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La historia del jean: de prenda de trabajo a ícono de la moda

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Con más de 150 años de historia, el jean sobrevivió a los cambios sociales y generacionales

No muchas prendas han logrado trascender tanto en la cultura, la moda y el tiempo como el jean. Nacido como algo práctico para los trabajadores del siglo XIX, el jean es un pantalón hecho con tela resistente que evolucionó hasta erigirse como un verdadero símbolo de rebeldía, libertad y estilo.

Con más de 150 años de historia, sobrevivió a los cambios sociales, adaptándose a cada generación con mucha facilidad. Desde las minas de oro en el Viejo Oeste hasta las calles de todo el mundo y las pasarelas más exclusivas, el jean ha recorrido y continuará recorriendo un camino único.

Cómo combinar los jeans de manera moderna

Los jeans son una prenda sumamente importante gracias a su versatilidad, porque combinan con prácticamente todo. Los modelos rectos clásicos protagonizan outfits con una blusa satinada, blazer entallado y stilettos. Esta vestimenta se puede complementar con un perfume femenino y fresco como Moschino Pink, ganando suavidad y presencia.

Por su parte, para algo casual y relajado, se recomiendan jeans de corte holgado, porque combinan con zapatillas blancas, remeras gráficas y accesorios discretos. En este sentido, la utilización de perfumes aportan un toque coqueto y de personalidad al look.

Los orígenes del jean

La historia del jean empieza a mediados del siglo XIX, época en la cual Levi Strauss, inmigrante bávaro que vivía en la ciudad de San Francisco, diseñó una prenda resistente para abastecer a aquellos que trabajaban en las minas de oro durante la fiebre del oro.

Con una lona marrón originalmente pensada para tiendas de campaña, Levi Strauss elaboró pantalones hechos para tolerar las condiciones más exigentes. No obstante, fue el uso del denim lo que terminó de darle forma a esta pieza esencial en el mundo de la moda. El denim reúne dos cualidades vitales para los mineros, obreros y cowboys estadounidenses de la época: durabilidad y confort.

Sin embargo, el gran diferencial llegó en el año 1873, cuando un sastre de Nevada llamado Jacob Davis se asoció con Strauss, patentando una de las innovación más significativas: remaches metálicos en los puntos de tensión del pantalón.

Así nació el primer vaquero tal como lo conocemos, un tipo de pantalón pensado para el trabajo rudo y con un destino mucho más amplio por delante.

Los primeros vaqueros

Los primeros jeans recibieron la denominación 501, y su principal función era durar varios años en buen estado. Se enfocaban en la durabilidad, careciendo de adornos o accesorios pero sí con una cremallera de botones, tela gruesa y remaches en los bolsillos.

Tuvieron un éxito inmediato entre aquellos que pasaban muchas horas en entornos hostiles, desde campos de algodón hasta ferrocarriles. El público objetivo de aquel entonces hizo que los jeans se convirtieran en un sinónimo de esfuerzo físico, trabajo duro y espíritu pionero.

A medida que EEUU creció como potencia industrial, los vaqueros se conservaron como una prenda básica en granjeros, obreros y mecánicos, siendo parte del uniforme de quienes construían el país.

En esa época, su utilización estaba exclusivamente ligada a la clase trabajadora, siendo impensada la idea de que algún día se convertirían en una declaración de estilo. Sin embargo, el cambio llegó con las transformaciones culturales del siglo pasado.

De uniforme obrero a símbolo de rebeldía

Durante la década de los 50s, el jean pasó a convertirse en la nueva declaración juvenil. El cine tuvo un rol muy importante en este giro, con actores como James Dean y Marlon Brando inmortalizando la prenda al verse como jóvenes desafiantes con jeans ajustados.

De esta manera, películas como Rebel Without a Cause y The Wild One le dieron un nuevo significado: libertad, rebeldía e inconformismo. Inmediatamente el jean pasó a ser prácticamente prohibido en escuelas, y criticado por sectores conservadores que lo asociaban a la desobediencia e incumplimiento de las reglas.

No obstante, dicho rechazo solo incrementó su popularidad. La generación del rock and roll y los movimientos contraculturales lo adoptaron gracias a su simbología de romper con lo establecido.

El rol del jean en la cultura pop

En las siguientes décadas, el jean supo infiltrarse en cada rincón de la cultura popular. Por ejemplo, los hippies de los sesenta recurrían a jeans desgastados y bordados a mano, mientras que los punks de los setenta optaban por denim rasgado y tachado.

Esto demuestra que los usuarios adoptaron la prenda a su manera, siendo el lienzo de expresión ideal pues se podían cortar, desteñir, intervenir, y demás.

También fueron muy importantes las supermodelos, los íconos del cine y las estrellas del pop. Bruce Springsteen, Kate Moss, Madonna y hasta Barack Obama utilizaron jeans en momentos importantes de su imagen pública.

Diversidad de estilos y cortes

Además de la creciente popularidad, el paso del tiempo hizo que los jeans se reinventen constantemente. Desde los ejemplares acampanados de los setenta hasta los skinny jeans de los años 2000, cada década impulsó un nuevo corte listo para marcar tendencia en el mundo de la moda.

Variantes como los boyfriend jeans, bootcut, high-rise y mom jeans son solo algunas de las surgidas para responder a diversos gustos, cuerpos y momentos históricos. Actualmente, los jeans están disponibles en una variedad prácticamente infinita de roturas, lavados, detalles, colores y largos.

La facilidad de adaptación a las tendencias y capacidad de reinvención sin perder la esencia es una de las grandes características de este tipo de pantalón. Hoy en día, puede protagonizar un look informal dominical o ser combinado con blazer y tacones para afrontar una salida elegante.

El jean como prenda global

Si bien nació en Estados Unidos, el jean conquistó cada uno de los continentes, convirtiéndose en un fenómeno de escala mundial. La democratización es tal que puede encontrarse en calles de Tokio, aldeas de África, ferias rurales de Latinoamérica y las pasarelas más exclusivas de la capital francesa.

Muy pocas prendas pueden presumir de una penetración cultural tan duradera y amplia. Gran parte del éxito se debe a que cada cultura y país se apropió a su manera del jean, reinterpretándolo de acuerdo a los códigos locales.

Por ejemplo, en la India es combinado con túnicas, en Brasil suele utilizarse con sandalias coloridas, y en los países nórdicos es el complemento ideal de prendas minimalistas.

El impacto del jean en el mundo de la moda

Si bien es cierto que la alta costura tardó bastantes años en adoptar el jean, lo hizo con entusiasmo. Diseñadores como Calvin Klein, Yves Saint Laurent, Versace y firmas recientes como Off-White o Balenciaga incorporaron el denim entre las colecciones, con propuestas sofisticadas y audaces.

Así, el jean dejó de ser meramente informal para adentrarse en el ámbito de lo conceptual y chic. Muchas casas de moda trabajan creando sus propias líneas de vaqueros, comercializando colecciones cápsula, innovadoras técnicas de confección y lavado, y colaboraciones con artistas.

El jean pasó de ser una mera prenda utilitaria a un sinónimo de estatus, erigiéndose como símbolo de estilo y pieza de lujo según la marca.

Sostenibilidad y desafíos para el denim

Como la masificación del jean supuso ciertos problemas de índole medioambiental, muchas firmas apuestan por prácticas sostenibles, recurriendo a técnicas y materiales como tinturas naturales, algodón orgánico, reciclaje de jeans usados y reducción del consumo de agua con tecnologías láser. (DFD)