Xalapa urbano: ¿Legitimidad democrática?

  • J. Enrique Olivera

La política importa. Más que nunca, importa y dirige nuestras vidas, economías y culturas. David Runciman

Es tanto el ruido que resulta casi imposible substraerse del juego electoral que mantiene ocupada lo mismo a la clase política que a medios de comunicación y amplios sectores de la llamada sociedad civil que, para bien o para mal, ven en este evento de democracia simulada una oportunidad para participar y expresarse a favor o en contra del proceso comicial que desembocará en la elección bien de gobernadores, bien de diputados federales o alcaldes.

Y es en este escenario, en el que es más lo que se tiene que perder que lo que se pudiera ganar en favor de la democracia, que la bola de cristal gira incesantemente, mostrando caleidoscópicas imágenes de lo que hasta ahora no pasa de ser más malos que buenos augurios.

La moneda está en el aire y como bien se afirma, no hay nada escrito para nadie, salvo inicuas y dispendiosas campañas electorales financiadas con recursos públicos salpicados con otros de dudoso origen,  en las que se refleja la miseria moral, intelectual  y política no sólo de partidos y candidatos en contienda, también de algunos  adelantados que en río revuelto pretenden hacen crecer aspiraciones y proyectos futuristas.

En este marco de referencia se encuadran las cifras dadas a conocer en  Veracruz por la Consultora Santoyo y Asociados que, a una semana de iniciadas las campañas electorales de quienes aspiran a una curul federal por el Distrito Xalapa Urbano, nos dice “… casi el 60 por ciento de la población desconoce qué elecciones se realizarán el próximo siete de Junio”.  En el universo del  40 por ciento restante, la intención del voto a favor de la candidata de la coalición PRI-Verde, Elizabeth Morales  es del  el 26.6 contra el 22.6 del candidato del PAN.

Si los números no mienten, del total de 282 864 votantes potenciales que registra la lista nominal del INE para el Distrito X de Veracruz, 169,118 que no tienen ni idea de que elecciones tendrán lugar en junio próximo,  tampoco, por lo consiguiente, cuentan con intención de voto a favor o en contra de tal o cual partido o candidato. Luego el universo de preferencias electorales dentro del cual compiten Elizabeth Morales y sus adversarios, se reduce a sólo 113 145 sufragios potenciales.

Así, la ex alcaldesa de Xalapa con el 26.6 % de la intención de voto, si hoy fueran las elecciones contaría apenas con 30,096 votos efectivos,  contra 25 570 de su oponente panista y 57 478 del resto disperso y fragmentado  de contendientes que participan como candidatos a una diputación federal en el proceso electoral en curso.

Elizabeth Morales se levantaría con el triunfo con apenas el 10.6 % del total del listado nominal. Y aun así, la coalición PRI-Verde echa las campanas al vuelo, a sabiendas de que con la sumatoria de sufragios efectivos a su favor, ganaría la elección.

Con un voto se gana en la democracia a la mexicana, la ley es la ley y en las reglas del juego dictadas por los dueños de las canicas, la legitimidad no cuenta.

Triste pero real. De mantenerse la tendencia, frente a la “indiferencia” ciudadana la primera minoría se levantaría con el triunfo, reduciéndose a eso la “fiesta democrática” para Xalapa urbano en el 2015. Un buen de Ignorantes, indecisos y apáticos xalapeños, le pondrían al PRI-Verde, en bandeja de plata la oportunidad de contribuir a la construcción de la mayoría que desde la Cámara de diputados aprobará la gestión de Peña Nieto y la profundización de sus reformas en el segundo y último tercio del actual mandato presidencial.

Esto en el marco de un análisis simplista y lineal que parte de la presunta fortaleza histórica de la estructura, recursos financieros, materiales y humanos que, con recursos públicos sustenta una ya muy cuestionable hegemonía del PRI en Veracruz. Empero, a mi juicio la cosa no es tan simple en la actual circunstancia política y social que se vive en México, en la entidad y en la capital veracruzana. Bajo el agua podría estarse gestando un “voto de castigo” para el PRI-Verde, precisamente en el ámbito de los llamados indecisos, los que dicen aun no decidir su intención del voto y los que dicen desconocer  en qué elección están llamados a participar.

No puede ignorarse que la ciudadanía deberá votar por candidatos seleccionados por un grupo de notables y no por consulta a las bases partidistas; mucho menos a los ciudadanos sin partido que son mayoría en la población xalapeña. El voto duro partidista podría no ser tal, como lo pone en evidencia la Consultora Santoyo y Asociados,  y la llamada estructura o maquinaria electoral sueño guajiro de pasadas glorias.

