Veracruz, Ver.- Bajo el sol y con una sensación térmica que rebasa los 40 grados, Fernando García, originario de la isla caribeña de Roatán, Honduras, sortea los vehículos del crucero de Los Voladores de Papantla en Boca del Río para vender paletas de cajeta a cinco pesos.

Es el único oficio que puede desempeñar debido a que es víctima de racismo, por lo que no puede encontrar un trabajo estable en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río. La venta de paletas es el único ingreso para Nando, como lo llama su familia. 

"A veces yo salgo a buscar trabajo y la gente no me dice ‘ven trabaja conmigo’, me dicen ‘¡negro, anda, busca trabajo en otro lado!’, por eso ando vendiendo dulces", narra.

Trabaja dos o tres veces por semana en uno de los semáforos del distribuidor vial ubicado frente a la plaza comercial Las Américas, que une a los bulevares Ruíz Cortines y Ávila Camacho con la avenida Ejército Mexicano, en Boca del Río.

Nando comparte características físicas con los africanos que fueron obligados a dejar su continente para ser esclavizados en Roatán, Honduras, hace cuatro siglos: es de piel oscura, complexión delgada, alto y de cabello rizado.

Hace casi seis que dejó su natal Roatán, una pequeña isla que se localiza en el mar Caribe y que pertenece a la república de Honduras. Solo el 10 por ciento del territorio de Roatán está poblado; el otro 90 por ciento es selva.

Cuando salió de la isla caribeña y llegó a la costa hondureña, emprendió un largo viaje, a veces en tren o en camión y otras a pie, hasta que cruzó la frontera de Centroamérica con México. A su paso por Chiapas y otras partes del territorio nacional, se enfrentó a los abusos de oficiales del Instituto Nacional de Migración (INM). 

"La federal lo persigue a uno, te madrean o a te desaparecen", relata. 

NI CON DOMINIO DEL INGLÉS LE DAN TRABAJO

Después de estar en municipios como Xalapa y Poza Rica en el estado de Veracruz, decidió quedarse en Boca del Río, donde vive actualmente junto a su chavala, como llama a su novia, una mujer veracruzana originaria de Tierra Blanca. 

Comenzó a vender paletas porque nadie le quiere dar trabajo. No le quedó de otra que salir a las calles y caminar bajo el sol para ganarse unas monedas mientras que su novia también sigue en la búsqueda de empleo en la zona conurbada.

Sabe hacer un poco de todo, domina la pesca porque era su oficio en Roatán, pero también sabe pintar. Dice que puede aprender lo que se le pida hacer, pero ni con sus ganas de trabajar encuentra empleo en la ciudad. Nando cree que por ser negro nadie lo quiere contratar. 

Nando asegura que un día se acercó a un conocido hotel de Boca del Río a pedir trabajo de lo que fuera. Incluso, durante la solicitud que les hizo a los encargados les explicó que sabe hablar inglés, lo cual le podría ayudar para encontrar un espacio dentro de la plantilla laboral, sin embargo, le dijeron que no. 

"Yo hablo inglés, a veces yo quiero buscar trabajo en ese hotel y no me quieren dar trabajo para mí, you know. Ya conseguí un permiso con Migración, pero ni así me dan trabajo. Yo he buscado trabajo, pero no quieren darme por el color de uno, el racismo, como tú sabes, todavía existe".

Fernando García se resignó a trabajar como vendedor ambulante de dulces en los cruceros de Boca del Río, pero lo que le gana apenas le alcanza.

Pese a lo poco que gana y a lo lejos que está de su natal Roatán, Nando no se olvida de su familia y cada mes o cada 15 días le envía dinero a su madre.

LA ISLA DE ROATÁN

Roatán forma parte del Sistema Arrecifal Mesoamericano y sus más de 41 mil habitantes, según un censo realizado en 2013, hablan inglés y español. Los primeros conquistadores españoles llegaron a la isla en el siglo 16. Los europeos llevaban con ellos a esclavos africanos como parte de su tripulación. 

La isla fue invadida en el siglo 17 por los ingleses y así, durante décadas, el territorio se lo disputaron británicos y españoles. Los ingleses gobernaron la isla hasta 1861, cuando el gobierno hondureño y Reino Unido firmaron un acuerdo para devolverle la isla a Honduras, ya que el territorio se encuentra dentro de sus aguas territoriales. 

QUIERO REGRESAR, PERO NO AHORA

"Se siente diferente, you know, porque tú sabes que tu país como sea es tu país, quieres volver y como sea, sí quiero regresar, pero no ahora", dice Nando.

Volver a Roatán sí está dentro de sus planes, pero no por ahora, pues su mente está enfocada en encontrar un trabajo estable, quedarse en México o tratar de cruzar la frontera hacia los Estados Unidos. 

En la isla se quedaron la abuela, madre y Felicita, hija de Nando, a quienes no ve desde que comenzó su ruta migratoria. El roatense era pescador en su lugar de origen, pero como muchos otros migrantes, quiso hacer realidad el sueño americano. Nando quería llegar a los Estados Unidos, pero quedó varado en México. 

Con su mezcla de español e inglés, Nando se despidió de su familia hace seis años, subió a una embarcación y navegó con dirección a la costa hondureña, donde desembarcó y comenzó un largo viaje que aún no tiene retorno.

CIFRA HISTÓRICA DE MIGRANTES ASEGURADOS

El año 2022 fue cuando se registró el mayor número de migrantes asegurados en México debido a que no acreditaron su estancia legal en el país. 

Los migrantes asegurados fueron ciudadanos extranjeros provenientes de Honduras, El Salvador, Guatemala, Venezuela, Cuba, Nicaragua, Colombia, Ecuador, Haití e incluso de países africanos. 

El año pasado se reportaron 444 mil 439 aseguramientos de migrantes; un 44 por ciento más que lo registrado en 2021. Nando, por su parte, sigue su camino: lo único que le queda es avanzar hasta Estados Unidos o seguir varado en México.