Entrega-recepción, emergencias y urgencias

  • Rafael Arias Hernández
Punto a favor, atenderlas y no esconderlas.

676 días, para rescatar a Veracruz, cada vez con más obstáculos y dificultades, urgencias y emergencias.

¿Reestructurar deuda pública, no es aumentarla?

¿Confirmado que, encargados y expertos financieros oficiales, no saben otra cosa que gastar y endeudar, simular y postergar?

A 67 días, para saber el contenido y los alcances del “pospuesto”, figura improvisada de administración y gobierno que sustituyo al “pre-supuesto”; y que sobre críticas y cuestionamientos, permite por tres meses, hacer y deshacer, dentro o fuera de la ley según convenga, todo un esfuerzo para definir y superar la emergencia financiera que, por cierto, desde ahora es posible predecir que se extenderá y caracterizará a la alternancia.

Gobierno de emergencias que, a decir verdad, ineludiblemente tendrá que enfrentarlas y resolverlas. Algunas apenas empiezan, otras empeoran, pero todas complican presente y futuro de los veracruzanos. Punto a favor, atenderlas y no esconderlas.

Tema sobre el que hay que insistir, para que no se haga más de lo mismo, con similares o peores resultados; y, en su caso, reconocer y fortalecer acertadas respuestas, incluso algunas apresuradas y hasta improvisadas, pero bien orientadas y hasta innovadoras… al menos en sus inicios.

Mientras, por un lado el partido o alianza oficial, PANRD y sus complementos asociados, se identifican y son responsables del poder y también del no poder. Obligados ya, en todo, a transparentar y rendir cuentas; para bien o para mal, tienen que responder de lo que hagan (bien, mal o peor) y dejen de hacer.

Y por el otro, MORENA, como indiscutible y necesaria oposición, que avanza en cantidad y calidad representativa, en credibilidad y confianza social.

En caída libre que da pena, el PRI vive su desgracia de franquicia partidista o dependencia electoral.

Así, encontramos casi a todos, cada vez más ocupados en sus preparativos para participar y aprovechar el tercer año consecutivo de “la maldición negra” que azota a Veracruz. La misma conocida, por los cuatro años de elecciones seguidas, que ha probado que los mantiene muy dedicados y preocupados, en sostenerse o alcanzar el gobierno, para disponer y gozar de la representación pública.

En tanto esto y más sucede, hay que dar oportunidad a la alternancia, para que muestre lo que quiere y puede, alcances y limitaciones. Todavía continúan cambios y proceso de entrega recepción que concluye pronto, pero ya da pie para recordar que se debe transparentar, registrar y evaluar; deslindar y fincar responsabilidades; identificar logros y avances, pendientes y retrocesos; e introducir posibles mejoras en cada área de gobierno.

Sin excusa ni pretexto debe haber transparencia por dependencia, sistemática, generalizada y permanente. Verdadero acceso a la información.

Los frecuentes actos y ruedas de prensa son necesarios, ayudan y fortalecen el diálogo, pero no son suficientes. Incluso, hay que señalar que se debe evitar sensacionalismo y   exageración protagónica, manipulación y enajenación; innecesarias y dañinas improvisaciones o respuestas sin fundamentos, o afirmaciones no comprobadas.

¿Cómo explicar emergencias y justificar acciones, sin pertinentes y accesibles informaciones?

Urge transparencia y no apariencia.

¿Y los miles de millones de pesos desaparecidos?

Determinante trasfondo económico

Demasiado de que hablar en este penúltimo año del gobierno. Obligadas reflexiones y propuestas, reconocimientos y críticas. Conveniente considerar y aprovechar los resultados del análisis periodístico sustentado, el diagnostico académico fundamentado y la participación social propositiva.

Urgente incorporar trabajo de consulta, diálogo y debate públicos; fortalecimiento real y contribución de participación ciudadana y social, al desarrollo de Veracruz.

Sobre todo, con trasfondo económico cambiante y sus contextos caracterizados por crecientes obstáculos, dificultades y adversidad. Como los contextos nacional y mundial, cada día más complejos, agresivos y destructivos; pero también, de oportunidades y ventajas.

Ni que decir de contextos locales y estatales, llenos de limitaciones y sacrificios sociales; y donde hartazgos, inconformidades y protestas se hacen presentes y frecuentes, hasta convertirse en confrontaciones y estallidos sociales.

Contextos que ya configuran la emergencia económica: de empleo, prestaciones, ingresos, consumo, precios….