Son muchos los agravios sufridos  a últimas fechas por la militancia priísta en Xalapa a manos de su propio partido y del gobierno duartista, a lo que habría que agregar el clima de desconfianza y crisis de credibilidad que coloca al presidente Peña y su gestión al borde del colapso. Esto cuenta y seguramente influirá en el voto duro de la coalición PRI-Verde en demérito de una candidata ya de sí cuestionada y señalada por la opinión pública como amoral, oportunista y corrupta.

De aquí al 7 de junio los tiempos se acortan, el control de daños no se contempla en la campaña electoral de la señora Morales ni ésta incide en los indecisos en la medida de lo deseable para el PRI-gobierno. Mucho ruido auditivo y visual con pocas nueces en la capital veracruzana, no es garantía para revertir la percepción negativa que anida en el imaginario colectivo. Como tampoco es garantía el que con apenas el 10.6 % a su favor del total de la lista nominal para el Distrito X, la Sra. Morales pueda legitimarse en un Xalapa urbano que por principio le rechaza muy  a pesar de lo que digan o dejen de decir sus apologistas gratuitos o de paga.

La última palabra la dirán los xalapeños el 7 de junio. Tienen mucho que decir y esta será la oportunidad para expresarse participando con responsabilidad y buen juicio el día de la elección. Quedarse en casa, dando la espalda a los comicios y evadiendo el ejercicio de un derecho conquistado no es el camino. Basta ya de masoquismo ciudadano; refrendarlo es garantía de un más de lo mismo reciclado que hoy lamentamos.

Mostremos a la Sra. Morales de que cuero salen más correas. Ni un voto a la coalición PRI-Verde.

Hojas que se lleva el viento

El sistema nacional anticorrupción nace muerto. Como la cosecha de mujeres, corrupción e impunidad nunca se acaban, corre en las venas de una clase política insensible y sorda que no está dispuesta al suicidio.

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México está blindado, dice Luís Videgaray. ¿Y los mexicanos también?

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Considerándose muy “sácale punta”, los senadores veracruzanos deberían explicarnos qué es y con qué se come esa última jalada de los tecnócratas aprendices de brujos, pomposamente llamada “presupuesto base cero”.

Yunes Zorrilla, presidente de la Comisión de Hacienda y Crédito Público de la Cámara alta, con tantita honestidad intelectual no se atrevería. Sabe bien que sin un sistema nacional de planeación participativa que involucre regional y sectorialmente a la población en la formulación de diagnósticos puntuales, presupuestos por programa sustentados en proyectos específicos, y todo un mecanismo de seguimiento, control y evaluación en tiempo real,  el presupuesto con base cero de antemano va camino al fracaso, uno más de Peña Nieto y sus aprendices de brujo por desconocer el terreno que pisan. La estructura orgánica, dinámica inercial burocrática e intereses creados de la administración pública en los tres niveles de gobierno, sería el obstáculo número uno a salvar, y eso está en mandarín.

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Deseándole desde estas líneas un pronto restablecimiento, saludamos con afecto al distinguido Maestro Guillermo Zúñiga Martínez, Rector de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, quien honra y distingue semana a semana al Semanario Pulso Crítico con su opinión.

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Mérida, capital de Yucatán, ciudad blanca y de la paz es hoy un horno. Temperaturas de más de 42 grados y el termómetro sigue subiendo…

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J. Enrique Olivera

Como reportero laboró en los diarios, “Tiempo” y “El Imparcial de Xalapa”, del que fuera jefe de redacción. Fundando más tarde el boletín diario de noticias “Correo de la Noche” y la revista “Análisis”, en la capital veracruzana.  

Se incorporó a la Confederación Nacional Campesina, participando como delegado del CEN en el Plan Chontalpa, Tabasco. En el sector público federal prestó sus servicios como Sub residente de promoción social y económica de la Comisión del Grijalva en el Plan Balancán-Tenosique; Subdelegado de organización de la SRA en Quintana Roo y Yucatán; Supervisor técnico en el sureste del Fideicomiso de Organización y Capacitación campesina del BANRURAL; Jefe de la Unidad de Supervisión y control de la Delegación de la Secretaría de Programación y Presupuesto en Yucatán; Director de Evaluación Regional en la Subsecretaría de Evaluación de la SPP; Gerente del Banco Nacional Pesquero y Portuario para los estados de Yucatán y Quintana Roo; Delegado federal de Pesca en Quintana Roo; Responsable de promoción de proyectos productivos pesqueros, en la Comisión Intersecretarial para la atención de La Chontalpa y Región Lagunar del Estado de Tabasco. 

También se desempeñó como Jefe de la Unidad de Supervisión del Comité Promotor de Desarrollo de Yucatán, Director de Fomento Industrial en el gobierno del estado de Yucatán, y como Secretario Estatal de Pesca en el de Quintana Roo.

Retomando el periodismo actualmente edita el Semanario en línea Pulso crítico y como articulista independiente  sus colaboraciones se publican en diversos medios digitales en el internet.