Sucesión, crece y crece tamaño del daño

  • Rafael Arias Hernández

A 49 días del final. Incontenibles crecen las deudas oficiales, también aumentan protestas y bloqueos; inocultables ineficiencia y delincuencia en el gobierno estatal. Hasta los cómplices reclaman.

¿En dónde están los miles de millones de pesos desaparecidos?

Inevitable el adiós y sus consecuencias. O antes, licencia obligada, si permanecer es inaguantable y de mayores y peores costos.
Otro Congreso  Estatal en 24 días. Los nuevos diputados, ¿cumplirán con las leyes y exigirán y fincaran responsabilidades a ineficientes y delincuentes? ¿O los encubrirán y protegerán con más impunidad?

A los que están y ya se van se les exigirán  verdaderas transparencia y rendición de cuentas, fiscalización efectiva y evaluación social puntual a los intocables y reciclables, autores y partícipes de la catástrofe en la que se encuentran administración y finanzas estatales. El cambio real y efectivo demanda no  más de lo mismo y peor.
Pronto se sabrá de los alcances del cambio ordenado por los veracruzanos. Para empezar, se debe exigir un informe de gobierno real, que refleje el desastre y saqueo que se ha ocultado durante estos años; y, desde luego, los funcionarios  cómplices con sus comparecencias, ¿justificaran lo injustificable o simularan como es costumbre?

Y hay que empezar a preguntar y hacer responsables a los supuestos y caros fiscalizadores, ¿que han estado haciendo en todos estos años además de cobrar y hacer negocios con contralorías y auditorias “a modo”? ¿Habrá limpieza efectiva o encubridora simulación?

Mientras, continúa la distracción y manipulación de la opinión pública. Por ahora, sigue temporalmente enfocada, en el circo partidista de las múltiples pistas, como el intrascendente e inútil espectáculo distractor y de entretenimiento  de las suspensiones internas que por cierto, son tan o más lentas que la acción de la Justicia.

Espectáculo  tan caro como innecesario, tan solo téngase siempre presente, que el PRI (y ningún partido) es autoridad judicial; y desde luego, el PRI no es el partido oficial, único y determinante.

La solución simple y sencilla, es no esperar  y  aplicar de inmediato la ley, para evitar más pérdidas y sacrificios de los veracruzanos. Porque en el colmo es que,  los causantes del desastre gubernamental y los innumerables sacrificios de millones de veracruzanos, siguen ahí, cobrando y saqueando, hasta el último minuto; otros ya tienen fuero federal y estatal.
Vieja costumbre de ineficientes y delincuentes en el gobierno,  recurrir y abusar de distracción, manipulación y entretenimiento, para no atender ni resolver los urgentes problemas de Veracruz. 
En fin, no hay de otra que participar, para aprovechar la oportunidad y convertir en realidad el cambio verdadero.
Hay que insistir y repetir. Para resolver un problema, primero hay que definirlo y conocerlo.

De ahí que es  indispensable señalar a los malos y peores funcionarios y gobernantes; así como cuantificar daños, pérdidas y retrocesos que han causado. 
Ni perdón cómplice, ni olvido encubridor.

Corregir, remediar y prevenir son prioridades. 
Desde luego, es imprescindible identificar aciertos, logros y avances, por pocos que sean; y también, los buenos servidores públicos, que los hay.
Mientras tanto, al grito de sálvese quien pueda,  habrá más renuncias, huidas, traiciones, ingratitudes y deserciones. Más escándalos y revelaciones.

Crece y crecerá el tamaño del daño. Sigue en aumento hambre y pobreza, desempleo e informalidad, deuda pública y crisis financiera.

Más recortes presupuestales y disminución de disponibilidad.
Imparable el debilitamiento y destrucción de instituciones y dependencias oficiales.
PRI, fuera de la realidad, convertido en partido zombi. Lejos, muy lejos de constituirse en oposición digna y confiable.
PAN y MORENA crecen y se fortalecen. 
A su vez, el gobierno de la alternancia,  se esfuerza en contener y evitar más daños; en obtener información y procedimientos propios de una transición responsable, pero que indebidamente se le niega, oculta y sabotea; en solicitar la intervención de un gobierno federal catatónico, que a pesar de que ve, oye y sabe del desastre en Veracruz, no actúa y deja pasar; y en la búsqueda de posibles soluciones, a lo que ya se comprueba como una gran desastre administrativo, financiero y gubernamental.  
TODOS A COBRAR.
La noticia poco a poco se vuelve costumbre. A todos se debe y de todas partes se exige el pago. Como siempre, en medio del desorden, el reclamo incluye a muchos socios, cómplices y convenencieros que se aprovechan y obtienen cuantiosos beneficios, al cobrar lo que no se debe.

