Una experiencia de lectura en instalaciones de la SSP

  • Alma Espinosa

Con la finalidad de favorecer el desarrollo personal, social y ambiental; realizar acciones sociales y contribuir a preservar y mejorar la salud de los hijos de policías, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) creó el Club de Tareas, lugar que hace unos meses se enriqueció con la participación de una mediadora de lectura.

Al Club de Tareas de la SSP asisten niños que cursan distintos niveles de primaria. Es un lugar que recibe a los pequeños que han pasado toda la mañana en la escuela y que por el horario laboral de sus padres no pueden irse a casa por la tarde.

Como su nombre lo indica, en el Club solo se realizaban actividades escolares, hasta que llegó Adileni Cuacua Rosas, egresada de la especialidad en la Enseñanza de la lengua y la literatura de la Universidad Pedagógica Nacional, quien tuvo la oportunidad de realizar actividades de promoción de lectura con los niños.

Antes de iniciar la sala de lectura, Adileni Cuacua entrevistó a los niños que aseguraron que sí les gusta leer, en especial cuentos; sin embargo en el Club ni en sus escuelas les leen este tipo de textos porque las maestras no conciben la lectura del cuento como un proceso formativo del lenguaje.

Identificó que el proceso lector de los niños es tardío debido a que son alfabetizados mecánicamente y no leen en la escuela ni en casa de manera voluntaria. En lo que respecta a la escritura, Adileni detectó que los de primeros años están en un proceso de adquisición de la escritura impuesto porque no se lee literatura y en los demás grados solo se contestan los ejercicios de los libros de texto y se desconocen los formatos textuales.

Consciente de esta necesidad de lectura de literatura, la mediadora instaló la Sala de lectura Viaje imaginario. Desarrolló un programa en el que aplicó estrategias encaminadas a la lectura en voz alta, el juego, la escritura y la narración oral. Durante varias semanas asistió al Club de Tareas con muchos libros infantiles bajo el brazo. El efecto fue casi instantáneo, captó la atención de todos los niños con historias fantásticas y otras tantas muy cercanas a lo que sucede en su entorno familiar.

Algunos de los logros que se obtuvieron con la Sala de lectura fue que los niños de primer año desarrollaron procesos de lectura; los niños de grados superiores conocieron formatos textuales y mejoraron su comprensión lectora. En el plano social, “mejoraron las formas de convivencia entre ellos, y en el aspecto emocional los niños se mostraron más comprensivos con sus padres por el poco tiempo de convivencia debido a sus horarios laborales. En cuanto al centro escolar, se restableció la biblioteca y la directora del Club de Tareas sugirió a las maestras incluir la lectura de cuentos en el plan de trabajo”.

No cabe duda que la presencia de mediadores de lectura es relevante en la sociedad y lo es más cuando se comprometen a acercar a las personas a la lectura de una manera novedosa, divertida y alejada de las prácticas convencionales.

Bien por el trabajo de Adileni Cuacua que superó los obstáculos para abrir una sala de lectura en el Club de tareas de la SSP. Ojalá seamos más los que nos sentemos en el piso para compartir un cuento con los niños y sean menos los que simulan la promoción de la lectura con libros viejos, lecturas aburridas y nula creatividad.  

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Alma Espinosa

Es originaria del Distrito Federal y desde hace más de una década radica en Xalapa. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Estudió la especialidad en la Enseñanza de la lengua y la literatura en la Universidad Pedagógica Nacional Unidad Xalapa, donde actualmente es docente. Es egresada de la maestría en Literatura mexicana por la Universidad Veracruzana.

Actualmente cursa el diplomado para la Profesionalización de mediadores de lectura por la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco. Es mediadora del Programa Nacional Salas de Lectura del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Ha impartido talleres relacionados con el tema de la lectura y la escritura, y desde hace dos años es una de las mediadoras que dirige la sala de lectura Equinoccios.

Como periodista ha trabajado en el Instituto Mexicano de la Radio, el periódico U2000. Crónica de la educación superior, y el Departamento de Prensa de la Universidad Veracruzana. Fue gestora cultural en la USBI Xalapa. Actualmente colabora en el área de Comunicación Social del Instituto Veracruzano de la Cultura.