Lu-pilla de Theurel: a destrozar al PAN

  • Mussio Cárdenas Arellano
* En la terna por la alcaldía * La primera dama y el derroche * La sombra de Fidel

Inovidable, la estampa de Lu-pilla Félix en silla de ruedas, no compungida sino sonriente, histriónica, simulando discapacidad, recorriendo metros y metros para conmover, audaz para ganar adeptos, igual que como fue sagaz para brincar del PRI al AVE y ahora lo es para destrozar al PAN.

Así traza Guadalupe Félix Porras, fidelista pura, su camino a la alcaldía, sin voltear al pasado, a los días en que el culto a la imagen, su imagen, la inversión en publicidad, provocó un derroche descomunal, más de 200 millones de sobregiro en el ejercicio 2012 del ayuntamiento de Coatzacoalcos.

Ya fue primera dama y quiere ahora ser alcaldesa, así arrastre el desprestigio de su madre, Lu-pilla Porras David, y el repudio a su esposo, Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”—, el ex alcalde de Coatzacoalcos con el que se compró reflectores con cargo al erario municipal.

Guadalupe Félix Porras se trepa en la terna final del PAN y en la desmemoria de un panismo que la vio en las esferas del poder, convertida en primera dama de Coatzacoalcos, en el gobierno de Marco César Theurel Cotero, su marido, cuya gestión pasó a ser la de peor registro, desplazando del sitio de honor a Iván Hillman Chapoy.

Compite por la candidatura con un panista, Alfredo Phinder Villalón, y dos ex priistas, Jesús Moreno Delgado y Juan Manuel Rodríguez Caamaño.

Todos, como Lu-pilla, tienen lo suyo. Phinder Villalón fue regidor en el ayuntamiento de Marcos Theurel y tuvo la comisión de profilaxis social, el control de las meretrices, sus análisis de salud, con personal de su confianza que paró en las páginas de nota roja y que lo llevaron a un escenario de crítica y escándalo.

Ni qué decir de la muerte del niño Rody Mauricio Torres López por negligencia médica. Tenía 12 años, ingresó al IMSS de Coatzacoalcos por una anormalidad en el colon —Síndrome de Hirschprung—, se le practicó una cirugía que presuntamente no representaba mayor riesgo, se presentó una peritonitis, mal atendida, y falleció. Phinder era director de la clínica del Seguro Social y fue señalado en la denuncia que interpuso el padre del menor. Un médico fue detenido y se ejerció acción penal sobre otros 10.

Jesús Moreno proviene del marcelismo. Priista hasta unas semanas, lo tuvo todo ahí. Fue director del DIF dos veces, con Marcelo Montiel y con Joaquín Caballero. Fue director de Gobernación en la primera alcaldía marcelista y secretario de Gobierno con Marcos Theurel. Fue operador político de Marcelo, enemigo de la oposición, del perredismo y el panismo a los que combatió con todo, sin ceder un espacio de poder.

De los cuatro alfiles de Marcelo Montiel, Jesús Moreno es el único que se abrió. Rompió con él desde que le disputó la candidatura a diputado federal a su compadre Víctor Rodríguez Gallegos, el favorito del clan, el de los tesoros y el de los secretos, iniciando ahí el quiebre del marcelismo, la percepción de que el grupo que gobierna a Coatzacoalcos desde los años 90 —salvo en los tiempos del perredista Armando Rotter y el priista Iván Hillman— había entrado en crisis y se encamina a su extinción.

Juan Manuel Rodríguez Caamaño es más sueño que realidad. Nace políticamente en la cuna marcelista. Su mamá, Rosita Caamaño de Rodríguez, fue alcaldesa suplente en el primer ayuntamiento de Marcelo Montiel. Su padre es rector de la Universidad de Sotavento. Su cuñado Lorrimer es hermano del presidente del Tribunal Superior de Justicia, Edel Álvarez Peña, dueño de un consorcio periodístico que lo mismo le chupa al alemanismo que se rinde ante Fidel Herrera, Javier Duarte o Miguel Ángel Yunes, propietario de Liberal del Sur, donde los adeudos a los trabajadores llegan a 16 quincenas y algunos más.

Juanelo, como se le conoce, es rector de la Universidad Istmoamericana y fue secretario del ayuntamiento que preside Joaquín Caballero Rosiñol, donde sufrió el hostigamiento del joaquinismo.

