• Xalapa

Carlos, un Volador de Papantla en la capital de Veracruz

  • Francisco de Luna
Gracias a la tradición milenaria de la región del Totonacapan terminó sus estudios universitarios en Xalapa, donde vive hace año y medio

Xalapa, Ver.— Carlos Francisco Castaño Santiago es un volador de Papantla, quien, orgulloso, porta un traje colorido y un penacho adornado con flores que lo distinguen de entre los personajes urbanos en el centro de la ciudad de Xalapa.

A sus 24 años, sostiene económicamente su estancia en la capital veracruzana con la venta de artesanías. Para Carlos Francisco no fue fácil dejar su lugar de origen, pero lo hizo para poder concluir sus estudios universitarios en Xalapa.

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Desde hace un año y medio vive en Xalapa porque en esta ciudad realizó su servicio social, por lo cual se vio en la necesidad de migrar, cuenta mientras mira a la gente caminar desde del céntrico edificio Nachita, ubicado frente al parque Juárez.

Orgulloso, porta sus raíces y su origen ancestral en el tradicional atuendo de los Voladores de Papantla mientras vende artesanías y baila la danza milenaria, actividades que lo llevaron a graduarse de la licenciatura en Contaduría Pública

Se le observa en el centro de la capital veracruzana con el penacho, traje rojo y las características chaquiras – ese elemento de ornamentación en la prenda de vestir – que son diminutas, de color verde, rojo, naranja y azules, por mencionar algunos que dan forma a flores y aves.

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EL VUELO QUE MARCA LA VIDA

Carlos Francisco recuerda que desde su infancia tuvo el gusto por la danza de los voladores, ya que su padre le inculcó el amor al ritual ancestral que aún se practica en municipios de la región del Totonacapan, en el norte del estado de Veracruz.

Esta actividad la realizo desde los siete años y se me inculcó por parte de mi padre, entonces a través de esos años, uno va agarrando experiencia y más que nada el amor por la venta de artesanías, el amor por la cultura y la tradición”, dice.

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Cinco años después, es decir, a los 12, comenzó a volar y cuando tenía 16 años aprendió a ser caporal, personaje que toca el tambor y la flauta en la parte más alta del palo volador, que mide casi 40 metros de altura.

Carlos está orgulloso de ser totonaco y portar el traje que lo distingue entre la gente que pasa presurosa por los pasillos. Además, el sonido de la flauta y el toque del tambor hace que los paseantes volteen a verlo o se detengan para admirar y preguntar por los precios de las artesanías.

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La ceremonia ritual de los voladores es una danza asociada a la fertilidad que ejecutan diversos grupos étnicos de México y Centroamérica, en particular los totonacos del estado de Veracruz. La finalidad es expresar el respeto profesado hacia la naturaleza y el universo espiritual, así como la armonía con ambos. 

SUS ARTESANÍAS AL EXTRANJERO

Con las ventas de las artesanías típicas se sostiene económicamente, pues, incluso, con ese dinero también solventó gastos universitarios, de servicio social, renta, transporte y comida, explica el joven volador de Papantla

Tiene la réplica de los voladores que vende desde los 180 a 250 pesos, el extracto y aromatizantes de vainilla en 130, abanicos de palma 80 pesos y tambores de 150, pero incluye la flauta.“Todo lo que traigo es originario de Papantla”, indica y muestra los productos que ofrece entre el público y los turistas.

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El extracto está en 130, es medio litro; lo importante es que la vainilla siempre sea natural, el del supermercado ya tiene saborizantes, colorantes y se lo pones al alimento y no te sabe”, cuenta el danzante.

En ese momento se acerca un médico y compra la artesanía de los voladores de Papantla, mismos que al dejarlos caer realizan el vuelo. Esta pieza será regalada a un amigo extranjero.

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El cliente le comenta que todo lo adquirido en meses anteriores los obsequia a sus amistades de Estados Unidos de Norteamérica, Panamá, Colombia, Venezuela, Cuba, Rusia y Curazao, isla neerlandesa del Caribe de América del Sur.

LOS VUELOS EN EL PAÍS

Carlos Francisco Castaño Santiago estudió Contaduría en la Universidad Tecnológica de Gutiérrez Zamora, pero en Xalapa solo hizo el servicio social en la Secretaría de Desarrollo Económico y Portuario (Sedecop) del estado de Veracruz.

También cuenta que además de participar en vuelos en su ciudad natal Papantla, lo hizo también en la Ciudad de México, Tequila, Jalisco, Playa del Carmen, ubicado en la Riviera Maya, en la Península de Yucatán, así como otras entidades de México.

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Una de las acciones que más le agradan es que cuando los turistas se le acercan le piden información de la región papanteca y mediante la plática les relata dónde se ubica el Totonacapan y los sitios que pueden visitar como la zona arqueológica El Tajín.

Pero también de otras localidades de la región del norte veracruzano, así como la comida que va desde los tamales aguados, el atole morado, de maíz tostado, enchiladas, bocoles, empipianadas, el mole, etcétera.

Les doy la información porque conozco de las zonas turísticas”, dice el volador Carlos Francisco.

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Además, también les guía en Xalapa al hacerles recomendaciones de los puntos atractivos, como Los Lagos, el Cerro de Macuiltépetl, el parque de Los Tecajetes y Los Berros, por mencionar algunos lugares de la capital de Veracruz.

EL RITUAL MILENARIO

Para los ejecutantes de esta danza y todas las personas que comulgan con la espiritualidad del rito en calidad de espectadores, la ceremonia de los voladores constituye un motivo para enorgullecerse de su patrimonio y de su identidad cultural.

En el transcurso de la ceremonia, cuatro jóvenes trepan por un mástil de hasta 40 metros de alto fabricado con el tronco de un árbol que es cortado en el bosque tras haber implorado el perdón del dios de la montaña. 

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Sentado en la plataforma que remata el mástil, un quinto hombre a quien nombran como el caporal toca con una flauta y un tambor en honor del sol, así como de los cuatro vientos y puntos cardinales. 

Después de este acto de invocación, los danzantes se lanzan al vacío desde la plataforma a la que están atados por largas cuerdas, giran imitando el vuelo de los pájaros mientras la cuerda se desenrolla y van descendiendo paulatinamente hasta el suelo. 

Cada variante de la danza ritual de los voladores representa un medio de hacer revivir el mito del universo, de modo que esta ceremonia expresa la visión del mundo y los valores de la comunidad.

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La ceremonia ritual de los voladores de Papantla, Veracruz, fue reconocida en septiembre de 2009 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad.

Esta declaratoria fue gestionada desde el año de 2008 por el Centro de las Artes Indígenas del parque temático Takilhtsukut (el inicio), sitio donde se desarrolla el evento de la Cumbre Tajín.

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