Asalto a la educación en Veracruz

  • Rafael Arias Hernández

Simple,  directo y claro. El sistema educativo, como muchas otras instituciones en Veracruz ha sido debilitado y saqueado. En el país, la entidad sigue en primer lugar de analfabetas; y sobresale en otros temas educativos similares. Urge atenderlos debidamente; también identificar y consolidar lo bien hecho. Soluciones no simulaciones.

Tanto el cotidiano  y heroico esfuerzo de los miles de maestros y trabajadores, como mucho de los cuantiosos recursos destinados  a educación, no corresponden a los resultados obtenidos que son mínimos o nulos, incluso algunos en retroceso.

De los  ya considerados dentro de “THE VERACRUZ PAPERS”, sección “sistema educativo oficial”, diremos por  ahora, que sobresalen cuatro aspectos de los muchos que fácilmente pueden identificarse y clasificarse.

Podría empezarse por preguntar,  acerca de la hasta hoy inexplicada e injustificada pérdida de fondos federales en educación y salud, mismos que antes se habían desconcentrado  a los estados, pero que tuvieron que volverse a centralizar, en virtud de los innumerables errores, abusos y desviaciones  que, prácticamente, los mermaban o desaparecían. Repito, hasta hoy, en Veracruz no hay información,  ni explicación oficial, y mucho menos la rendición de cuentas correspondiente.

Después seguiría la misteriosa desaparición de más de 2,000 aviadores que durante meses y años,  indebidamente cobraban en la SEV. Aviadores  que el mismo gobernador del Estado, en declaración pública, alerto de su existencia. ¿Quiénes eran y a quién se reportaban? ¿Desaparecieron? ¿Están secuestrados?

Presente también hasta hoy, el delictivo no pago a la UV, de miles de millones de pesos presupuestados pero no entregados. Asunto que ha llegado a niveles internacionales y que olímpicamente, los responsables en el gobierno estatal, con evidentes muestras de ataques de “Alzheimer financiero” hoy se niegan a pagar y mañana no; hoy aseguran que se debe y mañana que quién sabe.

Por cierto y solo para orientar y precisar. Cuando digo “Alzheimer financiero”, no me refiero de ninguna manera a las respetables personas que padecen el conocido y común  trastorno.

El caso al que aludo, es un padecimiento convenenciero. Permítaseme sólo citar muy rápidamente,  una de las explicaciones científicas posibles,  respecto a la evidente enfermedad mental progresiva del sexenio que ya casi termina, o al padecimiento administrativo y presupuestal que padecen los supuestos responsables en el gobierno. Enfermedad o perversidad, caracterizada “por una degeneración de las células nerviosas del cerebro y una disminución de la masa cerebral; las manifestaciones básicas son la pérdida de memoria, la desorientación temporal y espacial y el deterioro intelectual y personal”.

Y para finalizar este brevísimo resumen, hay que mencionar, la persistencia de Veracruz en el primer lugar de analfabetismo y el segundo lugar en rezago educativo en el país. Hechos que demuestran que no todos los recursos  se destinan a atender la educación; o, en buena medida, no se utilizan bien,

En el país, según la encuesta inter-censal 2015- INEGI, el estado de Veracruz ocupa, en población de 15 años o más:

Primer lugar en analfabetismo con 562,781. 

Segundo lugar, sin primaria completa, 922,382.

Tercer lugar, sin secundaria terminada, 1, 166,779.

Por tanto, Veracruz  tiene ganado a pulso:

Segundo lugar nacional, en rezago educativo con 2, 651,942.

Casi dos millones seiscientos cincuenta y dos mil personas. El 32% de la citada población en rezago. ¿Cuál eficiencia gubernamental?

¿Y qué hacen, los caros e inútiles de la lavandería de la Contraloría; el Órgano de Simulación Superior (ORFIS); y la dizque Comisión de Vigilancia del Congreso estatal?

NO TODO LO DESTINADO A EDUCACIÓN ES INVERSIÓN

Así,  debe insistirse en que hoy es posible afirmar, que no siempre lo que se gasta en educación, es inversión.

De muchas formas se ha comentado que hay recursos públicos que no son gasto, ni inversión; simplemente, porque  algunos o muchos, se malgastan, despilfarran o desvían. Todo ello equivocada o intencionalmente.

