurales. Ayer, en Xalapa, la ciudad capital, una señora estuvo a punto de ser secuestrada en “Superama” de no ser por la inmediata y heroica determinación de un conocido xalapeño, quien no es “experto en seguridad”, pero impidió que la secuestraran al momento que a “cachazos” intentaban someterla.

Ante el incremento de delitos y en lo que concluye este “gobierno del cambio” –Colosio decía que la reversa también era un cambio- participaremos, entre otras acciones, en la promoción del programa “Vecino Vigilante” para que en tanto el gobernador cumple su palabra de “rescatar a Veracruz de la inseguridad”, de designar a un alto mando militar y equipar con drones a las corporaciones, seamos los ciudadanos quienes, como sucedió ayer en “Superama”, nos protejamos unos a otros.

Finalizo reconociendo que el gobierno Federal no le ha escatimado apoyo alguno a lo que Miguel Ángel Yunes ha solicitado: el Ejército, la Marina, la Policía Federal, la Gendarmería y recientemente la Policía Militar, han sido parte de sus peticiones y todas han sido atendidas; sin embargo, es ya urgente que el gobernador se deje de improvisaciones y que asuma, de una vez, su responsabilidad en materia de seguridad, porque es evidente que el gobierno de Veracruz requiere de profesionales en cada una de las áreas de esta materia.

Veracruz no quiere más excusas ni justificaciones ante el incremento de la inseguridad. Requiere de líneas de acción planeadas concienzudamente.