Sigue más hambre y pobreza en Veracruz

  • Rafael Arias Hernández

Preocupante, el aumento de limitaciones y sacrificios de la población en general.

La información oficial federal lleva directamente a esa conclusión. Basta interpretar correctamente,  lo que se dice y hace; entenderlo  desde otra perspectiva y  en toda su magnitud. Imprescindible, para no confundir lo importante con lo urgente, y mejorar capacidad de respuesta y previsión.

Esto es, ir más allá del reconocimiento justificado o no, del inmediatista cumplimiento burocrático de algunas metas y objetivos de programas asistenciales oficiales, para constatar lo que significan y a lo que obligan o convocan a hacer.

Se incorporan más de 96 mil familias de pobres

Por lo pronto, se asegura que 843 mil 102 familias reciben apoyos oficiales; y se sabe que, salvo otra información, Veracruz ocupa primer lugar en beneficiarios del programa OPORTUNIDADES, hoy denominado como  PROSPERA.

Sin duda creció  en los últimos años la cobertura asistencial y supuestamente temporal del programa; y eso que, al mismo tiempo,  se reconoce que todavía no se atiende y cubre toda la población en tan desafortunada situación.

Luego entonces, hay que destacar que la pobreza sigue aumentando y que la novedad es que ahora sin rubor ni limitación, se reconoce la existencia de uno de sus extremos: el hambre, que junto con la inseguridad se han hecho tan inocultables como prioritarios.

Destacan, de reciente información oficial difundida, entre otros aspectos, los logros alcanzados: “… se han incorporado 27 mil 933 nuevas familias veracruzanas que cuentan con la tarjeta SINHAMBRE, 96 mil 26 nuevas familias están afiliadas a Prospera, 197 mil 640 mexicanos son nuevos beneficiarios de la leche Liconsa y hay 120 nuevas tiendas Diconsa acercando productos de primer calidad a los Veracruzanos…”

Hay disponible, más información que comprueba, persistencia y  aumento de hambre y miseria en Veracruz.

A propósito, ¿qué de los programas y padrones estatales y municipales?

Y, hay que decirlo: poco o nada se menciona de la necesidad y urgencia de atender causas y orígenes del empobrecimiento que, debe insistirse y repetirse, siguen sin ser adecuadamente atendidas y modificadas: la economía no crece lo suficiente; no se generan las nuevas fuentes de empleo necesarias y sus correspondientes ingresos y prestaciones mínimas; continua el deterioro de la capacidad de compra tanto de canasta de productos básicos como de servicios públicos indispensables.

La crisis internacional de los precios del petróleo ha venido a mostrar, una vez más, las limitaciones y alcances de las insuficientes y obsoletas políticas públicas oficiales de impulso y apoyo al desarrollo económico, empleo y bienestar social.

Indispensable integrar y coordinar esfuerzos públicos y privados, de los diversos ámbitos de gobierno, así como de representaciones empresariales, laborales y sociales.

Remedio transitorio y  enfermedad permanente

Así que ahora, más allá de algunos innegables reconocimientos y temporales justificaciones por el esfuerzo realizado,   se nota la exageración discursiva, se presume en exceso el remedio, transitorio e insuficiente, cuando la situación misma exige y comprueba que se podía y se puede evitar el tamaño e intensidad de las enfermedades (pobreza, hambre y miseria), si se atienden bien y a tiempo sus causas y orígenes.

Y eso que se ha afirmado a diestra y siniestra, en discursos, boletines y en publicidad pagada que no es aconsejable fomentar el asistencialismo, más allá de lo urgente y necesario, porque no sólo se ha comprobado que no es la solución definitiva sino que, en contraparte, es más bien la fuente de indeseables e injustificadas desviaciones basadas en el condicionamiento de acceso al beneficio de los programas; el voluntarismo y discrecionalidad en su orientación; y el conocido clientelismo político-electoral, al que de una y mil formas se vincula.

Limitaciones y sacrificios interminables

Gobernantes y funcionarios deben cambiar y mejorar su actitud y comportamiento en temas prioritarios, que han llegado a límites verdaderamente preocupantes y hasta alarmantes, la percepción generalizada es que, ni atienden ni entienden la magnitud  y trascendencia, de múltiples y variadas necesidades, problemas y conflictos que es su obligación atender, enfrentar y resolver bien y en el menor tiempo.

