Veracruz, Ver.- “¡Alan, párate, vámonos!”, gritaba desesperada Alma Rosa en medio de un incendio que consumía su vivienda localizada en el fraccionamiento Costa Dorada, en la zona norte del puerto de Veracruz.

La maestra jubilada arriesgó su vida para salvar a su hijo Alan de Jesús, pero falló. El joven de 33 años, que vivía con una discapacidad, se negó a salir del domicilio, se atrincheró y murió. 

Melisa, la otra hija de Alma Rosa, resultó con quemaduras en las manos al tratar de salvar a su hermano. Cuando el fuego y el humo se intensificaron dentro de la casa, Melisa sacó a la fuerza a su madre y se resignó a dejar a Alan.

“Por más que lo jalamos no quiso salir y pues se quedó ahí en el cuarto tirado, lo sacaron las personas, fueron por él los periciales”, relató Alma Rosa Rodríguez.

El fuego se extendió rápidamente por la casa. Alma Rosa intentó auxiliar de inmediato a su hijo, sin embargo, el joven habría entrado en una crisis de pánico.

“Se atoró, vio la lumbre, se hizo para atrás y ya no quiso salir, mi hija se quemó las manos por querer sacarlo, mi hija me empujó y me sacó, pero mi hijo ya no quiso salir porque la lumbre jaló más para arriba”.

Alan de Jesús tenía una discapacidad intelectual, sobrepeso, diabetes y presión alta. Dependía completamente de su madre Alma Rosa y su hermana Melisa.

Una veladora causó el incendio en la casa de Alan

El hecho ocurrió entre las 3:00 y las 4:00 de la madrugada de este miércoles 10 de diciembre en la casa marcada con el número 305 en la avenida Hacienda La Soledad, en el fraccionamiento Costa Dorada.

De acuerdo con Alma Rosa, la causa del incendio fue una veladora que se quedó prendida para apaciguar el frío que se siente en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río por el frente frío número 19.

“Dejamos la vela porque hacía mucho frío, entonces cerraba yo la puerta del patio, le ponía un palo, pero la lumbre agarró mi cobija donde estaba yo tapada y ahí fue donde comenzó y estuve ‘!Alan, Alan, hijo, párate, vámonos, muévete!’, pero ya no quiso, se regresó para el cuarto y ahí fue donde falleció”, narró.

Las y los vecinos de la unidad habitacional intentaron sofocar las llamas a cubetadas y manguerazos, pero fue imposible. El fuego calcinó por completo la casa.

Al lugar de los hechos llegaron elementos de Bomberos Municipales y paramédicos de la Cruz Roja Mexicana, sin embargo, tuvieron dificultades para pasar por la avenida Hacienda La Soledad debido a las pésimas condiciones de la calle.

La cantidad de baches y hundimientos de la avenida impidió el paso a las unidades vehiculares de los cuerpos de rescate, así que le dieron la vuelta a la avenida para ingresar por el otro extremo, lo que generó que perdieran tiempo.

Alma Rosa, una madre soltera que cuidaba a Alan

Alma Rosa es una madre soltera que desde muy joven comenzó a trabajar como maestra para mantener a Alan y a Melisa. Llegaron a vivir al fraccionamiento en el año 2005.

20 años después de haber llegado a la unidad habitacional, el patrimonio que Alma Rosa construyó quedó reducido a cenizas y escombros. El domicilio, según el dictamen de los bomberos, quedó inhabitable. 

“Mi casa ya es pérdida total, ahorita pues la que se va a fletar todo voy a ser yo, la Cruz Roja me hizo firmar un documento donde ellos se deslindan, mi hija estaba muy mal. De hecho, ella tiene que ir al médico, trabaja en un jardín de niños”, comentó.

Finalmente, la madre jubilada dijo temer que los restos de su hijo sean enviados a la fosa común, debido a la falta de documentos. Todos los papeles personales de su familia quedaron calcinados.

“Entre ellos me comentaron que si no tenía yo que fuera yo a la fiscalía para que me dieran documentos y que mi hijo no fuera a la fosa común, o sea ¿cómo van a hacer eso? Yo no sé con quién ir, yo ando en silla de ruedas, todos los documentos están allá adentro”.

La maestra jubilada pidió el apoyo de las autoridades para llevar a cabo los trámites necesarios para recuperar los restos de su hijo y así darle sepultura.

“Fue un error, fue un accidente, pero ellos quieren que mi hijo se vaya a la fosa común, yo no lo entiendo”.

AC