Tecolutla, Ver.- Noticias fatalistas que manejan tiempos de desaparición de la costa norte de Veracruz e incluso, altura de oleaje en ese periodo, solo atentan contra la promoción turística que se le ha dado a la llamada Costa Esmeralda en los últimos meses, lamentó Esther Elizabeth De Alba Quintas, del campamento De Alba Camp,  ubicado a un costado del hotel El Doral, del que se manejó recientemente que había perdido dos suites junto al mar.

“Las fotos que se manejaron no son actuales, son de hace dos años que el huracán Grace tocó tierra en nuestro municipio y creó mucha devastación”, explicó la empresaria, quien se dijo preocupada porque algunos clientes le llamaron para preguntarle si el mar se había comido la zona de playa de la comunidad de Monte Gordo.

Cada año, se presenta este fenómeno cuando es temporada de frentes fríos y huracanes, sin embargo, no es algo permanente, por lo que en épocas de calor –que es casi todo el año- en Tecolutla, se puede disfrutar de la playa y el mar azul esmeralda que le dio el nombre a la zona, destacó.

En ese sentido, el señor Guillermo De Alba, propietario del hotel El Doral donde ya colocaron una especie de barrera natural en la zona de playa afectada por el huracán, comentó que en temporada, las marejada altas pegan con descomunal fuerza y atacan los médanos llevándose la arena y cualquier construcción qué se atraviese, “la naturaleza es impredecible e incontrolable por eso es que se deben tomar medidas científicas y tener los estudios correspondientes, esperemos que está temporada invernal Dios nos vea con misericordia ya qué estamos en manos de él”.

SE REQUIEREN BASES CIENTÍFICAS PARA HABLAR DE TIEMPOS

Por su parte, el doctor Antonio Zoilo Márquez García, profesor titular “C” del área de Ecosistemas del Departamento de Hidrobiología de la Universidad Autónoma de Metropolitana de Iztapalapa, consideró que a veces se maneja información fatalista sin fuentes de información sustentadas como hablar de olas de 14 metros de altura durante los nortes o decir que la costa desaparecerá en 70 años.

“Para eso se requiere hacer modelos donde necesitamos analizar condiciones oceanográficas como marea; oleaje; batimetría; elevación del nivel mar; tasa de erosión; aporte de sedimentos; tipo de litoral; esto con dunas, lagunas y escenarios de cambio climático como un huracán extremo, norte extremo, lluvias extremas; de ahí se puede estimar alguna tasa de pérdida de playa. Pero es muy aventurado decir el tiempo de 70 años si no hay una base científica”, explicó.

Agregó que se puede hacer estudios para estimar el tiempo en que el mar pueda ganar terreno a la playa, esto a través de un monitoreo de cómo avanza el mar y en dónde, para determinar los sitios más vulnerables y hacer las medidas de adaptación pertinente como sistemas de alerta, restauración de playas, obras civiles de protección, entre otros.

Comentó que efectivamente existe un fenómeno que se ha presentado a nivel mundial como el resultado del cambio climático que es el derretimiento de los polos, lo que ha causado que el agua se vaya a los océanos, sin embargo, la elevación en el nivel del mar ha sido mínima ya que solo se ha registrado de 3.6 mm al año, “con el paso del tiempo, que pueden ser cientos de años, el mar ya entraría al continente, a eso le llamamos transgresión marina, es algo que ha sucedido en la historia del planeta, causado principalmente por ese cambio climático”.

No obstante, insistió, es una cuestión lenta que está siendo monitoreada, “tenemos varios estudios en el país que muestran precisamente que en sus partes bajas está haciendo esa erosión, en diferentes velocidades, Tabasco, Campeche, Veracruz no es la excepción, Yucatán, Riviera Maya; del lado del pacífico es más lento”.

Agregó que otra de las razones que provocan fenómenos como en este caso erosión marina que presentaron algunas partes de Costa Esmeralda donde se ve que llegó una marejada, puede ser causada por las obras civiles que hay en las zonas costeras “a veces ponemos diques, rompe olas, escolleras, que modifican el transporte litoral y la costa, haciendo que en unos sitios sea más fácil que peguen las olas que en otros, también hay construcciones en zonas consideradas de riesgo por encontrarse ya muy cerca del mar”, puntualizó.