“Me siento triste porque yo no quería que me lo entregaran así, pero al menos Dios me lo concedió”, expresó Sonia Flores Fuentes al contar toda la burocracia que vivió para poder darle cristiana sepultura a su hijo Leonel Santes Fuentes -desaparecido el 3 de octubre de 2018 en el puerto de Veracruz, por sujetos vestidos de Policías Federales-.

Después de casi siete años, Leonel fue localizado en una fosa clandestina del predio La Guapota, en el municipio de Úrsulo Galván.

Hace una semana, el pasado 9 de mayo, en la víspera del Día de las Madres, sepultó los restos que le entregó la Fiscalía General del Estado (FGE) de Veracruz. 

En los últimos días, como lo marca la tradición católica, su hogar ha realizado rezos para pedir por el eterno descanso de Leonel.

“Yo sí tenía la esperanza de encontrarlo con vida, porque muchas personas decían que se los llevan para trabajar o hacer cosas ilícitas, pero los tienen vivos, sin embargo, en esta situación ya no se pudo”.

En la sala de su casa, colgado en la pared, se encuentra un cuadro con la fotografía de Leonel, bajo él hay flores y veladoras. Leonel volvió a casa y el corazón de Sonia tuvo un ligero respiro pues, aunque no localizó con vida a su hijo, terminó la angustia de no saber dónde estaba.

¿Cuándo desapareció Leonel?

La última vez que Sonia habló con su hijo fue el día de la desaparición; el 3 de octubre de 2018. Leonel le pidió a su madre que le preparara tamales pues en la noche se reuniría con unos amigos en un departamento del fraccionamiento Privanzas, al poniente del puerto de Veracruz.

Aquella ocasión, la madre de familia bromeó con su hijo haciéndole un chascarrillo sobre su gusto por la comida. Le preparó el antojito mexicano, se despidió de él y no lo volvió a ver.

Según las investigaciones, un grupo armado de sujetos vestidos de supuestos Policías Federales irrumpió en el domicilio donde Leonel convivía con sus amigos. 

Los delincuentes viajaban en tres camionetas, una quedó estacionada justo frente a la entrada del departamento para evitar que alguien escapara. Los hombres armados se llevaron a Leonel y a otras 10 personas (ocho hombres y tres mujeres, en total), de quienes no se supo más.

Después de peregrinar para interponer la denuncia por la desaparición de su hijo y de recibir amenazas por parte de los criminales, Sonia se integró al colectivo de familiares de desaparecidos “Solecito de Veracruz”.

En el colectivo encontró el apoyo de decenas de mujeres, que al igual que ella, tenían o tienen en la actualidad a sus hijos en calidad de desaparecidos; ella esperó siete años, sin embargo, conoció casos de mujeres que llevan hasta 20 años sin saber de sus hijos.

Como integrante del colectivo, Sonia marchó y asistió a decenas de manifestaciones convocadas por la organización para exigir justicia por las personas privadas de la libertad.

Hace unos días, la Fiscalía Especializada en Denuncias por Personas Desaparecidas con sede en la ciudad de Xalapa le solicitó vía telefónica que se presentara -el pasado 6 de mayo- en sus instalaciones. Sin saber con precisión de qué se trataba, acudió en la fecha acordada a la capital del estado de Veracruz.

Acompañada de psicólogos, personal de Derechos Humanos de Veracruz, peritos y el fiscal encargado del caso, Sonia fue notificada de que, después de casi siete años de intensa búsqueda, su hijo Leonel había sido localizado sin vida.

A Sonia, las autoridades no le detallaron la fecha en la que fueron hallados los restos de su hijo, simplemente le dijeron que la localización se dio en La Guapota.

Fosas clandestinas en La Guapota

La localización de fosas clandestinas en La Guapota, predio ubicado en el municipio de Úrsulo Galván, comenzaron en el 2018. A la fecha, han sido hallados 186 restos humanos.

A finales de febrero de 2025, la fiscal general de Veracruz, Verónica Hernández Giadáns, informó que la búsqueda de restos humanos en La Guapota reinició, pues se cree que podría haber más restos sepultados.

Aunque Sonia desconoce la fecha de localización de los restos de su hijo, esta pudo haberse dado en el periodo que comprende de 2018 a la fecha.