Del ayuntamiento sólo tuvo un beneficio: un predio de 5 mil metros cuadrados, en el fraccionamiento Paraíso, donado a título gratuito en los tiempos de Marcelo Montiel en la alcaldía y validado ahora por el congreso de Veracruz.

Poco tiene el PAN frente a Morena. Aún en alianza con el PRD, ganar la elección municipal en Coatzacoalcos sería una proeza. De ahí que sume a priistas y grupos dispersos, incluidos los morenistas que no pintan en el proyecto de la diputada federal Rocío Nahle.

Pero lo de Lu-pilla es psiquiátrico. Al PAN le urge hablar desde el diván. Le urge contar sus traumas, sacar frustraciones, revelar ataduras, liberar el peso de saber que sólo cuando los priistas se acercan, los guían, operan, pueden ganar una elección.

Sin figuras, sin maquinaria para competir, al Partido Acción Nacional lo asedian los priistas que sabiendo del caos que vive el PRI, sin cabeza el comité estatal, repudiados por la sociedad por el efecto Javier Duarte, lo buscan para permanecer en el poder.

Su candidatura comienza a definirse el domingo 15. Ese día, el PAN lanza la convocatoria para que los aspirantes a la alcaldía. Será un mes para la inscripción los aspirantes con sus respectivas planillas. El 15 de febrero arrancará la precampaña. En marzo se designará al candidato a la presidencia municipal.

Todo bien, pero la fama de Lu-pilla Félix de Theurel, lejos de fortalecer al PAN, lo destroza.

En abril de 2016, el día 13, INFORME ROJO describía a la primera dama del theurelismo:

“A un altísimo costo —el erario paga—, Marco César Theurel Cotero —‘Te rompo tu puta madre’— le construyó una imagen a su esposa, la insertó en el ánimo de la sociedad de Coatzacoalcos y la proyectó con intención de heredarle la alcaldía, en 2014, y que así lo encubriera.

“No lo logró. Gastó millones y más millones, abiertas las arcas para la difusión de su imagen, sobrepasando los techos presupuestales, incurriendo en despilfarro, violentando la ley.

“Al concluir el ejercicio 2012, el sobregiro era de más de 200 millones de pesos, negándose la mayoría de los ediles a secundar a Theurel, a aprobar los estados financieros, a remitirlos en esas condiciones al Congreso de Veracruz.

“Amén de las obras asignadas fuera del Programa de Obras Anual, de los contratos otorgados a sus empleados, protegidos suyos en episodios de cárcel, Marcos Theurel no escatimó un peso de las arcas públicas para fomentar la Lupemanía.

“Lu-pilla era la estrella del Carnaval sin reinado ni corona.

“Lu-pilla era la Madre Bondad, otorgando despensas, sillas de ruedas, exámenes ginecológicos.

“Lu-pilla era la Bombera Atómica, disfrazada con chaleco y casco en situaciones de riesgo, incendios, inundaciones.

“Lu-pilla era la Señora Revelación, ganadora del premio a la mejor presidenta del DIF —junto con otras 30 ilusas— en un certamen en el que el requisito era pagar para obtener el Tlacuilo.

“Su acabose, al margen de la suciedad que brotó del manejo de recursos, fueron las imágenes difundidas en redes sociales, portales en internet y medios de comunicación, sentada sobre una silla de ruedas, junto a Marcos Theurel, desplazándose por varias cuadras hasta llegar al palacio municipal de Coatzacoalcos.

“De farsantes nadie los bajó, así esgrimieran Theurel y Lu-pilla que era una experiencia para constatar las limitaciones de las personas con discapacidad y entenderlos mejor.

“Su condición de minatitleca no le impidió irrumpir en la política de Coatzacoalcos. Pero lo hizo mal. Atestó de paisanos suyos la administración municipal, el DIF, áreas de mando. Y para eso desplazó a los grupos priistas locales, principalmente a los hijos políticos de Marcelo Montiel”.

Y redondeaba:

“Políticamente, se vende bien. Van sus brigadistas a las colonias y les ofrecen votar por ‘la señora Lupita’. Pero cuando citan su segundo apellido —Porras— o el de su marido —Theurel— el escenario cambia. Pierde adeptos. Pulveriza el ánimo”.

Su afán de ser alcaldesa es genuino, así destroce al PAN. Pregonan sus allegados que ofrecen pagar la campaña sin pedir ni mendigar nada. Así lo hizo Marcos Theurel y se cobró con creces, sin obra y la que realizó fue de mala calidad, con denuncias por cancelación de contratos de manera unilateral, sin notificarle al constructor, incurriendo en abuso de autoridad.

