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Alfareras, mujeres que sostienen a un pueblo en San Miguel Aguasuelos

  • Francisco de Luna
San Miguel Aguasuelos se ubica en el Pueblo Mágico de Naolinco; sus mujeres se dedican a hacer artesanías de barro

Naolinco, Ver.- El monumento de una mujer alfarera recibe a los visitantes en la comunidad de San Miguel Aguasuelos, en Naolinco. La figura de la artesana representa al oficio más importante de la localidad ubicada en el Pueblo Mágico.

La alfarera sostiene una olla entre sus manos; en el suelo se aprecia la representación de las obras de arte ya terminadas, como una vaca, vasijas y la réplica de la iglesia edificada en honor al santo patrono San Mateo Apóstol.

La estatua se caracteriza por su color semejante al barro y las pigmentaciones rojizas. Está edificada en una rotonda y sirve como anuncio para que el visitante se dé cuenta que llegó a poblado donde el barro es convertido en artesanías.

En San Miguel Aguasuelos, las mujeres ponen en alto el nombre de la comunidad amasando la tierra para la creación de figuras de distintos tamaños. Hay diminutos nacimientos navideños, figuras de la vida popular, animales, cántaros, jarrones y las catrinas de la temporada por el Día de Muertos.

POLVO ERES Y EN ARTE TE CONVERTIRÁS

El municipio de Naolinco se ubica a 48 kilómetros de la ciudad de Xalapa, la capital del estado de Veracruz. Es un pueblo frío, rodeado de montañas y acantilados. Para llegar a Aguasuelos, es necesario avanzar por una carretera que serpentea entre la zona húmeda y boscosa.

Desde hace 35 años, Leticia Ramírez Martínez se dedica a la alfarería, oficio que aprendió de su familia que vivió del arte al menos durante las últimas tres generaciones. El oficio se populariza cada año en la región capital de Veracruz.

De acuerdo con Leticia, el barro lo obtienen de la misma comunidad. Las mujeres escarban con azadones, luego lo colocan en lonas. “La mayor parte del pueblo nos dedicamos a la artesanía”, dice a e-consulta Veracruz.

Prácticamente, el polvo, es decir, la tierra, se remoja para posteriormente amasarlo porque comenzará el proceso de elaboración. La imaginación aquí es primordial para crear alguna pieza, desde la más diminuta como aretes, las catrinas de 15 a 40 centímetros, hasta las más grandes, según el pedido de los clientes.

“Extraemos la tierra, la ponemos a secar al sol, luego se muele, se cuela y de ahí hacemos la masa, con agua hacemos la masa. Se deja reposar dos o tres días para empezar a trabajar el barro”, comenta mientras sostiene a una catrina con trenzas, el amplio sombrero y un vestido ataviado de flores.

Aquí, las artesanas se adaptan por temporadas para elaborar las figuras “En esta temporada es cuando hacemos más catrinas, pero también los nacimientos porque viene diciembre”. Todo se hace mano, no se utilizan moldes. Cada una de las piezas son únicas.

El turismo llega poco a poco a San Miguel Aguasuelos. La alfarería comienza a popularizarse entre las familias y la intención de las mujeres artesanas es que las familias arriben a la comunidad donde las artesanas se organizan desde septiembre y cada fin de semana instalan sus puestos de artesanías frente a la iglesia de San Miguel Arcángel. 

“En el pueblo la mayoría trabajamos el arte, sobre todo las mujeres”, menciona Dionisia Sayago  en la Casa Comitán.

Las artesanas se ubican en la calle principal de San Miguel, a una cuadra de la iglesia católica. Dionisia cuenta que las figuras son colocadas al horno para dar firmeza “y necesitamos que nuestra artesanía se dé a conocer, para que se venda”.

Hay una variedad de piezas y precios que van desde los cinco hasta los dos mil pesos, pero todo depende del tamaño de las imágenes.

EL CORAZÓN DE LA TIERRA

San Miguel Aguasuelos es un pintoresco poblado; su fundación data de 1668 y originalmente pertenecía a Xalapa, pero en 1882 se incorporó oficialmente al municipio de Naolinco. 

Se ubica a mil 94 metros sobre el nivel del mar y está a cinco kilómetros de la cabecera municipal. Está enmarcada por la sierra de Chinconquiaco y se alcanza con la vista la cañada del río Actopan.

San Miguel Aguasuelos se recorre por angostas y limpias calzadas, con casas de tejas y pórticos; hornos en cada patio donde queman por horas sus artesanías, obras color hueso decoradas con engobe rojizo que se ofrecen en mesas frente a las casas de las artesanas.

En la década de los 70, las familias artesanas incorporaron el modelado de juguetes además de la tradicional alfarería utilitaria para contener agua y granos: tinajas, cántaros, botellones, tecomates, nítidas campanas, animales, nacimientos delicadas y numerosas piezas, escenas de la vida cotidiana, catrinas, jarochas, así como las famosas casitas e iglesias de barro, piezas de colección hechas con la tierra de la comunidad.

También dieron a conocer que en los años 80 se realizó el primer concurso interno de cerámica en el marco de su fiesta patronal y en 2019 se efectuó la vigésima sexta edición artesanal. Desde hace décadas los artesanos de San Miguel participan en certámenes de alfarería, organizados por diferentes dependencias federales y estatales, en los que resultaron ganadores por la calidad de sus creaciones.

Fue en el año de 1980 cuando se creó el Comité de Alfareras y se construyó la Casa Comitán, donde se comercializan y exhiben sus piezas en una amplia gama para la colección de arte.