La distancia entre el lugar de donde los delincuentes vestidos de Policías Federales se llevaron a Leonel y a las otras 10 víctimas, y el predio La Guapota, es de 40 kilómetros.

De las 11 víctimas de desaparición forzada, del 3 de octubre de 2018, en el fraccionamiento Privanzas; solo dos cuerpos han sido localizados (en La Guapota), identificados y entregados a sus familiares. Se trata de Leonel y Ana Canseco, sepultada por sus familiares en diciembre de 2024.

“De los otros no hay información, es que yo no los conocía, al único con el que tuve más comunicación fue con Cristian Omar Sánchez Canseco, que es con el que conviví un poco más, que fue que lo conocí, pero a las demás personas que se llevaron, ahora, sí te desconozco”.

El 15 de octubre de 2018, Sonia entregó muestras de su ADN a la FGE para que en caso de que los restos de su hijo fueran localizados, se procediera al cotejo en laboratorio.

Con la base de datos del ADN, solo faltaba que Sonia identificara algunos últimos elementos, así que el pasado 6 de mayo pudo observar los restos y ahí confirmó que el cuerpo que le mostraron si era el de Leonel, su hijo. Supo que era él por un piercing que ella le regaló y porque tenía los dientes astillados.

“Encontraron un piercing que llevaba en la lengua de un coquito que yo le regalé y luego, que en una ocasión destapó una cerveza y se rompió los dientes, se los astilló, en sí, ahí fue donde más comprobé que sí era él”.

De acuerdo con datos proporcionados en la solicitud de información número 301146723000893 hecha a la Fiscalía General del Estado (FGE), hasta octubre del 2024, en las morgues del estado de Veracruz, había dos mil 230 restos humanos de personas que no habían sido identificadas.

De estos, mil 13 eran hombres, 129 mujeres y otros mil 88 restos donde su género no se pudo determinar.

Burocracia para víctimas 

A partir del hallazgo y recepción de los restos de su hijo, Sonia comenzó un proceso burocrático muy complicado en el que tuvo que desembolsar casi 30 mil pesos de dinero propio para gastos funerarios y documentación que la Comisión Estatal de Atención a Víctimas (CEAV) se había comprometido a cubrir.

El organismo le prometió que le ayudaría económicamente, sin embargo, la ayuda quedó a medias. La mayoría de los gastos corrieron por su cuenta.

“Nada más nos ayudaron en el traslado de allá para acá, ahora sí que, en la funeraria, pero en los trámites de aquí en la fosa o el patio en donde lo iban a enterrar fueron 15 mil pesos que en ese aspecto yo no recibí apoyo, ahora sí que nos agarraron con las manos cerradas, sin dinero, y por más que uno habló”.

Contó que la CEAV le pidió facturas de consumo para reembolsarle lo que gastó en alimentos, pero muchas de sus comidas las hizo en puestos de la calle, donde ni recibos emiten.

“Querían facturas de restaurantes y yo le digo a la señorita ‘¿usted cree que nosotros tenemos como para ir a comer a un restaurante y que nos den facturas o algún recibo?’ le dije ‘¡señorita, nosotros comimos tacos en la calle!’ porque ni siquiera llevábamos dinero para los pasajes, tuvimos que pedir prestado porque nos agarraron sin nada”.

“Supuestamente nos iban a apoyar en todo, sé que no es culpa de ellos, pero también que comprendan que no tenemos dinero solvente para pagar, no. Terminé gastando hasta ahorita como 30 mil pesos, porque se alquilaron sillas (para el velorio), se les pagó a dos camionetas que nos llevaron porque supuestamente ellos nos iban a apoyar con el transporte para el panteón, pero mentira, a la mera hora ni mesas, ni sillas, ni lonas, nada y todo eso corrió por nuestra cuenta. Sigue corriendo por nuestra cuenta”.

Sonia agregó que, independientemente de que ya sepultó los restos de su hijo Leonel, continuará con su labor como activista del colectivo “Solecito de Veracruz” pues se siente en deuda con sus compañeras que la ayudaron y que aún buscan a sus hijos.

“Nosotros seguiremos apoyando porque, así como me apoyaron a mí para encontrarlo, hay que seguirlas apoyando para que encuentren a los demás que todavía no se sabe nada de ellos. Si ellos (familiares de desaparecidos) perdieron el tiempo para encontrar al mío, nosotros también vamos a poner ese tiempo para encontrar a los demás”, añadió.