No tenemos la última palabra

  • Mujeres Que Saben Latín

Por: Paco Contreras

Abordar el derecho a decidir desde una mirada masculina es un tanto complicado y escabroso. El debate debe ser de las mujeres, pues son ellas y sólo ellas quienes deben dialogar al respecto; creo que muy valientemente están haciendo escuchar sus voces ante una iniciativa punitiva que viene del más alto poder de este estado, moviéndose y luchando por echar atrás lo que representa un retroceso en varios planos: en lo legislativo, en la política pública a favor de las mujeres y en los avances que se han logrado en materia de igualdad.

La reproducción implica a las mujeres y a los hombres. Sin embargo, la sociedad y sus instituciones, las tradiciones y las resistencias masculinas limitan la implicación de los varones de la vivencia directa de la gestación, el embarazo y el nacimiento de sus hijos e hijas, lo que a su vez los distancia de todos los cambios, buenos y malos que acarrea un embarazo y su término en la vida de las mujeres.

Para el caso de la interrupción del embarazo, muchas mujeres optan por tomar su decisión de  manera unilateral ante un sin número de complicaciones y adversidades en las que los varones están ausentes y en las que muchos de ellos tienen una opinión desde su propia y limitada idea de esta situación, distanciada de una vivencia física directa y en algunos casos desde el desconocimiento de la existencia del embarazo de su pareja.

Al hablar de decisiones, los hombres no alcanzamos visualizar las dificultades que para las mujeres implica puesto que desde pequeños tenemos este derecho ganado, es incuestionable. Se van respetando las ideas y decisiones, siempre y cuando vayan fortaleciendo la identidad de lo que consideramos “ser hombre”. En ese proceso de socialización es donde vamos aprendiendo que “casi siempre” tenemos a razón y en caso contrario aprendemos una serie de estrategias para lograr persuadir a las otras personas para cambiar de parecer y salirnos con la nuestra.

Nos encontramos en un momento coyuntural en el que el estado de Veracruz puede hacer historia a favor o en contra en la política local y nacional dirigida a las mujeres. Ellas no se va a dejar vencer. Seguirán luchando hasta las últimas instancias en las que deban discutir estas propuestas patriarcales que son la muestra de un poder basado en la hegemonía masculina más tradicional y arcaica, en la que un hombre toma la decisión y justifica su actuar por los supuestos beneficios que esto traerá para el resto de las personas que habitamos el ya tan golpeado estado de Veracruz.

Invito a quienes nos leen a que busquemos una política que sea respetuosa de las personas. No dejemos pasar una vez más una reforma que termina criminalizando a un amplio sector de la población. Varones veracruzanos es momento que nos sumemos a la lucha por los derechos de las mujeres, dejemos de emitir opiniones (a favor o en contra) y busquemos contribuir desde nuestro campo de acción a que esta iniciativa no se concrete y aprendamos del colectivo que se ha construido a lo largo de los años a través de la lucha feminista.

“Si tocan a una, nos tocan a todas” dicta una de las consignas feministas que más me gusta por representar uno de los grandes valores del feminismo: “La sororidad”. No necesitamos sufrir en nuestros cuerpos para entender la lucha y sumarnos para apoyar, compañeros.

¡No tenemos la última palabra!

No olviden que cada miércoles en las instalaciones del Centro de Integración Juvenil de Xalapa, ubicado en las esquinas de las avenidas Acueducto y Ruíz Cortines, de la Colonia Unidad Magisterial, sesionamos en el grupo de Hombres Responsabilizándose de su Vida, a partir de las 18:00 hrs. En donde podemos abordar este u otros temas de interés masculino y sus vinculaciones con las relaciones que establecemos con las mujeres.