Pero hay que insistir que el daño no sólo es administrativo y financiero; el daño es todavía mayor, difícilmente cuantificable ya que ha consistido en debilitar y destruir instituciones y dependencias gubernamentales.

Para no hablar por ahora,  de Pensiones, la UV, el Poder Judicial o cualquier otra dependencia vale la pena señalar, que innumerables gobiernos municipales han sido profundamente afectados por un gobierno estatal arbitrario y, desde luego, por muchos a cargo, que no han cumplido con sus responsabilidades, ni han defendido  intereses, recursos y atribuciones del Municipio en Veracruz.

Lo novedoso es que ahora los que guardaron silencio durante muchos años, salvo honrosas excepciones, también se dicen afectados,  declaran y exigen.

Reclaman a los usuarios de “la licuadora del gobierno del estado”, que entreguen lo que se tomó y dispuso,  y era municipal, como el caso de los fondos federales  que ahora, ya casi al final, resulta que en su mayoría no se han entregado en tiempo y forma, acumulado y aumentado  mucho, mucho más lo que se ya les adeuda.

El caso es que, entre esas instituciones debilitadas se encuentran muchos Ayuntamientos, que ahora o muy pronto, ya no podrán  atender bien y a tiempo, las necesidades y servicios básicos sociales que les corresponde.

Por ahora, baste adelantar que este otro aspecto del desastre veracruzano se hará más y más presente. Por lo pronto todos a cobrar y reclamar lo que se les ha retenido o adeuda.

El tamaño del daño aumenta y sus autores y beneficiarios confían que no pasa nada, ni pasará. ¿Prevalecerá la continuidad de la impunidad?  ¿Seguirán también sin castigo los responsables del costoso e inútil espectáculo de fiscalización simulada?

*[email protected]:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez

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Rafael Arias Hernández

Actualmente es Investigador del IIESES y maestro de la Facultad de Economía de la UV.

Cuenta con  Licenciatura en Economía, por la Universidad Veracruzana. Obtuvo mención honorífica Cum Laude.  Maestría en Economía con especialización en Desarrollo Regional y sub especialización en Historia del Pensamiento Económico. Salt Lake City, Utah. USA. Diplomado por la U.V. en “Habilidades del Pensamiento”.  Alta Dirección AD2 Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas. (IPADE). Becario en los programas Lincon-Juárez y LASPAU.  Asesor académico y maestro de Enseñanza Media, Esc. De Bachilleres Noc. “Art. 3º Constitucional”, Xalapa, Ver. Maestro en la Facultad de Economía, y de la Maestría en Desarrollo Regional. Historia Económica, Desarrollo Económico, Desarrollo Regional, Taller de Investigación, Metodología, Habilidades del Pensamiento y otras cátedras. Maestro en “Técnicas de Debate” de la maestría en Acción Política y Administración Pública, de la Universidad Anáhuac. Xalapa, Ver.

Director General Técnico y Secretario General de la Universidad Veracruzana.

En el Gobierno Federal, fue Delegado Estatal de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial en Veracruz, y Director de Desarrollo Regional en SPP. En el Gobierno del Estado de Veracruz ha sido Asesor Económico, Jefe de Prensa y Comunicación Social, Director General del Instituto Veracruzano de Cultura, Director General de Industria, Comercio y Estadística, Coordinador de Participación Ciudadana, Coordinador Ejecutivo del Comité de Planeación para el Desarrollo (COPLADEVER). SEFIPLAN, (2010)

Miembro de diversas Asociaciones Civiles y ciudadanas, como el Colegio de Urbanistas y Planificadores, el Colegio de Economistas; la Fundación Cambio XXI A. C.; y de la Fundación Colosio A.C. Colaborador de diversas revistas y publicaciones académicas. Articulista de diversos periódicos, y de otros medios de comunicaciones nacionales, estatales y municipales.