Filtros

  • Andrés Cansino

Si no es verdadero, ni buena onda, ni necesario: entonces no lo publiques. Al menos eso dice Pictoline, que dijo Bill Duane que dijo Sócrates.

Acompáñeme a aplicar dicho filtro a estas líneas que aún no se escriben pero se han pensado ya.

¿Son verdaderas? Podríamos entrar en una discusión eterna y desviar la pregunta hacia ¿qué es lo verdadero?, pero qué necesidad, dijeran. Es verdadero para mí —es «mi veldá», pues—, y no tiene que serlo para usted. Decía Aristóteles (http://www.filosofia.org/cla/ari/azc10268.htm#kn369): «Cuando se trata de las cosas que admiten estados contrarios, el mismo pensamiento, la misma proposición, se hace sucesivamente falsa y verdadera, y se puede estar ya en lo verdadero, ya en lo falso». Y, bueno, quién es uno para contradecir a este señor. Decidamos, entonces, que para beneficio de estas letras, son verdaderas.

Primer punto aprobado.

¿Son buena ondita?, o más bien, ¿son bondadosas? Veamos. Dicen quienes saben, que la bondad es una inclinación por hacer el bien (goao), y que en consecuencia, quien carece de bondad es mezquino, egoísta, ve a todos como enemigos, es desconfiado, rencoroso e insensible. Si bien no se busca aquí precisamente salvar al mundo o traer la paz mundial, tampoco es un objetivo sembrar odio en los corazones humanos. Decidamos otorgar el beneficio de la duda y, ante éste, conceder que podrían ser bondadosas.

Segundo punto bien librado.

¿Son necesarias? De acuerdo con un famoso psicólogo gringo, existen sólo 5 grupos de necesidades (sí, todo lo demás es deseo; no, no discutiremos eso aquí). Lo aquí escrito podría encajar en las necesidades sociales pues usted necesita, bueno, eso, sentirse relacionado —aun de manera virtual— con otros entes.

Listo, tercer punto bien bajado.

Así, este texto es merecedor del sello de aprobación. Aunque bastaría un argumento de usted para retirar el certificado y entonces deba yo proceder a eliminar todo rastro de su publicación.

Diariamente realizamos un sinnúmero de acciones que podrían (¿deberían?) ser sometidas a este proceso, y que al hacerlas alguien piensa Eso no es cierto, Qué mala onda, Sólo me hizo perder el tiempo. Algo similar ocurre en el espejo de las redes sociales, sólo que es más fácil dar un Me enoja, Me entristece, bloquear o simplemente ignorar en estas plataformas que en eso que llaman «la vida real».

Probablemente lo único verdadero, bondadoso y necesario sea la muerte.

Probablemente, también, el único filtro que podría aplicar, lectora o lector, es preguntarse si se le da la gana publicar algo, y hacerlo; Internet se encargará de hacerle saber si cumplió con los criterios al inicio mencionados o si es acreedor de uno de los castigos más grandes: cero likes, cero retuits, pasar desapercibido.

Esto, claro, suponiendo que a alguien le importe lo que uno tenga por decir.

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Andrés Cansino

Andrés Cansino estudió Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad Veracruzana.

Comienza sus trabajos dentro de la Feria Internacional del Libro Universitario UV 2012, en comunicación digital. Posteriormente se integra a la Universidad Veracuzana, desempeñándose en la misma área.

Ha colaborado en eventos como el Festival Ambulante, y el Festival Internacional JAZZUV, coordinando la estrategia en medios digitales. Asimismo, imparte cursos sobre optimización de social media.

Actualmente es un administrador de redes sociales.