Imperioso fortalecer o crear espacios públicos, libres y plurales que no existen, ni se propician o alientan.

Dialogo que no hay, o insuficiente con la oposición institucional.

Debate abierto o por invitación, inexistente, inapreciable o simulado.

Participación social excluida y minimizada, hasta que se convierte y manifiesta como inconformidad y protesta, o hasta como hecho violento.

Y hay que repetir. Crisis anunciadas, pero irresponsablemente desatendidas y no evitadas, perversamente aprovechadas por unos cuantos; junto con las ocasionadas con toda intención, para favorecer o propiciar privilegios, ventajas y beneficios personales, familiares o de grupo; así como las altamente destructivas, resultantes de acciones externas, desastres naturales, y contextos internacionales adversos.

Insistir y comprobar, que fácil se va de mal en peor, cuando los ámbitos de gobierno, se caracterizan por practicar, generar y profundizar ineptitud, mediocridad e ineficiencia   en estructuras y funciones oficiales y de instituciones autónomas.

Muchas, caracterizadas por insuficiencia de recursos y falta de capacidad de respuesta; agravadas, inducidas o provocadas, por la inocultable existencia y crecimiento de corrupción y delincuencia gubernamentales.

Situaciones detectadas y hasta denunciadas; con frecuencia, analizadas y estudiadas en sus expresiones actuales; y que caracterizan la cultura del “no pasa nada”, de la continuidad de la impunidad, de intocables y reciclables.

Respecto a todas esas condiciones presentes, ¿qué podemos decir además de señalar y repetir, lo dicho hace tiempo?

Simplemente que lo previsto sucedió, y reconocer que nos quedamos cortos, porque resultó peor; y también, aceptar que se tienen oportunidades, por el fin de una época que se extendió a más de 86 años, que da paso a la de la alternancia; y que específicamente, ahora permite comprobar, en buena medida, oportunas y convenientes  alertas y avisos, algunos expresados en los contados espacios de diálogo y debate.

En fin. Hay que insistir, que la participación ciudadana y social debe estar siempre presente y en aumento. Es imprescindible asegurar transparencia y no apariencia; rendición de cuentas, no reedición de cuentos; y evaluación, no devaluación social. Inocultables y padecidas, hambre y miseria, inestabilidad e inseguridad, de millones de veracruzanos.

Prioritario evitar, no repetir ni aumentar errores y pérdidas, limitaciones y sacrificios. Cambio verdadero. No más de lo mismo.


*[email protected]:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez  

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Rafael Arias Hernández

Actualmente es Investigador del IIESES y maestro de la Facultad de Economía de la UV.

Cuenta con  Licenciatura en Economía, por la Universidad Veracruzana. Obtuvo mención honorífica Cum Laude.  Maestría en Economía con especialización en Desarrollo Regional y sub especialización en Historia del Pensamiento Económico. Salt Lake City, Utah. USA. Diplomado por la U.V. en “Habilidades del Pensamiento”.  Alta Dirección AD2 Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas. (IPADE). Becario en los programas Lincon-Juárez y LASPAU.  Asesor académico y maestro de Enseñanza Media, Esc. De Bachilleres Noc. “Art. 3º Constitucional”, Xalapa, Ver. Maestro en la Facultad de Economía, y de la Maestría en Desarrollo Regional. Historia Económica, Desarrollo Económico, Desarrollo Regional, Taller de Investigación, Metodología, Habilidades del Pensamiento y otras cátedras. Maestro en “Técnicas de Debate” de la maestría en Acción Política y Administración Pública, de la Universidad Anáhuac. Xalapa, Ver.

Director General Técnico y Secretario General de la Universidad Veracruzana.

En el Gobierno Federal, fue Delegado Estatal de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial en Veracruz, y Director de Desarrollo Regional en SPP. En el Gobierno del Estado de Veracruz ha sido Asesor Económico, Jefe de Prensa y Comunicación Social, Director General del Instituto Veracruzano de Cultura, Director General de Industria, Comercio y Estadística, Coordinador de Participación Ciudadana, Coordinador Ejecutivo del Comité de Planeación para el Desarrollo (COPLADEVER). SEFIPLAN, (2010)

Miembro de diversas Asociaciones Civiles y ciudadanas, como el Colegio de Urbanistas y Planificadores, el Colegio de Economistas; la Fundación Cambio XXI A. C.; y de la Fundación Colosio A.C. Colaborador de diversas revistas y publicaciones académicas. Articulista de diversos periódicos, y de otros medios de comunicaciones nacionales, estatales y municipales.