Quiere Lu-pilla volver al poder. Sí, ella y su mamá, Lu-pilla mayor, quien ya no cabe en Minatitán, donde fue alcaldesa y dejó quiebra, saqueo y un escándalo de corrupción.

Quieren volver al poder Lu-pilla Félix y Marcos Theurel, a los días en que la bipolaridad reinó, al saqueo y el despilfarro, a los negocios de los amigos y subalternos, las raterías de Brian Carlos López Mendoza, su director de Adquisiciones, al maltrato a ediles y funcionarios, al atropello a la sociedad, a la amenaza al proveedor que reclama un pago.

Se mete Lu-pilla porque así lo permite el PAN, cachando retazos del filete que fue el PRI, los que en la hora del naufragio saltan de la nave que se comienza a hundir.

Se mete Lu-pilla con la sombra de Fidel Herrera, impulsor de su mamá para adueñarse de Minatitlán, para enfrentar y acotar a los petroleros, operando para el fidelismo electoral, a cambio del encubrimiento, de las cuentas que cuadran, de los recursos que se llevó con la venia del ex gobernador.

Se mete Lu-pilla a destrozar al PAN.

 

Archivo muerto

 

De insulto, la asignación de aguinaldos en la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas. Géiser Manuel Caso Molinari, ex secretario ejecutivo, cobró mas de 180 mil pesos; la ex presidenta Benita González Morales, 100 mil pesos, y los nueve ex comisionados, 40 mil. Lo revela el secretario ejecutivo actual, Jorge Morales Vázquez, quien realiza la reingeniería financiera y administrativa de la CEAPP. Y más: quienes controlaban los recursos se llevaron salarios del personal y un fondo de ahorro. De insulto, también la nómina. Representa el 84 por ciento de los recursos totales, algo así como 17 millones de pesos por año, no dejando casi nada, acaso Ç600 mil pesos, para la protección de los periodistas. Salario de cada uno de los dos choferes: 12 mil pesos; una intendente de 8 mil pesos; Sandra Verónica Bonilla García, directora jurídica, con 28 mil; contralora, Liliana Arregui Hidalgo, 32 mil. Las dos últimas con salarios por encima de los comisionados. Salarios que no ganan los periodistas en los medios de comunicación de Veracruz. Es la herencia de Namiko Matsumoto, ex secretaria ejecutiva, la dueña de la CEAPP por mandato de Gina Domínguez Colío y Javier Duarte. Puras jefaturas en la Comisión, algunas sin empleados. Una de ellas acéfala, cuyo salario se repartía en tres subalternos. Fue diseñada como si se tratara de una comisión de derechos humanos, la obsesión de Namiko. Al llegar el nuevo gobierno, el gobierno yunista, Benita González vio frustrado su sueño de seguir controlando la CEAPP. Hay un caso de falta de probidad grave, el de la contralora Liliana Arregui, al ser incrementados salarios sin el consenso del pleno de comisionados en los tiempos duartistas, que motivó su cese. Once trabajadores, incluida ella, se beneficiaron de esa irregularidad. Hay varios casos de falta de probidad que derivan de la grabación subrepticia, en audios y videos, de las conversaciones del secretario ejecutivo Jorge Morales con el personal y de la sesión de instalación donde se escuchan las voces de los nuevos comisionados. Y hay una bomba que pronto estallará… A punto de reventar, los Vázquez Parisi, Cirilo y Ponciano, alcalde uno y diputado federal el otro, por los hechos de violencia, el vandalismo que tomó las calles, que apedreó comercios, que saqueó tiendas comerciales. Un reporte de buena fuente ubica al diputado federal, Cirilo Vázquez, y a su hermano Ponciano, alcalde de Cosoleacaque, moviendo anarquistas desde suelo de Cosoleacaque hacia Minatitlán. Jóvenes se quejan de que lo dejaron solos, que los reclutaron en las colonias Cerro Alto y Fernando Gutiérrez Barrios, conurbadas a Mina. Ese grupo fue el que anduvo destrozando cuanto se le atravesaba. Algunos son priistas, afiliados a la CROC, y se les identificó como los responsables de allanar Famsa, luego romper cristales en Chedraui y en los Oxxo a la altura de la salida de Minatitlán a Cosoleacaque. Un caso para el área de seguridad del gobierno de Veracruz…

 

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