El poder del olvido y de la pasividad

  • Rafael Arias Hernández

A diario, las  batallas se trasladan  a la capacidad de recordar, de tener presente que no debe haber crimen sin castigo.

Indispensable recordar que crimen perfecto,  no sólo es aquel del que nunca se sabe del autor; y que también  lo es,  el que sabido y padecido, identificado su responsable no se le hace nada, se le recicla y premia. Se tolera, permite y alienta en acción u omisión, que encubre o protege, distrae o desorienta.

En Veracruz como en muchas partes. Como ayer y siempre, se apuesta  a que, en unos días, máximo en unas semanas,  el tema sea sustituido, desplazado, minimizado o negado; y a que, como al clavo, un escándalo saque a otro; y, desde luego, se  apuesta a olvido, desinterés e indiferencia ciudadana.

La fuerza de la retórica y la simulación predominan. La distracción y el entretenimiento imperan Y la autopromoción, “el no pasa nada y todo va bien”,  sustituye a la objetividad y a lo importante, la atención y solución de crecientes necesidades y problemas sociales.

Demasiado tienen que ver algunos medios y comunicadores sin escrúpulos, ni compromiso y responsabilidad  social efectivos. Mismos que, salvo excepciones, al final también resultan afectados.

Ineptos y corruptos confían en el olvido y la pasividad individual y colectiva. Pero más en la omisión y complacencia, en la acción delictiva y complicidad. Total, no pasa nada en el reino de continuidad en la impunidad.

La fuerza del ejemplo

Una y otra vez se puede comprobar, que delincuencia que no se combate y castiga, se vuelve precedente; y que tarde o temprano se convierte en símbolo, en ejemplo a seguir y hasta en costumbre. Se puede comprobar también que inseguridad e injusticia  tienen diversas fuentes y se manifiestan de muchas formas.

Crimen e impunidad son simplemente componentes de la fórmula ideal, para que otro, otros y muchos más delincuentes conviertan a la sociedad en su coto de caza;  y al gobierno en su fuente de protección, para obtención de cuantiosos recursos públicos,  de ventajas y beneficios de atribuciones institucionales  y, hasta en su espacio de negocios, sobre todo ilegales. Otras de las muchas formas, con las que   inseguridad y  delincuencia se fortalecen.  

Historia repetida, conocida y padecida por innumerables pueblos, desde tiempos inmemorables. Hasta que ciudadanía y  sociedad en general, toman la iniciativa de combatirlos y erradicarlos. Y, desde luego, se disponen a reconocer a los pocos, a los contados servidores públicos que en verdad garantizan derechos y libertades, y ofrecen buenos resultados.

Necesario actualizar y modernizar leyes e instituciones, pero antes exigir que en efecto funcionen, para  consolidar y fortalecer aciertos; y para corregir y evitar errores, pérdidas y sacrificios sociales.

Urge  reformar y vitalizar  permanentemente a los gobiernos,   sus servicios y dependencias,  tanto los de fomento económico, de asistencia y desarrollo social, de salud y educación, de promoción del arte e investigación científica, como las  de seguridad, procuración y administración de justicia, y readaptación.

Pero sobre todo, es preciso vivir responsable y plenamente el presente, insistiendo que se aplique la ley y se amplié su capacidad y velocidad de respuesta.

Letra de la ley, sin  acción y concreción, es parte de la simulación, a lo sumo buena intención. Ni tarde ni ausente, ni a medias ni a gusto discrecional o voluntarioso. 

Todos los temas gubernamentales son  cuestiones  públicas,  asuntos insoslayables que importan al ciudadano y a la sociedad en general. Sus responsables son servidores públicos, no jefes de cartel o territorio, ni dueños de franquicia para la impunidad. Todos sin excepción están obligados a cumplir y hacer cumplir la ley; a ofrecer resultados positivos y no pretextos; y a rendir cuentas para ser evaluados, apoyados y  reconocidos o  señalados y despedidos o  procesados.

Y hay que repetirlo, ineficiencia y delincuencia gubernamental, son  asuntos públicos que no pueden  estar sólo en manos de policías, fiscales y jueces. Es más, son tan importantes que no puede ser sólo asunto de  gobernantes.

Importan a la sociedad en general  y al ciudadano en particular. Incumben a todos y todos estamos obligados a participar y a contribuir en su atención y solución. 

