Veracruz, Ver.- Dueños indispuestos a invertir, falta de apoyo gubernamental y trámites engorrosos con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), han provocado que al menos 30 edificios de Tlacotalpan,  Patrimonio Cultural de la Humanidad,  estén por caerse a pedazos. 

A decir del laudero y músico Julio Corro, ganador del premio Grandes Maestros del Patrimonio Artesanal de México en 2022, en el municipio no hay quien le quiera meter mano a los inmuebles.

Corro consideró que si bien la conservación y la protección del patrimonio cultural de México es un compromiso que asumen instancias como el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Secretaría de Cultura del Gobierno Federal, también es una labor a la que deben sumarse los gobiernos estatal, municipal, la sociedad civil y la iniciativa privada.

“Vemos pasar el tiempo y cada vez peor: Todo se delimita a unas cintas amarillas para que no haya paso”, denunció al referirse a cómo las autoridades locales mandaron a acordonar los lugares donde se ubican los edificios en ruinas en lugar de trabajar en algún proyecto con la federación para el rescate de los mismos.

El laudero mencionó que también es facultad del Ayuntamiento Municipal y sus directores de Patrimonio, Turismo y Protección Civil hacer las observaciones a los respectivos dueños de los inmuebles abandonados, pues observó que ante lluvias de temporada se corre el riesgo de que caigan escombros. 

“Pues está en peligro la integridad de las personas. Más vale a tiempo tomar medidas”, expresó. 

Julio comentó que son aproximadamente 30 edificios los que quedaron en el abandono, que tiene dueños, sin embargo, estos murieron y a sus hijos, que viven fuera de Tlacotalpan, no les interesa recuperarlos.

Detalló que hay casos donde los propietarios de los inmuebles pretenden vender los edificios a precios exorbitantes para deshacerse de ellos.

“Hay muchos factores, primero que muchas familias se han ido de Tlacotalpan, muchos de los que eran dueños de esas casas han muerto, a sus hijos no les interesa regresar, tienen esa propiedad y si la quieren vender cuestan millones de pesos porque están en el centro de la ciudad y se lanzan a pedir 10 millones de pesos, había una casa que querían 19 millones de pesos”.

Por otro lado, está el tema burocrático, pues antes de meterle mano a los edificios primero se requiere de la autorización del INAH que es la institución que específica qué tipo de material y forma de las estructuras que se pueden utilizar.

Explicó que se trabaja en la conformación de un comité ciudadano coordinado por el Ayuntamiento de Tlacotalpan para que la gente haga sus trámites de manera más ágil ante el INAH.

“Se tiene que reglamentar que en la ciudad, la gente que tenga una casa en Tlacotalpan al menos al frente debe de mantenerse en condiciones porque es lamentable que hay casas muy bonitas y junto una casa cayéndose.”