Cuentos chinos

  • J. Enrique Olivera

No es mi intención aguarles la fiesta a nuestros aldeanos empresarios, pero a mi juicio esto de que China se interesa en un intercambio comercial que favorecería a Veracruz, me parece es una broma de mal gusto más del Sr. Javier Duarte de Ochoa, en el marco de su visión de lo que tienen en el cerebro aquellos a los que dice gobernar.

Si no lee, no estudia ni se entera de lo que pasa en su entorno más cercano, mucho menos está capacitado para interpretar las verdaderas intenciones expansionistas de la potencia del lejano oriente, ávida de materias primas (petroleo), mano de obra barata  y locaciones geoestratégicas cercanas a su objetivo, el  mercado norteamericano.

El “Dragon Mart” proyectado para Cancún en la puerta de entrada al Golfo de México, se ha quedado en veremos ante la resistencia de la población peninsular, que percibiera en el proyecto asiático una amenaza a sus intereses económicos y medioambientales. Luego no es nada descabellado pensar que tengan ahora puestos sus rasgados ojos en Tuxpan, como sede alternativa.

La pregunta es si este movimiento estratégico de los chinos beneficiaría al empresariado local y en general a la entidad en un asimétrico intercambio comercial, como afirma el gobernador  Duarte de Ochoa.

Y si en algo nos beneficiaría en términos de inversión, creación de nuevas fuentes de trabajo  y reactivación del empleo, habría que preguntarse también si en la entidad la raquítica economía doméstica está preparada para competir en nuestro propio mercado interno con la avalancha de todo tipo de productos de manufactura china, resultado del intercambio que hoy por hoy no pasa de ser un anuncio triunfalista más.

El Sr. Dr. Duarte no piensa en los pros y los contras de lo que públicamente sale a anunciar. Dispuesto a aferrarse hasta de un clavo caliente para mediáticamente justificar su paso por el gobierno de Veracruz, sin más echa las campanas al vuelo; lo mismo trátese de visitas diplomáticas y de hombres de negocios de Cataluña, China o del país que fuere, sin mover un dedo para propiciar, auspiciar y respaldar un crecimiento económico sustentado en los pequeños o medianos empresarios urbanos y rurales de la entidad, que son los que verdaderamente mantienen en pié a Veracruz.

Tampoco se preocupa y menos ocupa, en promover el incremento de los salarios en su administración y en el aparato productivo en general, con vías a fortalecer consumo y mercado interno así como calidad de vida de los veracruzanos. Esperando que sea la inversión foránea la que nos saque del atolladero.

Quizá por su cortedad de miras es que podría explicarse el por qué está más interesado en el robo de golosinas a tiendas de conveniencia que en la crítica problemática por la que atraviesan la industria azucarera, la producción de café y cítricos y la agricultura familiar, puntales de la economía rural en Veracruz y hoy caldo de cultivo latente para más pobreza y desigualdad en la entidad.

Pero como dicen, ya ni llorar es bueno. Se le eligió a sabiendas de lo que significaba la nefasta herencia de Fidel Herrera y no queda de otra que aguantar sus charadas triunfalistas por dos largos años más.

Hojas que se lleva el viento

Y en este contexto, el senador José Fco. Yunes Zorrilla no canta mal las rancheras, ilustrándonos sobre cómo interpretar la señalética  con la que a su real entender vamos por el camino correcto, en un México que ahora tiene rumbo gracias a las reformas del Sr. Peña. Justificada su intención, está en su derecho en sus afanes proselitistas, pero inoportuno en su argumentación cuando el horno no está para bollos; a paso acelerado el deterioro social, el estancamiento económico así como la corrupción y descomposición política que como la humedad se cuela hasta el último rincón del país, le desmienten. En la coyuntura actual lo que percibe la mayoría de la gente es un México sin rumbo en el que las cacareadas reformas comprometen presente y futuro de los mexicanos. Neta que ganaría más adeptos si expresándose con verdad,  reconociera públicamente que la percepción ciudadana cuenta más que las charadas triunfalistas de un régimen político dando palos de ciego.- Cd. Caucel, Yuc., octubre 19 de 2014.

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J. Enrique Olivera

Como reportero laboró en los diarios, “Tiempo” y “El Imparcial de Xalapa”, del que fuera jefe de redacción. Fundando más tarde el boletín diario de noticias “Correo de la Noche” y la revista “Análisis”, en la capital veracruzana.  

Se incorporó a la Confederación Nacional Campesina, participando como delegado del CEN en el Plan Chontalpa, Tabasco. En el sector público federal prestó sus servicios como Sub residente de promoción social y económica de la Comisión del Grijalva en el Plan Balancán-Tenosique; Subdelegado de organización de la SRA en Quintana Roo y Yucatán; Supervisor técnico en el sureste del Fideicomiso de Organización y Capacitación campesina del BANRURAL; Jefe de la Unidad de Supervisión y control de la Delegación de la Secretaría de Programación y Presupuesto en Yucatán; Director de Evaluación Regional en la Subsecretaría de Evaluación de la SPP; Gerente del Banco Nacional Pesquero y Portuario para los estados de Yucatán y Quintana Roo; Delegado federal de Pesca en Quintana Roo; Responsable de promoción de proyectos productivos pesqueros, en la Comisión Intersecretarial para la atención de La Chontalpa y Región Lagunar del Estado de Tabasco. 

También se desempeñó como Jefe de la Unidad de Supervisión del Comité Promotor de Desarrollo de Yucatán, Director de Fomento Industrial en el gobierno del estado de Yucatán, y como Secretario Estatal de Pesca en el de Quintana Roo.

Retomando el periodismo actualmente edita el Semanario en línea Pulso crítico y como articulista independiente  sus colaboraciones se publican en diversos medios digitales en el internet.