Y también se sabe de sobra, que decir o anunciar que se van a destinar pocos o muchos recursos públicos a educación,  puede ser sólo simulación.

De esto, cuando trabajan en serio y cumplen con su función, las auditorias, contralorías, dependencias de la función pública y órganos de fiscalización, encuentran innumerables casos e ilustrativos ejemplos. Por desgracia la inmensa mayoría de estos actos delictivos, como otros, quedan sin atenderse,  denunciarse o juzgarse. Por lo tanto la tragedia se repite: no hay responsables, omisos y cómplices. La educación de la impunidad, tiene continuidad a todos niveles.

En fin, como ya se ha dicho, de estos y otros temas hay que ocuparse con mayor amplitud y profundidad. Por ahora y para relacionarlos con los cuantiosos volúmenes de recursos que se le destinan, valdría la pena echar un vistazo a la cobertura y alcance que tiene la educación como proceso social; y concretamente, en el caso gubernamental, saber de sus verdaderos alcances como obligado servicio público,  que a la vez es un derecho social. Urge dar puntual seguimiento, empezando por identificar  logros alcanzados, errores cometidos  y  pendientes por realizar.

CEGUERA CONVENENCIERA

Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Pero en Veracruz ha quedado demostrado y se demuestra, desde hace cuando menos 12 años,  que esto no es cierto.

El peor ciego en el gobierno es el que sabiendo que es falso lo que dice y asegura que ve, abusando de su cargo dispone imponer su manera de ver las cosas, a su conveniencia y capricho, aunque sean irreales e imaginarias.

Esa ceguera es peor, ya que intencional y deliberadamente, por interés, provecho o comodidad personal o de grupo, desde la perversa e irresponsable ventaja del gobierno, hay quienes pretenden  imponer visiones irreales y fantásticas, de situaciones inexistentes que nadie cree y que ellos mismos saben que no son ciertas, pero les conviene asegurar que dizque “no pasa nada, todo va bien y viene lo mejor”

Nada tan claro, oportuno y convincente como la real realidad que, a su tiempo, pone en su lugar los decires frente a los hechos.

En su caso no hay duda que el gobierno de Veracruz es visionario, ve visiones o las inventa.

 *[email protected]:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez

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Rafael Arias Hernández

Actualmente es Investigador del IIESES y maestro de la Facultad de Economía de la UV.

Cuenta con  Licenciatura en Economía, por la Universidad Veracruzana. Obtuvo mención honorífica Cum Laude.  Maestría en Economía con especialización en Desarrollo Regional y sub especialización en Historia del Pensamiento Económico. Salt Lake City, Utah. USA. Diplomado por la U.V. en “Habilidades del Pensamiento”.  Alta Dirección AD2 Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas. (IPADE). Becario en los programas Lincon-Juárez y LASPAU.  Asesor académico y maestro de Enseñanza Media, Esc. De Bachilleres Noc. “Art. 3º Constitucional”, Xalapa, Ver. Maestro en la Facultad de Economía, y de la Maestría en Desarrollo Regional. Historia Económica, Desarrollo Económico, Desarrollo Regional, Taller de Investigación, Metodología, Habilidades del Pensamiento y otras cátedras. Maestro en “Técnicas de Debate” de la maestría en Acción Política y Administración Pública, de la Universidad Anáhuac. Xalapa, Ver.

Director General Técnico y Secretario General de la Universidad Veracruzana.

En el Gobierno Federal, fue Delegado Estatal de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial en Veracruz, y Director de Desarrollo Regional en SPP. En el Gobierno del Estado de Veracruz ha sido Asesor Económico, Jefe de Prensa y Comunicación Social, Director General del Instituto Veracruzano de Cultura, Director General de Industria, Comercio y Estadística, Coordinador de Participación Ciudadana, Coordinador Ejecutivo del Comité de Planeación para el Desarrollo (COPLADEVER). SEFIPLAN, (2010)

Miembro de diversas Asociaciones Civiles y ciudadanas, como el Colegio de Urbanistas y Planificadores, el Colegio de Economistas; la Fundación Cambio XXI A. C.; y de la Fundación Colosio A.C. Colaborador de diversas revistas y publicaciones académicas. Articulista de diversos periódicos, y de otros medios de comunicaciones nacionales, estatales y municipales.