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Odalis, migrante que espera papeles en casa hecha con bolsas en Coatza

  • Heidi Castellanos
Los migrantes adaptan los bajos del puente de la avenida Uno como un refugio donde puedan esperar los trámites que realizan ante Migración

Coatzacoalcos, Veracruz.- “Tuvimos que buscar nailon porque todas las noches llueve, nos mojábamos, se mojaba el niño, entonces tuvimos que armar esta choza”, dice Odalis Martínez, una migrante originaria de Honduras que tramitó documentos para evitar ser deportada de México.

Odalis viaja con su esposo y su hijo Oliver, de 12 meses de nacido. Por más de un mes vivieron en una casa improvisada con bolsas de plástico y colchas, al igual que varias familias de migrantes que esperan la resolución de sus papeles bajo el puente de la avenida Uno, en Coatzacoalcos, en el sur de Veracruz.

La migrante hondureña y su familia tramitaron documentos ante el Instituto Nacional de Migración (INM) para solicitar la visa por razones humanitarias debido a que cruzar México de manera ilegal es un viaje difícil para los tres.

“Nunca me imaginé salir de mi país, porque a quien le va a gustar venir a sufrir aquí, uno sale por las necesidades que hay y la situación de inseguridad”, expresa.

NO QUIEREN SER DEPORTADOS

Odalis y su familia no quieren regresar a Honduras, de donde huyeron porque la delincuencia casi le arrebata la vida a su esposo durante un asalto. La migrante teme que, de ser deportados, no cuenten con la misma suerte.
Como la mayoría de los migrantes que cruzan por México, el objetivo de las familias es llegar a Estados Unidos.

Sin embargo, decidieron tramitar sus documentos para circular por el país debido a que temen que Migración o cualquier otra corporación de seguridad los detenga en cualquier momento y los deporte.

VENTA DE MUEBLES

Los bajos del puente de la avenida Uno se convirtieron en un espacio de espera para los migrantes. Ahí hay colchones, muebles y hasta tendederos de ropa.

Entre ellos mismos se regalan o incluso se venden los muebles para sobrellevar la situación, sobre todo, las condiciones climáticas. Quienes deciden irse de este lugar venden las cosas que les sirvieron para su estancia y la hicieron relativamente más amena. 

Son muchas historias las que alberga este lugar. Algunas familias esperan 15 días, se desesperan y se van, otros llevan hasta ocho meses buscan salir del sur de Veracruz, como Santos, quien viaja con su hija, de 12 años, y su esposa, quienes también son de Honduras.

“No hemos podido salir porque no tenemos dinero, tramitamos la visa, pero es un permiso para sólo circular por la ciudad de Coatzacoalcos.

La idea desde que uno sale es llegar a Estados Unidos, pero es muy difícil, pero pienso que nada es imposible para Dios”, señala.

SE MANTIENE FLUJO MIGRATORIO EN EL SUR

Pese a que la frontera sur de México se satura de migrantes, el flujo en Veracruz se mantiene.  De acuerdo con la Casa del Migrante de la Diócesis de Coatzacoalcos, al día arriban entre 50 a 60 extranjeros, misma cantidad que meses pasados.

“Unos entran nada más a desayunar, comer, bañarse y enseguida se salen para esperar el tren o la bestia, tienen miedo a que se les pase y por eso están afuera”, declaró el padre Joel Ireta Munguía, encargado del albergue. 
Son varias casitas improvisas las que se observan en los bajos del puente, pero la mayoría de los migrantes van de paso y es en esta misma zona donde esperan el tren para seguir su camino con rumbo al sueño americano.