El crimen, el delito afecta demasiado el presente y condiciona, trastorna o cancela el futuro. Todavía hay quienes sostienen que ineficiencia y delincuencia gubernamental no afectan al sistema político, económico y social. O que no pasa nada y todo va bien.

Grave equivocación, ya que  en muchos lugares, gracias a la irresponsabilidad gubernamental, alentada por corrupción e  impunidad, tanto ineficiencia como delincuencia oficiales se han convertido en  muchos casos, en el sistema mismo. Dícese en burla,  como delincuencia desorganizada. 

Dentro y fuera del país, los medios se ocupan y hablan  del asunto.

Veracruz en serios problemas, graves riesgos y evidentes retrocesos. Los responsables, en general,  a los que les pagan por dizque hacer su trabajo en el gobierno, no han hecho ni hacen lo que deberían hacer. El crimen e ineptitud oficiales afectan demasiado el presente y determinan o cancelan el futuro.

¿Cuáles finanzas sanas y administración responsable? ¿Cuál blindaje y seguridad? ¿Cuál gobierno responsable y eficiente?

Inocultables crisis y problemas se hacen recurrentes, complicados  y crecientes. Desmemoriados y cínicos,  hasta repiten discursos y  recetas.

Más de lo mismo. Restructuración de deuda, o sea aumenta. Ajuste de gasto, o sea alguien lo incremento y se benefició. Retiro voluntario, que es despido obligado de personal. Austeridad de la austeridad para todos, menos para unos cuantos. Abundancia de justificaciones y pretextos, de buenas intenciones y promesas. Simulación y engaño no repara el tamaño del daño.

Lo que tanto se oculta y niega, reaparece más complicado y peor. ¿Cuáles transparencia, rendición de cuentas, fiscalización y evaluación reales y efectivas?

Ante una sociedad sacrificada e indignada, inconforme  y movilizada, hay que reconocer los alcances de los limitados resultados, defender y consolidar los contados logros  y avances. Preciso fortalecer el esfuerzo conjunto. 

Pero sobre todo. Urge contener, reducir y eliminar ineficiencia y delincuencia gubernamentales. Historia que se repite. Lucha que nunca termina. 

*Académico.IIESESUV@RafaelAriasH

Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez.  

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Rafael Arias Hernández

Actualmente es Investigador del IIESES y maestro de la Facultad de Economía de la UV.

Cuenta con  Licenciatura en Economía, por la Universidad Veracruzana. Obtuvo mención honorífica Cum Laude.  Maestría en Economía con especialización en Desarrollo Regional y sub especialización en Historia del Pensamiento Económico. Salt Lake City, Utah. USA. Diplomado por la U.V. en “Habilidades del Pensamiento”.  Alta Dirección AD2 Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas. (IPADE). Becario en los programas Lincon-Juárez y LASPAU.  Asesor académico y maestro de Enseñanza Media, Esc. De Bachilleres Noc. “Art. 3º Constitucional”, Xalapa, Ver. Maestro en la Facultad de Economía, y de la Maestría en Desarrollo Regional. Historia Económica, Desarrollo Económico, Desarrollo Regional, Taller de Investigación, Metodología, Habilidades del Pensamiento y otras cátedras. Maestro en “Técnicas de Debate” de la maestría en Acción Política y Administración Pública, de la Universidad Anáhuac. Xalapa, Ver.

Director General Técnico y Secretario General de la Universidad Veracruzana.

En el Gobierno Federal, fue Delegado Estatal de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial en Veracruz, y Director de Desarrollo Regional en SPP. En el Gobierno del Estado de Veracruz ha sido Asesor Económico, Jefe de Prensa y Comunicación Social, Director General del Instituto Veracruzano de Cultura, Director General de Industria, Comercio y Estadística, Coordinador de Participación Ciudadana, Coordinador Ejecutivo del Comité de Planeación para el Desarrollo (COPLADEVER). SEFIPLAN, (2010)

Miembro de diversas Asociaciones Civiles y ciudadanas, como el Colegio de Urbanistas y Planificadores, el Colegio de Economistas; la Fundación Cambio XXI A. C.; y de la Fundación Colosio A.C. Colaborador de diversas revistas y publicaciones académicas. Articulista de diversos periódicos, y de otros medios de comunicaciones nacionales, estatales y municipales.