Algunos incluso confunden urgente con importante, autopromoción personal  con consolidación institucional, principio con comienzo, solución con involución, solidez financiera con deuda pública, y rollo con desarrollo.

Excepciones aparte,  el problema es que también muchas políticas y programas públicos,  se mantienen en teoría y práctica política  de más de lo mismo, del circo de tres pistas de simulación, entretenimiento y distracción; para  seguir obteniendo beneficios personales, pero lo mismo y peor para la sociedad.

Voces de alerta y señalamientos vienen de todas partes. Los reclamos no son nuevos, fervorosamente se reproducen   generación tras generación.  Abarcan diversos temas, todos ellos conectados con la prioridad de prioridades: la vida humana y sus condiciones.

Dichas aspiraciones o pretensiones son vitales  y por eso han sido convertidas, en buena medida, en derechos humanos y sociales,  por los cuales se esfuerza toda  sociedad democrática y por los que luchan y reclaman los que resultan afectados, limitados o excluidos.

Dichos derechos están vinculados, básicamente, con aire, agua, alimentación, salud, vivienda, seguridad, justicia, educación, empleo con salarios dignos y prestaciones mínimas.

Lo menos que se espera,  es comprensión hacia  quienes padecen limitaciones y sacrificios; y, desde luego,  oportuna y eficiente atención, por parte  de aquellos servidores públicos que están obligados  a hacerlo.

Sin embargo, lo que se repite y sucede, es la conocida y padecida historia de siempre. Pobreza, miseria y hambre, así como inseguridad y violencia se presentan como obligadas alternativas de subsistencia  para las mayorías.

Inaplicado manual anticorrupción de Sedesol

Urge, actualizar con “blindaje electoral” y difundir ampliamente éste documento federal (porque de lo estatal no hay nada), para detener a  ineficientes y delincuentes electorales en el gobierno, que usan y abusan de los pobres, de sus recursos y programas sociales.

“La corrupción es, en un sentido amplio, distraer a algo de sus fines. Corromper el Estado  es alejarlo de su función transformadora, de su obligación de llevar beneficios a las personas, de su responsabilidad por hacer efectivos derechos y libertades”.

*Academico.IIESES-UV@RafaelAriasH

Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez.

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Rafael Arias Hernández

Actualmente es Investigador del IIESES y maestro de la Facultad de Economía de la UV.

Cuenta con  Licenciatura en Economía, por la Universidad Veracruzana. Obtuvo mención honorífica Cum Laude.  Maestría en Economía con especialización en Desarrollo Regional y sub especialización en Historia del Pensamiento Económico. Salt Lake City, Utah. USA. Diplomado por la U.V. en “Habilidades del Pensamiento”.  Alta Dirección AD2 Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas. (IPADE). Becario en los programas Lincon-Juárez y LASPAU.  Asesor académico y maestro de Enseñanza Media, Esc. De Bachilleres Noc. “Art. 3º Constitucional”, Xalapa, Ver. Maestro en la Facultad de Economía, y de la Maestría en Desarrollo Regional. Historia Económica, Desarrollo Económico, Desarrollo Regional, Taller de Investigación, Metodología, Habilidades del Pensamiento y otras cátedras. Maestro en “Técnicas de Debate” de la maestría en Acción Política y Administración Pública, de la Universidad Anáhuac. Xalapa, Ver.

Director General Técnico y Secretario General de la Universidad Veracruzana.

En el Gobierno Federal, fue Delegado Estatal de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial en Veracruz, y Director de Desarrollo Regional en SPP. En el Gobierno del Estado de Veracruz ha sido Asesor Económico, Jefe de Prensa y Comunicación Social, Director General del Instituto Veracruzano de Cultura, Director General de Industria, Comercio y Estadística, Coordinador de Participación Ciudadana, Coordinador Ejecutivo del Comité de Planeación para el Desarrollo (COPLADEVER). SEFIPLAN, (2010)

Miembro de diversas Asociaciones Civiles y ciudadanas, como el Colegio de Urbanistas y Planificadores, el Colegio de Economistas; la Fundación Cambio XXI A. C.; y de la Fundación Colosio A.C. Colaborador de diversas revistas y publicaciones académicas. Articulista de diversos periódicos, y de otros medios de comunicaciones nacionales, estatales y municipales.