Desde los 15 años, Tadeo Tobani se dedica al transporte de carga. Viene de una familia de traileros y, pese a haber sido víctima de dos asaltos violentos recientemente, no se ve haciendo otra cosa. “Es lo que he hecho toda mi vida, sólo quiero llegar con bien a casa”, comparte.

Tadeo ha recorrido miles de kilómetros en distintas carreteras del país, pero este año ha sido especialmente complicado. El primer asalto ocurrió en marzo, cuando transportaba una carga de abarrotes.

Un grupo de hombres armados lo interceptó cerca de la caseta de cobro de San José Miahuatlán, y aunque logró recuperar su unidad, tuvo que pagar 7 mil pesos para denunciar y hacer más gastos para rescatar la caja del tráiler.

“Afortunadamente, fue cerca de Tehuacán. Si hubiera sido en otra zona, no sabría cómo moverme. No conozco todas las rutas y eso también nos deja vulnerables”, dice.

El segundo asalto fue aún más violento. Hace poco más de un mes, él y su sobrino circulaban por la misma carretera, a la altura de la falla geológica, donde no hay señal telefónica, cuando fueron interceptados por una camioneta. Los tripulantes comenzaron a dispararles y, tras obligarlos a detenerse, los bajaron con armas largas.

Los amarraron de pies y manos con sus propias agujetas y los subieron al vehículo, donde los mantuvieron bocabajo y con armas apuntándoles a la cabeza. Más tarde, fueron abandonados en una barranca, desde donde lograron salir por sus propios medios hasta encontrar una unidad de la Guardia Nacional, cuyos elementos los auxiliaron y contactaron a sus familias.

Hasta ahora, la unidad no ha sido recuperada, a pesar de que en el momento del asalto no llevaba carga.

“Realmente esto es pan de cada día. Te quitan el patrimonio, lo que uno ha trabajado durante años. Ya no sabemos a quién acudir, si vamos a volver a casa”, lamenta Tadeo.

Actualmente, siete familias dependen de él, pues además de ser operador, es también patrón. Tiene a su cargo siete trabajadores y sus dos hijos también manejan unidades de carga, siguiendo la tradición familiar.

Pese a todo, Tadeo insiste en mantenerse en el camino. “Desde pequeño aprendí este oficio, ahora se los enseño a mis hijos. Sólo quiero que regresen vivos”.

Publicación tomada de econsulta puebla

Reportera: Andrea Castillo